Se perderían este año 3.7 millones de jornales por la sequía en Coahuila
David Brondo García, corresponsal, Saltillo, Coah., 3 de marzo La sequía que asuela a Coahuila desde principios de 1993, la más prolongada en los últimos 40 años, ha provocado una reducción de 30 por ciento del hato ganadero, una disminución de 80 por ciento del nivel de las presas estatales, daños en 50 por ciento de las 50 mil hectáreas de temporal y el recrudecimiento del desempleo en las zonas rurales.
Según estimaciones de la Secretaría de Desarrollo Social del estado, si la falta de lluvias persiste en 1996, sólo en la Comarca Lagunera se dejarán de establecer 63 mil hectáreas de riego por gravedad y se perderán tres millones 700 mil jornales agrícolas, lo que afectará a poco más de 24 mil productores, que no tendrán empleo ni ingresos.
En la Laguna de Coahuila, una de las regiones más afectadas por la falta de lluvia, dejarán de generarse 368 millones de pesos, producto de las cosechas en los cinco municipios que integran la zona: Torreón, San Pedro, Matamoros, Viesca y Francisco I. Madero.
Estudios recientes de la Sedeso estatal indican que esta situación provocará que los productores agrícolas dejen de percibir utilidades de más de 74 millones de pesos. De 90 mil hectáreas cultivables en la zona, sólo podrá regarse 25 por ciento durante el ciclo primavera-verano de 1996.
El titular de la dependencia. Rogelio Ramos Oanday, advirtió que en este año se dispondrá únicamente de 480 millones de metros cúbicos de agua para riego en la Laguna, lo que limitará ``seriamente'' la actividad de ejidatarios y productores agrícolas.
Asimismo, informó que, según proyecciones oficiales, en la comarca habrá un desabasto de más de 433 mil toneladas de insumos alimenticios para la ganadería lechera. Al disminuir los volúmenes de productos del sector primario, agregó, caerán los niveles de operación de la planta agroindustrial, como las empacadoras de hortalizas y envasadoras de granos básicos.
``La escasez de lluvias propiciará la disminución significativa de la demanda de insumos y servicios para la producción, como semillas, fertilizantes, agroquímicos y servicios profesionales, lo que afectará seriamente la planta agrocomercial de la región lagunera'', apuntó el funcionario.
La gravedad de la sequía se observa en los bajos niveles de las presas de Durango que abastecen la zona lagunera de Coahuila. Las presas Lázaro Cárdenas, Francisco Zarco, Los Naranjos, González de la Vega y Benjamín Ortega, que en conjunto tienen una capacidad de tres mil 846 millones de metros cúbicos, actualmente almacenan 785 millones de metros cúbicos, es decir, sólo 20.4 por ciento de su capacidad.
La presa Lázaro Cárdenas, la más importante de La Laguna, tiene una capacidad de tres mil 336 millones de metros cúbicos de agua, pero en los últimos tres años su volumen ha disminuido y en la actualidad su almacenamiento es de apenas 681 millones de metros cúbicos.
``Esta disminución de las presas --advirtió Ramos Oranday-- tendrá como consecuencia una reducción significativa de próximo ciclo agrícola y una serie de efectos importantes tanto en la actividad agropecuaria como en la generación de empleos. Si has lluvias en Coahuila y Durango durante los próximos meses, éstas sólo servirían para contrarrestar el déficit de las presas''.
Años secos
En el resto del estado la situación no es mejor. Según la delegación de la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural (SAGDR), en las zonas sureste, centro, Carbonífera y norte, durante 1995 las precipitaciones fueron 10 por ciento menos que las de 1994, ``un año que en su momento se consideró seco''.
El actual periodo de lluvias de invierno indica que la sequía se ha prolongado en la entidad. Las mediciones efectuadas en los últimos meses de 1995 y los primeros de 1996 indican que en Coahuila llovió menos en este invierno que en el anterior.
El delegado estatal de la SAGDR, Salvador Preciado Ramírez, aseguró que los indicadores técnicos muestran que se ha prolongado la ``presencia efectiva'' de la sequía. ``Sin rangos de especulación, ha llovido menos cada año desde 1993'', puntualizó.
Además de la falta de lluvias, otro testimonio de la sequía son los bordos, las presas, los manantiales e inclusive los acuíferos subterráneos, cuyos caudales se encuentran en niveles de disponibilidad considerados como los mínimos históricos. ``Estamos ante una situación verdaderamente preocupante'', dijo Preciado.
Durante 1995 se sembró en casi toda la tierra cultivable de las cuatro zonas mencionadas, pero debido a la sequía hubo pérdidas sustanciales en 50 por ciento de las tierras de temporal. ``El productor sembró, cultivó la tierra, nacieron las plantas, pero en el transcurso del ciclo agrícola se siniestró la mitad de la superficie agrícola de temporal, unas 25 mil hectáreas'', comentó, en entrevista Preciado Ramírez.
