Marco Rascón
Los rescatistas de cielo y tierra

Cuba y México han dejado de estar en la esfera de la política exterior norteamericana y nos han convertido en parte de su política interna, lo cual tiene un nuevo significado en la concepción hegemónica de Estados Unidos. Esto se hace hoy a través del ``rescatismo'', la nueva ideología salvadora del mundo que decide que sólo hay una economía, una sola forma de democracia y una sola cultura llevada a cabo por el transnacionalismo norteamericano.

México y Cuba son reiteradamente mencionados en la actual contienda electoral norteamericana; el primero por la cercanía; el segundo por su distancia; y ambos, por la importancia de sus migraciones y la cercanía de sus fronteras. Cuba y México además, comparten el mismo rechazo de los que pretenden dirigir por cuatro años los destinos de Norteamérica.

Cuál es el justo medio de una buena relación con Estados Unidos? Cuál es hoy la definición de ``buen vecino'' para el gobierno estadunidense? La respuesta integradora de México, a partir de la política de los gobiernos neoliberales de Miguel de la Madrid-Salinas-Zedillo, ha oscilado entre el racismo y el intervencionismo; la multiplicación de intereses entre ambos países surgidos del TLC y la dependencia financiera de México, ha tenido como respuesta más proteccionismo en Estados Unidos y una injerencia abierta en las decisiones mexicanas. Por vía de la dependencia económica, México tiene deshecho el ejercicio de su soberanía, y la independencia nacional es inexistente ante cuestiones relativas al interés hegemonista de Estados Unidos, como economía, migraciones, tráfico de drogas y seguridad hemisférica. La integración económica a Estados Unidos no nos significó buena vecindad, sino el trato de un pariente cercano, pero indeseable.

Al igual que en tiempos de Carter, hoy la contienda electoral en Estados Unidos se define con hechos en el exterior y pareciera ser que los republicanos quieren recetar a los demócratas la medicina que aplicaron a Carter con los asuntos de los rehenes en Irán y la política hacia Centroamérica, particularmente Nicaragua. Estados Unidos como certificador de derechos humanos no era buen negocio para ellos y los republicanos hicieron campaña en función de los conflictos del exterior: con esa estrategia no sólo cayó Carter sino la Nicaragua sandinista y ese punto se lo adjudicaron los ultraconservadores republicanos: el reaganismo. (Tomará en cuenta la rondalla ``Intelectuales al rescate'' lo que significa Cuba para los extensionistas del sistema norteamericano y el bipartidismo de Estado en Estados Unidos?)Cuba es hoy por hoy parte de esa estrategia electoral donde la provocación juega un papel fundamental para catalizar odios y votantes. Así, la disputa entre demócratas y republicanos es una competencia para presentar el plan y las medidas más hegemonistas, más proteccionistas, más agresivas y más intolerantes hacia el resto del mundo.

Bajo el disfraz del rescatismo, demócratas y republicanos se disputan la derecha: para los cubanos el rescatismo es la desestabilización, la agresión y el terrorismo (como en otro tiempo fue para Nicaragua y les dio resultado) mientras para México el rescatismo significa intervencionismo, certificaciones y supervisión de decisiones. En Estados Unidos no existe política de centro, ni en el gobierno ni en el Congreso, y ambos han entrado en el esquema ultraconservador y chovinista de culpar al mundo externo, a la pluralidad racial, a la migración y a la competencia económica como el causante del fin del sueño americano. No surgió de un clima parecido, el partido de Hitler y el nazismo alemán?Hoy México es para Estados Unidos lo que Polonia fue para Alemania en 1940; Cuba es para Estados Unidos lo que la Unión Soviética para el nacionalsocialismo alemán que hizo de los tratados de Versalles posteriores a la Primera Guerra Mundial, un obstáculo que ponía en peligro ``el espacio vital'' de la Alemania nazi. Hoy los discursos y propósitos racistas y rescatistas desde la Casa Blanca o desde su Congreso, integran al espacio nacional estadunidense los problemas con México y Cuba, basados en una misma lógica: hegemonismo.

Avionetas y ``certificaciones'', provocaciones e injerencias, y una diplomacia de dos caras, convierten al bloqueo y el rescatismo en una misma agresión y parte de una misma política interna de su propia crisis: ganar votos a costa de inventar enemigos. La búsqueda de enemigos en el exterior para unir y ganar clientelas internas, además de vieja estrategia macartista, es hoy la única respuesta para justificar sus propios errores y las consecuencias de sus decisiones ante los límites propios del hegemonismo.

Clinton, como rescatista de México y unos Hermanos al rescate, son los mismos que deciden la propiedaed del cielo y los límites territoriales de otras naciones. El rescatismo norteamericano es el que decide cuándo se abre y se cierra la economía de ellos y quiénes son demócratas y quiénes no. En Colombia y México certifican lucha antidrogas, y en Nicaragua, Cuba, Haití, Chile, certifican democracias; en Medio Oriente certifican ejércitos, guerras, paces y territorios. La caída del muro significó la distensión y el final de un mundo bipolar, alguna vez Estados Unidos distendió sus relaciones con el resto del mundo? Terminó la distensión con América Latina? Ha terminado para Estados Unidos la guerra fría, o para ellos la guerra es parte de su propia naturaleza y subsistencia?En el caso de las avionetas derribadas por la fuerza aérea cubana, cabría señalar y recordar que cuando una avioneta aterrizó en la Plaza Roja de Moscú y el mismo piloto Juan Pablo Roque ``huyó'' y regresó con una avioneta por su familia aterrizando en una carretera, la propaganda norteamericana se mofó de la seguridad soviética y cubana, haciéndolos ejemplo del derrumbe de la seguridad de ambos países y de la supremacía técnico-militar estadunidense. La película tenía otro final en Cuba, y resultó que el teniente de aviación Juan Pablo Roque pertenecía a la seguridad cubana, la cual había infiltrado las relaciones de Hermanos al rescate y el estado norteamericano en hechos ilegales contra Cuba.

La doctrina Monroe no es cosa del pasado. El hegemonismo tiene que ver también con las doctrinas del expansionismo alemán que dio lugar a la segunda guerra mundial dado su carácter belicista, hegemonista y racista. Detrás de las sorpresas de Buchanan se está desarrollando el huevo de la serpiente que se incuba en todo Estados Unidos promovido desde el poder. México y Cuba, como en el siglo pasado, enfrentan hoy igualmente el intervencionismo ahora disfrazado de rescatismo.