La Jornada 4 de marzo de 1996

Lucha sorda entre dos ejidos por tierras en el Cofre de Perote

Matilde Pérez U., enviada/ I, Ejido Coatitilán, Ver. En esta tierra del municipio de Xico, enclavada en la parte media alta del Cofre de Perote, lugar donde las azucenas se combinan con el bosque de pino, ocote, oyamel, y donde la carretera se vuelve vereda, la tensión agraria podría llegar a niveles incontrolables.

Dos ejidos, Coatitilán y Las Carabinas, libran una lucha sorda por 70 de 368 hectáreas que, por una resolución presidencial que data de 1940, pertenecen legalmente a 46 ejidatarios de Coatitilán.

El conflicto se agudiza por la marea burocrática de la Secretaría de la Reforma Agraria, pese a que en 1993 el Tribunal Superior Agrario concluyó que corresponde a la SRA ejecutar la resolución presidencial. El director del Diario Oficial de la Federación, Carlos Justo Sierra, se resistía a publicar dicha resolución presidencial, la cual finalmente apareció el 15 de febrero de este año.

La situación también genera contradicciones al interior del ejido Coatitilán, donde el presidente del comisariado ejidal, Lorenzo Colotl Colorado, dijo: ``De las 368 hectáreas nosotros estamos en posesión (precaria) de 237 hectáreas, de las cuales 131 las tiene un solo señor (omitió el nombre) y eso lo aceptamos porque es compañero. Pero hay otro, Wenceslao Olvera Arriaga (presidente del comisariado ejidal de Las Carabinas) que tiene 70 hectáreas y (esa superficie) no la puede tener ningún ejidatario''.

En este contexto de irregularidad jurídica, el gobierno de Veracruz aprobó un proyecto de aprovechamiento forestal en el ejido. En los próximos tres años se explotarán dos mil 980 metros cúbicos de madera en 33.10 hectáreas, que --según el propio Colotl Colorado-- difícilmente dejarán alguna ganancia a los ejidatarios en este año.

Los ejidos Coatitilán y Las Carabinas, junto con los de Ingenio del Rosario, Tlacuilolan, Tonalaco y Tembladeras, son producto de ``la principal ola de dotaciones y ampliaciones agrarias (que) hasta los años cuarentas afectó cinco mil 437 hectáreas (...) Los ejidatarios recibieron tierras ingratas, poco productivas, en parte cubiertas de bosques que tenían prohibido explotar (se estableció la veda desde 1952 hasta 1978), en donde se extendió la siembra de maíz, frijol y papa, así como la cría de ganado menor, cabras y borregos, señala Odile Hoffmann en sus libros Tierras y territorios en Xico, Veracruz , y Rumbos y paisajes de Xico. Geografía de un municipio de la sierra de Veracruz<.

El ejido Coatitilán recibió, por resolución presidencial de 1934, una superficie de 839 hectáreas para 79 beneficiarios y en 1940, por la misma vía, se aprobó ampliarlo con 368 hectáreas a entregarse a 46 jefes de familia.

También en 1934, el ejido Las Carabinas se formó con 300 hectáreas para 30 beneficiarios, pero se les negó la solicitud de ampliación presentada en 1935, apunta Hoffmann.

A más de medio siglo de haberse conformado estos ejidos, vecinos cercanos del parque nacional Cofre de Perote (creado en 1938), sus habitantes reiniciaron una lucha por la tierra ``porque es lo único que podemos dejar a nuestros hijos'', argumentaron.

A las comunidades Pocitos y Cuauhtemecatla, que junto con las de Coatitilán y Matlalapa forman parte del disperso y aislado caserío del ejido Coatitilán, y a una parte de la superficie en disputa, que desde hace 50 años trabajan algunos de los ejidatarios de Las Carabinas, sólo se accede a pie desde Tembladeras o por Coxmatla, donde escasea el transporte público. En total son cinco horas de camino.

Tras una primera caminata de hora y media, los abogados del Grupo de Apoyo a Pueblos Indios, Rosario Huerta y Alejandro Morgado Zacarías, y esta enviada, nos encontramos con el comisariado ejidal de Coatitilán.