Aunque en menor escala que en la La Laguna, en las cuatro zonas restantes del estado el ciclo de invierno también se verá afectado. El programa de siembra incluía inicialmente 38 mil 235 hectáreas, principalmente de riego, pero sólo se sembraron 34 mil.
Con esta contracción se perdieron cultivos de trigo, avena, cebada, cebada forrajera, cártamo y hortalizas en los municipios fronterizos, debido a que operan con agua del río Bravo, procedente de la presa de La Amistad. Por la falta de lluvias, este año no se autorizó la extracción de agua para riego, pues los volúmenes disponibles se destinaron a las ciudades ubicadas a lo largo de la frontera hasta el Golfo de México.
``Las expectativas para el ciclo primavera-verano de 1996 son inciertas. El periodo de siembras empieza el próximo mes, cuando se supone que debe comenzar a llover, pero por ahora es imposible saber si continuará o no la sequía'', subrayó.
Crisis ganadera
``La sequía no se ha superado'', advirtió el dirigente de la Unión Ganadera de Coahuila, Francisco García Castells. ``Creemos que ya es hora de que el gobierno federal declare zonas de emergencia a Coahuila, Durango, Nuevo León, Chihuahua y Tamaulipas. No hay agua para abrevadero ni para forrajes'', añadió.
El presidente Ernesto Zedillo anunció un programa de emergencia y actualmente el gobernador Rogelio Montemayor Seguy gestiona ante la Secretaría de Agricultura y Ganadería apoyos para enfrentar la sequía de manera más efectiva. ``En 1995 el programa se aplicó muy tarde, en junio, y creemos que ahora debe arrancar ya'', apuntó.
García Castells indicó que la situación de la ganadería es ``dramática''. ``Además de la sequía, tenemos el problema fundamental de las altas tasas de interés bancarias. Si un ganadero no recurre al crédito, simplemente no puede trabajar, por lo que es necesario que se establezcan nuevos instrumentos financieros. Para hacer rentable la actividad se requieren tasas máximas del 10 por ciento'', explicó.
En estos momentos la exportación de carne está deprimida: no hay suficiente ganado y en los últimos meses el precio de la carne se desplomó 40 centavos de dólar en el mercado externo. ``La libra, que vendíamos a un dólar con 10 centavos, ahora la vendemos apenas en 70 centavos'', se lamentó el empresario.
Sobre la disminución del hato, García Castells señaló que los ganaderos han tenido que vender su producción ``antes que nada para pagar a los bancos''. Fuera de la Laguna, el hato de ganado bovino de carne suma unas 550 mil cabezas en Coahuila, ``30 o 40 por ciento por debajo de lo que andaba hace unos años''.
En el mismo orden, el delegado de la SAGDR, Salvador Preciado Ramírez, reconoció que no existe un estudio estadístico detallado sobre la disminución de la población de ganado en la entidad. Sin embargo, aseguró que los tres años de sequía han provocado una pérdida de por lo menos 10 por ciento al año.
En las presas, niveles mínimos
Las cinco principales presas ubicadas en Coahuila: La Amistad, Venustiano Carranza, Centenario, San Miguel y La Fragua tienen en conjunto una capacidad de almacenaje de ocho mil 526 millones de metros cúbicos de agua: sin embargo, sus volúmenes apenas suman mil 594 millones, que equivalen a 18 por ciento.
La presa La Amistad, ubicada en la zona fronteriza con el río Bravo y la más grande del Estado, tiene una capacidad de siete millones 50 mil metros cúbicos. Sin embargo, su volumen actual es de un millón 491 mil metros, es decir, 21 por ciento. A su vez, la presa Venustiano Carranza, la segunda en importancia, es una de las principales fuentes de abastecimiento de las zonas agrícolas y ganaderas de la región Carbonífera. Su llenado actual es apenas 5.2 por ciento. Su capacidad total, que es de mil 385 millones de metros cúbicos, se ha reducido a 72 millones 200 mil.
En entrevista, el subdelegado técnico de la Comisión Nacional del Agua (CNA), Emilio Mendoza, Kaplan, afirmó que si la sequía se prolonga durante 1996 ``seguramente será la más grave desde hace 35 o 40 años''. No obstante, agregó, este tipo de fenómenos se ha presentado en décadas anteriores.
A su juicio, ``la sequía actual, entendida en forma simplista como disminución de la precipitación, es menos grave que la ocurrida durante 1947 y 1954. La cuestión es que la creciente demanda de agua de nuestras ciudades industriales profundiza el problema''.