La Jornada 8 de marzo de 1996

Calderón, hombre de ideas, se declara sin ambages ``seguidor de Carlos Castillo''

Néstor Martínez y Mireya Cuéllar En pocas palabras, Felipe Calderón Hinojosa quiere hacer del PAN un partido de centro que llegue a las elecciones del año 2000 como una opción de gobierno consolidada para ganar la Presidencia de la República y la mayoría del Congreso.

Sabe que el camino es largo y tortuoso, que antes debe provocarse una reforma terminal del viejo sistema político ``a paso de revolución'' y, como dice su lema de campaña a la presidencia nacional del PAN, propone ``ganar el gobierno sin perder el partido''.

Felipe Calderón nació panista. Su padre fue fundador e historiador de Acción Nacional. Se define como un político hecho ``en la trinchera'' y, a sus 33 años, asegura estar acostumbrado al ``olor de la pólvora''.

Desde que tiene memoria ya andaba en la talacha política. Recorría las calles de su natal Morelia, Michoacán, haciendo proselitismo en favor de los candidatos panistas. Pegaba carteles, pintaba muros, repartía volantes...

Fue en ese partido donde conoció a su esposa, Margarita Zavala. Su mujer, su hermana Luisa María y su suegro Diego, también son consejeros nacionales y votarán este fin de semana. En broma, se comenta que desde antes de empezar la contienda, Calderón ya va cuatro a uno sobre Ernesto Ruffo.

Nadie le cuenta. Le tocó vivir el PAN ``de las vacas flacas y de las vacas gordas''.Aunque públicamente niega que el debate por la directiva del PAN se dé entre el neopanismo y la vieja guardia, Calderón se ha convertido en el candidato de esta última, que lo considera uno de los suyos, ``un hombre de ideas, pues''.

Tiene claro que en política la forma es fondo. Quizá por eso lanzó su candidatura en el Frontón México, donde hace 57 años se llevaron a cabo las asambleas constitutivas del partido que hoy pretende dirigir.

Define: ``La directiva nacional tiene que ser síntesis de pensamiento y organización. Y el partido estaría cometiendo un grave error si piensa que esta disputa interna es entre pensamiento y organización, entre pasado y futuro, o entre eficacia electoral o precisión ideológica. Yo no lucho por el pasado ataja, sino por el futuro del partido''.

Es abogado por la Escuela Libre de Derecho. Fue líder nacional de las juventudes panistas, asambleísta, diputado federal. Ocupó varias carteras en el Comité Ejecutivo Nacional, incluida la Secretaría General en los primeros dos años del periodo de Carlos Castillo Peraza, hasta que a mediados del año pasado decidió postularse como candidato a la gubernatura de Michoacán.

Su cercanía con el actual presidente nacional lo hace aparecer ante los ojos de algunos como el candidato del continuismo en los proyectos y programas. ``Soy un seguidor de Carlos Castillo'', acepta sin empacho.

Sostiene que Acción Nacional tiene el compromiso de perfilar una propuesta de modelo económico distinto al neoliberal, una propuesta económica ``eminentemente humana'', y sobre la relación de su partido con el gobierno, no duda en asegurar que se debe ``endurecer''.

En su propuesta subraya la necesidad de que el PAN presente a la nación una propuesta de gobierno sólida, consistente, congruente con su hoy maltrecho pensamiento humanista, capaz de dar respuesta a los problemas y emplear la doctrina para transformar circunstancias de injusticia.

El candidato de los doctrinarios desconcertó al panismo, inclusive a sus seguidores, cuando dijo hace poco que quiere ``un partido de centro''. Se especula que podría seguir la receta empleada con éxito por José María Aznar, en España, quien disfrazó al derechista Partido Popular como una opción política de centro.