María Teresa Jardí
SOS para Atoyac

Los actos de las personas suelen tener motivaciones. Puede ser que la filmación del macabro video sobre la masacre de 17 campesinos en Aguas Blancas, exhibido por Ricardo Rocha, haya sido ordenada por Rubén Figueroa o por Robles Catalán, algo así como el Yunes de Veracruz, secretarios de Gobierno que hacen el trabajo sucio de sus jefes y que en realidad son los que mandan. Puede ser también, que quien lo filmó haya tenido la ocurrencia de motu proprio, tener con qué demostrar la misión cumplida. Lo que además hablaría de un demente.

Pero puede ser que la orden se haya dado para que nos quede claro que, quienes hoy gobiernan, pueden llegar a cualquier extremo, que la impunidad se los permite todo, que el crimen sin castigo es la regla, que mandan ellos y el resto debemos obedecer y callar. Si es así, estamos hablando de la aplicación de la doctrina de Seguridad Nacional y haríamos bien en empezar a pensar que, en México, se está instalando la primera dictadura moderna de cara al siglo XXI. En este contexto, adquieren sentido la instauración de un Estado policiaco, las leyes convirtiéndonos en un Estado de excepción a la medida de la derecha que gobierna. Tienen sentido la reforma a la Constitución para violarla y los inconstitucionales e inaceptables operativos, exhibiendo al Ejército Mexicano, en nombre de la farsa llamada lucha contra el narcotráfico. Adquieren sentido las mentiras, filtraciones y falsas acusaciones que desde la PGR se han venido dando. Se entienden también, las cínicas palabras de Alejandro Varela Vidales, ``fiscal especial'' contratado para exonerar, quien asegura que puede, con la frente en alto mirar a los ojos de sus hijas, pero que, jamás, podrá mirar a los ojos de la Nación.

En una democracia, a Figueroa lo habría elegido y quitado el pueblo. No vivimos en una democracia: a Figueroa no lo eligió el pueblo; lo puso el Presidente en turno. Ernesto Zedillo debe quitarlo si no quiere pasar a la historia como cómplice de un asesino; defender a Figueroa es defender lo indefendible. Krauze tiene razón: Rubén Figueroa es una vergenza para la historia.

En Atoyac se realizó la tercera sesión extraordinaria de Cabildo Abierto. Se convirtió, para ello, con la aprobación de los presentes, la Plaza Cívica en recinto oficial. Los hombres, las mujeres y los niños asistentes, bajo los inclementes rayos del sol vivimos el ejercicio pleno de la democracia en ese municipio de la Costa Grande. La orden del día incluía dos temas fundamentales para la población: la seguridad en Atoyac, y la justicia y la violencia en Guerrero. A lo largo de la sesión, una y otra vez se habló del miedo de la gente. No es para menos, en los 62 días que llevamos del año que apenas empieza, se han cometido 15 asesinatos en el municipio. El síndico procurador de Justicia del municipio dijo que ``El pueblo está indignado y lastimado por tantos atropellos y agravios. La gente del campo tiene miedo a salir a sus trabajos, pues temen por sus vidas, por su familia, por su patrimonio''.

Si se hubiera cumplido la recomendación 104/95 de la CNDH, la sangre de 15 personas más no hubiera corrido. Elementos de la policía no habrían ejecutado a los atoyaquenses de El Paraíso. El video exhibido por televisión, al fin y al cabo solamente corrobora las declaraciones que hiciera hace ocho meses María de la Luz Núñez, la valiente presidenta municipal. Acusaciones que, frente al pueblo que gobierna, reiteró el sábado lamentando que no le hubieran hecho caso a tiempo: ``Cuántas vidas se habrían salvado, cuánto dolor se habría evitado, cuánta vergenza le habrían evitado a Guerrero, a la Costa Grande, a Atoyac, al Paraíso, al país!'', dijo.

Alguno de los muchos participantes, en la larga sesión, certeramente señaló que al gobierno de Guerrero le duele que una mujer valiente e inteligente gobierne al lado de su pueblo demostrando que se puede. Sin duda el Ayuntamiento de Atoyac es una alternativa de gobierno para el país. La presidenta municipal no es ni empleada ni súbdita de un gobernador; es el ejemplo de que se puede cumplir con la prestación de un servicio público de manera impecable, cuando se entiende como lo que es: un mandato de los electores.

En la sesión extraordinaria de Cabildo Abierto en Atoyac de Alvarez, Guerrero, celebrada el sábado primero de marzo del año que corre, se acordó iniciar una campaña nacional e internacional SOS para salvar a Atoyac. Una campaña por el respeto y el derecho a la vida, por la justicia y la seguridad. Sumémonos a ella. Atoyac, Guerrero, México, merecen que no cancelemos, todavía, la esperanza.