La Jornada 7 de marzo de 1996

No tiene sentido invertir si no reacciona el consumo: Madariaga

Roberto González Amador La capitalización indiscriminada de empresas no constituye una salida viable a la crisis que enfrenta el sector real de la economía, consideró ayer José Madariaga Lomelín, presidente de la Asociación de Banqueros de México (ABM). ``No tiene ningún sentido invertir capital si no reacciona el consumo'' ni se reactiva la capacidad de compra de la población, estimó.

El presidente de los banqueros apuntó que ``no sería razonable'' aplicar un programa de capitalización generalizado, pues un proceso poco responsable en este sentido ``lo único que provocaría es que se difieran las pérdidas''.

Después de acotar que la banca comercial está comprometida con el proceso de capitalización de empresas, señaló que un mecanismo de este tipo tiene que ser paulatino y trasladarse, primero, de las compañías grandes a las pequeñas para que al aumentar la solvencia de las primeras repunte el consumo interno e incida en beneficio de las segundas.

Según la visión de Madariga Lomelín, en este momento uno de los puntos fundamentales de la problemática de las empresas es el bajo nivel de consumo de la población. ``Si metemos capital y no reacciona el consumo, entonces no tiene sentido. Debe ser un proceso ordenado, bajo un análisis puntual de las posibilidades de cada empresa''.

Insistió en que la recuperación del consumo y la inversión son las variables que determinarán el relanzamiento de la economía mexicana.

Sin embargo, puntualizó que para que la economía nacional retome los niveles de crecimiento que comenzaron a observarse en 1994, cuando el Producto Interno Bruto repuntó 3.1 por ciento, deberán transcurrir por lo menos otros tres años.

Madariaga Lomelín consideró que en este momento la economía mexicana ha dejado de ``caer'', pero matizó que aún no está creciendo.

En la charla con reporteros dijo que para el sector de las instituciones de crédito éste sigue siendo un año difícil. Estimó que los próximos 12 meses no estarán exentos de dificultades, pero confió en que serán menores a las experimentadas durante 1995.

``Ya no vamos a tener que luchar por la sobrevivencia; hemos salido de la situación de riesgo sistémico, pero este año todavía se necesitarán apoyos a la banca de todo tipo''.

José Madariaga Lomelín dijo que a diferencia de 1995, cuando el riesgo de insolvencia económica vulneró la posición de la banca, en 1996 la prioridad es reforzar el capital.

Apuntó, no obstante, que los apoyos que continuará requiriendo la banca no deben ser exclusivos para las instituciones privadas de crédito, sino que también deben incluir a los deudores.

``Hasta ahora, en el caso de los apoyos a la banca --que suman unos 80 mil millones de pesos--, la fórmula ha jalado bien y el costo para el gobierno se va a diluir en 10 años, además de que el sector público no tendrá que asumir el costo total de la cartera crediticia que compró porque va a haber recuperaciones'', indicó.

Consideró que en 1996 puede empezar un ``consenso estratégico'' para buscar opciones de consolidación de los bancos, lo que puede implicar compras y fusiones. En 1995, explicó, casi ninguna institución emprendió asociaciones porque la situación económica y financiera de los posibles socios no era del todo previsible.