La Jornada 6 de marzo de 1996

No se ha frenado la mortandad de empresas: Concamin

Raúl Llanos Samaniego El gobierno federal ha ofrecido sólo ``respuestas coyunturales y aisladas'' para enfrentar la crisis económica y con ello no se ha logrado frenar la mortandad de empresas ni la descapitalización de muchas más, sostuvo el presidente de la Confederación de Cámaras Industriales (Concamin), Víctor Manuel Díaz Romero.

Asimismo, expresó que hay ``miopia'' de las autoridades para resolver obstáculos como el aspecto fiscal y de sobrerregulación, que retrasan el desarrollo, y por ende será hasta finales de este siglo cuando se alcancen niveles de crecimiento similares a los de 1994.

En entrevista, el máximo representante de la industria mexicana pidió al Ejecutivo la aplicación inmediata del presupuesto público, como ya estaba comprometido, porque de lo contrario se profundizará más la crisis, se detendrá el avance nacional y miles de empresas quedarán fuera de la competencia.

"Sentimos dijo que hay lentitud en la aplicación del gasto público, y nosotros requerimos que se acelere el paso en acciones concretas. El secretario de Hacienda nos ha dicho que han asignado partidas importantes, sólo que el aterrizaje lo vemos lento", explicó.

Para Díaz Romero la situación que enfrenta actualmente la planta productiva no ha variado en gran medida: siguen con problemas financieros, la demanda está caída, hay descapitalización, sigue el cierre de empresas aunque a ritmos menores y, en promedio, las empresas en todo el país trabajan a 60 por ciento de su capacidad instalada.

No obstante, confió en que la próxima política industrial que anunciará el gobierno federal, probablemente en la Asamblea Anual de la Concamin en este mes, permita a las empresas trabajar a toda su capacidad y contar con un marco idóneo para su desarrollo.

Al respecto, consideró que las acciones que lleve a cabo la autoridad federal deberán ser integrales, globales y que resuelvan los problemas en diferentes frentes, "para desterrar definitivamente medidas coyunturales y aisladas".

Ejemplificó: con los programas de restructuración recientes se ha pretendido atender un problema de emergencia, sin que se adopten medidas fiscales, de financiamiento y de estímulo a las empresas para permitir un avance sano.

"Entonces, son necesarios cambios estructurales que apuntalen el modelo económico que apoyamos, porque de otra manera será una astringencia la que se va a presentar con medidas coyunturales pero sin salidas óptimas una vez que se resolvió el problema parcialmente en las empresas", indicó.

Díaz Romero, quien estuvo acompañado por el director general de Concamin, René Espinoza, indicó que ha faltado una visión de largo plazo que permita cambiar las condiciones económicas que ya no se ajustan a una realidad tan cambiante como la que se observa en la actualidad.

Manifestó que uno de los aspectos prioritarios para la industria nacional es exigir la aplicación del presupuesto público, porque el riesgo de no darse como se comprometió la autoridad será la profundización de la crisis. "Alargaremos el desarrollo y muchas empresas desaparecerán y quedarán fuera de mercado, además de que debilitará la próxima política industrial", advirtió.

En su opinión, ya desde tiempo atrás debió ponerse en marcha esta política industrial para reactivar la economía y generar mayor estabilidad. De ser así, dijo, la inversión privada fluirá más rápido y con mayor intensidad cuando se tengan condiciones de crecimiento económico.

Los elementos que se requieren dentro de ese esquema son: una política fiscal que aliente la inversión y el ahorro para no depender de los capitales externos, acabar con la sobrerregulación, una política que estimule el desarrollo tecnológico, tasas de interés bajas e infraestructura eficiente para potenciar a mayor número de empresas, entre otros aspectos.

Más adelante, el dirigente de la Concamin señaló que a pesar de los obstáculos que enfrentan hoy las empresas, hay la intención firme por avanzar hacia un desarrollo más armónico, equilibrado y justo.

"A veces hablamos como si tuviéramos de socio al presidente de la República y a su equipo de trabajo que quiere al más alto nivel trabajar, pero hay otro equipo que es la contraporra que no quiere caminar en ese sentido. Vemos dentro de la estructura gubernamental muchas reticencias."