La Jornada 6 de marzo de 1996

FUENTES EN EL POLIFORUM

Renato Ravelo y Rosa Elvira Vargas El escritor Carlos Fuentes respaldó la decisión de enviar el caso Aguas Blancas a la Suprema Corte de Justicia. Dijo que la Constitución priva sobre el federalismo y que éste puede ``fácilmente convertirse en una máscara para los caciquismos feudales que conocemos en México''.

Calificó lo ocurrido en Guerrero cono una ``masacre inhumana'' cometida por las fuerzas represivas e incluso felicitó a Televisa ``de la que he sido un empecinado crítico'' por haber demostrado un alto sentido de valor y de civismo, al pasar sin cortes el video completo de la emboscada a los campesinos en Aguas Blancas.

Primer conferencista del ciclo Los compromisos con la nación, Fuentes congregó ayer a cientos de personas en el Polyforum Siqueiros, donde prácticamente habló de todos los temas que hoy preocupan a la humanidad y particularmente a los mexicanos. Ahí, expuso nuevamente su decálogo sobre los compromisos de fin de milenio que las naciones del mundo tendrían que afrontar.

En forma destacada y ante su constante interés por la evolución de las relaciones entre México y Estados Unidos, el escritor se refirió a las campañas por la postulación presidencial en el vecino país del norte y en particular al precandidato republicano Patrich Buchanan, a quien acusó de tener posiciones racistas, xenófobas y semifascistas y de un gran desprecio a la humanidad.

El problema aquí, sin embargo, es que ``los demás candidatos, a fin de tener votos, se tienen que alinear a esas posiciones... y los obliga a buscar el aplauso de un cierto sector del público elector norteamericano''. Aseguró que uno de los principales objetivos de Buchanan es México: levantar una barda en la frontera con nuestro país; expulsar violentamente a los trabajadores migratorios y exigir que les entreguemos Baja California a cambio de la cancelación de la deuda.

``Todo esto añadió el autor de El espejo enterrrado parece casi de ciencia ficción, pero como somos mexicanos lo entendemos; es una amenaza real que nos obliga a fortalecer la idea de soberanía y la idea nacional''. México, sostuvo, tiene el genio de la supervivencia y esta capacidad de resistir tiene que transformarla en política, en diplomacia, en capacidad de actuar ante el mundo.

Fuentes enfatizó que la diplomacia mexicana ``no está funcionando bien'', pues la que se requiere ante la constante violación unilateral de los acuerdos con Estados Unidos, sobre todo los comerciales, como el TLC, es una que se establezca sobre un pie de dignidad y que procure aliados en otras partes del mundo.

``En la relación con Estados Unidos debemos abundar siempre en la razón, en la ley, hacer efectiva la idea de soberanía, de solución pacífica de controversias, hacer valer el principio de no intervención'', dijo Fuentes, y advirtió que está ganando terreno peligrosamente en el mundo una idea: el derecho a la injerencia se impone en un planeta interdependiente y globalizante.

Y subrayó: esto es una falsedad que los mexicanos debemos rechazar de una manera enérgica. El derecho a la injerencia conduce a la guerra, conduce a la violencia, no trae ningún beneficio.

``Hay que estar muy abusados'', pidió Fuentes, para restructurar nuestro Estado, la economía, crear mayor igualdad en el país, pues esto es lo que finalmente dará mayor voz y fuerza a México. ``Un país que es señalado con dedo flamígero como una nación de corrupción, sin democracia, tiene poca defensa internacional. Ha llegado el momento en que la mejor defensa frente a los Estados Unidos es la plena democratización y la justicia económica dentro de México''.

Luego, en atropellada entrevista, Fuentes dijo que por compromisos previos declinó la invitación que le formulara el EZLN para participar en la mesa de Democracia y Justicia que se instaló ayer en Chiapas.

Frente al auditorio había comentado el fax que recibió del subcomandante Marcos y coincidió con él en la importancia de la sociedad civil y su capacidad ``para superar cualquier armamento''.

También habló Fuentes de los comicios españoles y los vinculó con México al decir que hay grupos de poder que están acostumbrados a ejercerlo de una manera autoritaria, y subrayó que llegar a la democracia significa alternancia.

``Lo acabamos de ver en España, que de una dictadura pasó a una democracia. Y esa democracia dio muestras de alternancia para poder pasar de un partido socialista a uno de centro-derecha. Nosotros, sin haber salido de una dictadura, todavía no podemos llegar a esta virtud de la alternancia''.

En la conferencia, Fuentes destacó la necesidad de que México reanude el el desarrollo económico, pero esta vez con democracia política y justicia social.

``He reservado para el último compromiso del decálogo a uno que abarca a todos los demás: ecología, población y derechos de la mujer, división norte-sur, crisis de la civilización urbana, tecnología y trabajo, inversión y comercio, instituciones internacionales y renovación de la comunidad interna. Se trata de la educación''.

Sin ésta, añadió, ninguno de los puntos señalados tiene solución efectiva. Las sociedades poscapitalistas serán sociedades del conocimiento o no serán. La educación se ha convertido en el principal factor de la producción por encima del capital y del trabajo.

La educación, continuó, es ``curva irreversible del mundo desarrollado; debe convertirse en curva inicial pero acelerada del mundo en desarrollo. Todos los problemas latinoamericanos y mexicanos que aquí he desarrollado no serán resueltos sin una inversión primordial en el área educativa''.

Expuso: ``Sólo a partir de la educación se liberarán los inmensos talentos de una población portadora de una de las culturas más ininterrumpidas, variadas y ricas del mundo, que es la nuestra: espejo de una comunidad planetaria para el nuevo siglo, anuncio de una nueva modernidad que acepte las aportaciones de razas y tradiciones diversas, sin caer ni en el tribalismo intolerante y destructor, ni en la tecnocracia sin rostro ni corazón.

``Tenemos en nuestras manos la balanza de una nueva modernidad, ya no excluyente como pudo serlo la del centro occidental imperial y colonialista en el pasado, sino una modernidad incluyente, abarcadora; descubridora de la unidad de cuanto nos distingue y de la diversidad de cuanto nos une. Esa unidad y diversidad sólo puede ser la del ser humano concreto, el actor de la historia, el sujeto y objeto de la actividad económica, los seres humanos portadores de la memoria y el deseo, del pasado y el futuro. El recurso más preciado de nuestras comunidades es el capital humano''.

B