Es el número uno del hemisferio occidental: Departamento de Estado
Carlos Fernández-Vega El sistema financiero mexicano ha sido elegido por los cárteles internacionales de la droga como el principal centro en occidente de lavado y repatriación de dinero proveniente del narcotráfico, sostiene el Departamento de Estado en un documento difundido vía Internet, en el que precisa que en 1994 --según cifras de funcionarios mexicanos no identificados-- se habrían blanqueado alrededor de 30 mil millones de dólares por el concepto referido, sólo una porción de lo que regresó a Colombia.
En el capítulo dedicado a México, el documento oficial indica que factores como la vecindad con Estados Unidos, la ``corrupción endémica'' en ese país y los ``endebles o inexistentes'' controles legales para regular las transacciones en dólares en el sistema financiero mexicano, resultan la combinación perfecta para que sea el número uno del hemisferio occidental en lavado de dinero procedente del narcotráfico.
Agrega que el monto que pasa por México, en tránsito a Colombia, es mucho mayor a los 30 mil millones de dólares lavados en el sistema financiero mexicano.
El gobierno mexicano --anota el texto en inglés del Departamento de Estado, con poco más de 100 páginas y en el que se analizan los casos de blanqueado de dinero en varios países del mundo-- ha hecho poco por contener esas prácticas, que resultan extremadamente benéficas para la comunidad bancaria y los corredores criminales que explotan ese sistema operativo. En este sentido indica que un creciente número de empresas legales están siendo utilizadas por los lavadores para transparentar las operaciones del narcotráfico.
México, ubicado por el Departamento de Estado entre los países de más ``alto riesgo'' en materia de narcotráfico, ha sido seleccionado para la colocación inicial de dinero estadunidense en efectivo proveniente de la droga. Una vez colocado en el sistema financiero mexicano, el dinero se mueve en una amplia variedad de formas, incluyendo transferencias en línea e inversiones en bancos mexicanos, pagaderas directamente en cuentas paralelas en Estados Unidos, luego de la emisión y reenvío por medio de cheques personales.
El documento del Departamento de Estado (US Department of State. International Narcotics Control Strategy Report, March 1996. Bureau for International Narcotics and Law Enforcement Affairs. Financial Crimes and Money Laundering. Executive Summary. The Year in Review) subraya que deben promoverse reformas legales en el sistema financiero mexicano para regular el movimiento de dinero, porque de otra forma la situación tenderá a empeorar en detrimento económico y político tanto de Estados Unidos como de México.
Las instituciones financieras mexicanas están utilizando frecuentemente las transacciones con dólares en efectivo, provenientes de los narcóticos y otros renglones. El dinero ilícito es lavado en el sistema financiero (bancario y no bancario) de ambos países. Al mismo tiempo, un número de empresas y negocios legítimos están siendo implicados en esquemas de lavado de dinero.
El documento anota que funcionarios mexicanos han dicho que un factor importante de su incapacidad para frenar el lavado de dinero es que los sistemas de supervisión y aplicación de las leyes están ``penetrados por oficiales sobornados''. Ellos --dice-- son sospechosos y están siendo investigados por lavado de dinero. El Departamento de Estado ejemplifica esta circunstancia con los casos de Mario Ruiz Massieu (con 20 millones de dólares) y Raúl Salinas de Gortari (90 millones).
Raúl --apunta-- hermano del ex presidente Carlos Salinas, transfirió entre 80 y 90 millones de dólares desde una sucursal del Citibank en la ciudad de México a la central en Nueva York, la que a su vez la retransmitió a una cuenta bancaria en Suiza. Recuerda que al ex subprocurador Ruiz Massieu se le han encontrado cuentas bancarias en Estados Unidos por un total de 24 millones de dólares, incluyendo 9 millones en Texas, que presumiblemente provendrían de esa actividad ilícita y de pagos por protección a narcotraficantes.
En 1987, el gobierno mexicano firmó un acuerdo de asistencia mutua legal (MLAT) con Estados Unidos y otro, en octubre de 1994, de intercambio de información financiera. Sin embargo, México aún no aplica regulaciones para asegurar la disponibilidad de estadísticas de investigaciones sobre narcóticos ni los ha adecuado a los informes de investigaciones sobre el mismo tema realizadas por el gobierno de Estados Unidos. Tampoco lo ha hecho con terceras naciones.
México forma parte de un acuerdo bilateral para el intercambio de información sobre lavado de dinero y debe compartir información y estadísticas fiscales con Canadá, Francia, Alemania, Ecuador, Suiza, España e Italia.
De acuerdo con el documento, las autoridades de Estados Unidos y México trabajan conjuntamente contra el lavado de dinero. En 1995, la Secretaría de Hacienda proporcionó a los agentes estadunidenses información sobre siete casos relevantes de lavado de dinero en México. El gobierno estadunidense hizo lo propio y proporcionó a nuestro país información sobre cinco casos similares en la nación vecina.
En 1995, los funcionarios de la Secretaría de Hacienda encargados de documentar el lavado de dinero integraron 11 investigaciones en México sobre el particular, mismas que fueron entregadas a la Procuraduría General de la República para su procedimiento. A su vez, la PGR también colaboró con la DEA, en varias investigaciones importantes en el mismo año.
También en 1995, se realizaron 18 investigaciones conjuntas que resultaron en las dos sentencias más largas en Estados Unidos y la incautación de cerca de 11 millones de dólares de los negocios ilícitos de la familia Arellano Félix.
El Departamento de Estado presenta una situación hipotética para ejemplificar cómo se evade la justicia en transacciones financieras disfrazadas de negocios lícitos.
Tanto el cártel de Cali como narcotraficantes mexicanos, indica, revenden una parte sustancial de sus ganancias obtenidas por la venta de cocaína, heroína y mariguana en Estados Unidos a corredores de dinero, que incluso llegan a ser los mismos. Estos intermediarios cobran cantidades importantes por sus servicios o compran el dinero con un descuento.
Las generosas ganancias del narcotráfico permiten que se concedan descuentos de por lo menos 7-10 por ciento, dependiendo el riesgo implícito en la transacción. Después de una serie de operaciones, el cártel de Cali u otros narcotraficantes, pueden llegar a perder hasta el 50 por ciento de sus ingresos netos en muy poco tiempo.
El Departamento de Estado explica que en una operación común pueden movilizarse 100 millones de dólares a través de la frontera entre Estados Unidos y México. Los narcotraficantes estiman un margen de ganancia de 75 por ciento del monto total (ganancias menos costos).
Sólo 25 millones serán necesarios para cubrir los gastos de operación, en el caso del cártel de Cali. El margen real de ganancia se calcula entre 60 y 65 millones de dólares.