En 95, el consumo en el DF cayó 47.7%
Patricia Muñoz Ríos La recesión económica propició que el consumo de bienes y servicios sufriera una caída de 47.7 por ciento en promedio, lo que provocó ``niveles dramáticos'' en algunos rubros como el de materiales de construcción, en el que el descenso de las ventas fue de 95 por ciento, y en el de refacciones para autos, cuyo desplome alcanzó 50 por ciento.
El Informe sobre el comportamiento del pequeño y mediano comercio durante 1995, de la Cámara Nacional de Comercio de la ciudad de México (Canaco), revela lo anterior y puntualiza que 88 por ciento de los establecimientos comerciales manifiestan haber tenido una caída en ventas a casi la mitad del nivel de operaciones que tuvieron en sus registros un año antes.
La contracción de las operaciones comerciales propició incluso que un número significativo de pequeños y medianos comercios se vieran obligados a suspender sus actividades y, algunos otros, a buscar otras opciones en el ámbito de los negocios, como cambios de giro, se apunta en el informe de la Canaco.
La encuesta levantada entre 22 giros comerciales de las 16 delegaciones del Distrito Federal arroja resultados alarmantes, que refieren que prácticamente en todos hubo contracción en las ventas durante la totalidad del año pasado.
Precisa que entre los giros comerciales más afectados por la recesión se encuentran mueblerías y línea blanca, mercerías, ferreterías, materiales para construcción y muebles para baño, material y equipo eléctrico y refaccionarias de autos.
Los datos obtenidos por esta Cámara son reveladores de lo que aconteció en un año de crisis, ya que 88.3 por ciento de las tiendas de abarrotes tuvieron un descenso de 43 por ciento en sus ventas; 88.8 por ciento de las zapaterías vieron disminuir sus operaciones 43.9 por ciento; 85 por ciento de farmacias registraron una caída de 42.4 y las tiendas de ropa vieron bajar sus ventas 47.4 puntos porcentuales.
En promedio, las ventas en los 22 giros comerciales de la ciudad de México cayeron 47.4 por ciento y estas empresas sólo tuvieron incrementos marginales y repuntes estacionales.
Además, 91.8 por ciento de los empresarios entrevistados coincidieron en que la situación desfavorable en sus ventas fue producto del panorama económico en que se vio inmerso el país, y destacan el bajo poder de compra, el alza de precios, el desempleo, la caída en la demanda, el ambulantaje y la falta de crédito, entre otros.
En cambio, para 4.4 por ciento de los encuestados, los factores de orden político, como marchas y plantones, afectaron el desarrollo comercial de esta ciudad, mientras que para 3.8 por ciento la causa debe atribuirse a la inseguridad que prevaleció en el Distrito Federal.
La información precisa que por delegación, las que tuvieron el mayor descenso de las ventas fueron Milpa Alta, Tláhuac, Iztacalco, Azcapotzalco y Xochimilco.
Del total de encuestados, sólo 3.2 por ciento de los comercios manifestaron haber registrado un incremento en sus ventas durante el pasado año, pero aclararon que esto se debió a una política permanente de ofertas y promociones aplicada por ellos mismos.
El estudio de la Canaco también consideró lo referente a la situación crediticia de estas empresas, punto en el que 35 por ciento de los comercios manifestaron tener problemas para cubrir sus adeudos.
De este último porcentaje, 80.3 por ciento tiene problemas de pago con proveedores, 6.7 con acreedores diversos y 13.0 restante con alguna institución financiera, principalmente con la banca comercial, en lo relativo a créditos.
En resumen, apunta el trabajo de campo de la Canaco, el año 1995 fue para los empresarios uno de los más difíciles de la historia económica reciente del país, y la actividad comercial se desarrolló en uno de los entornos más adversos, por lo que los efectos negativos de la crisis económica y financiera incidieron prácticamente en la totalidad de las empresas.
La Cámara Nacional de Comercio de la ciudad de México precisa que, en particular, los establecimientos pequeños y medianos fueron los estratos que resintieron en forma inmediata la contracción registrada en la demanda por la pérdida de poder de compra.