``Se ha luchado en cantidad para resolver el problema de la tierra, pero nada se ha logrado. Son las propias autoridades las que no han querido hacer nada porque hasta acá vino la licenciada Clara Idalia, de la Procuraduría Agraria, y nos dijo que nuestros papeles no servían ni tenían validez y que allí se quedaba el problema'', recordó.

Su disgusto se acentúa cuando se refiere a la disputa de 70 hectáreas con ejidatarios de Las Carabinas. ``Wenceslao Olvera quiere quedarse con toda esa tierra --localizada en la zona conocida como Cuartilillo, la mayor parte boscosa, a tres mil metros sobre el nivel del mar--. Le hemos dicho que le dejamos el pedazo en donde, junto con sus familiares, tiene sus casas y donde está una escuela primaria. Pero quiere todo y en eso no habrá acuerdo. El y los del ejido Rusia, ahora que saben que estamos cuidando el bosque, dejan sueltos a sus animales para que se coman los renuevos y así no se puede''.

En tono firme, Lorenzo Colotl Colorado advirtió: ``Si no logramos nuestros papeles, la tierra se va a defender. Es nuestra. Son las propias autoridades las que han cometido las injusticias''.

De su morral extrae los documentos del Departamento Agrario. El 19 de diciembre de 1939, el gobierno de Veracruz confirmó que procedía la solicitud de 50 campesinos para ampliar el ejido de Coatitilán; para ello se afectarían 131 hectáreas del predio El Morey, de Emilio Vázquez Gómez --quien poseía 713 hectáreas, la mayoría dentro del parque nacional-- y 237 hectáreas de Herminio Virues, cuya propiedad era de 437 hectáreas. En total, 368 hectáreas con las cuales se constituirían 46 parcelas individuales de ocho hectáreas cada una, pero se les prohibía ``ejecutar todo acto que destruyera los bosques o arbolados''. Los derechos de cuatro campesinos que no alcanzaron tierras quedarían a salvo.

Desde entonces, las autoridades ejidales han tratado de que la resolución presidencial se publique en el Diario Oficial de la Federación y en el Periódico Oficial del Gobierno de Veracruz, ya que al dejarse pendiente dicho requisito la orden presidencial no puede ejecutarse.

En 1993, el Tibunal Superior Agrario conoció el problema, como consta en el juicio agrario 243/93. Entonces detectó que en 1991 el Cuerpo Consultivo Agrario había ``rebasado la normatividad legal'' al ordenar a la Delegación Agraria del estado la elaboración de trabajos técnicos e informativos complementarios para verificar la situación jurídica de los terrenos concedidos por mandamiento gubernamental.

Un año después, en 1992, los técnicos agrarios confirmaron que no había problema alguno con los vecinos de los ejidatarios --en posesión provisional de sus tierras--, por lo que en octubre de ese año nuevamente se aprobó el dictamen.

Con esas observaciones, el Tribunal Superior Agrario retornó el caso a la SRA para que se ejecutara la resolución presidencial. Sin embargo, fue apenas en septiembre del año pasado cuando dicha secretaría solicitó al director del Diario Oficial, Carlos Justo Sierra, la publicación de la resolución presidencial de 1940 para poder empezar los trabajos de deslinde y elaborar el plano definitivo.

En noviembre, ante la aparente resistencia de los responsables del Diario Oficial a publicar dicha resolución, la directora general de Asuntos Jurídicos de la SRA, Catalina Rodríguez Rivera, envió una copia certificada del documento al director del la publicación gubernamental.

Luego de 56 años de esperar que se ejecute la resolución, la paciencia de estos campesinos xiqueños está casi agotada. Expusieron su caso ante la Comisión Nacional de Derechos Humanos y el visitador adjunto José Cruz Yáñez será el responsable de empezar las investigaciones y trámites que se integrarán al expediente CNDH/122/96/Ver/ S00354.000.

En estas tierras de grandes laderas y profundas barrancas, los ejidatarios insisten: ``Nosotros queremos los papeles en la mano. La SRA tiene que venir a ordenar esto''. Ellos ignoran que la resolución se publicó en febrero de este año en el Diario Oficial de la Federación.

Las noticias tardan en llegar a estos lugares, pues los ejidatarios aún hablan de veda en sus bosques.