La Jornada 9 de marzo de 1996

La protesta contra la presencia militar y las guardias blancas fúe la dominante en ésta caminata. En la capital, miles de marchistas corearon consignas sobre la carestía, la democracia, las relaciones igualitarias y los casos de Aguas Blancas y Tabasco, entre otros temas, mientras que en Los Pinos, el presidente Zedillo presentó el Programa Nacional de la Mujer 1995-2000

Hermann Bellinghausen, enviado, San Cristóbal de las Casas, Chis., 8 de marzo Suave y fuerte fue la marcha de mujeres zapatistas por las calles de San Cristóbal; la más pacífica y ordenada que ha visto Jovel en estos turbulentos años. O estaré exagerando? Ningún comerciante coleto sintió la necesidad de cerrar su establecimiento, nadie venía pintando los muros, ni los encapuchados que recorrieron la calle de Insurgentes parecía que se fueran a comer a los niños.

Es más, muchas encapuchadas lo que venían era amamantando niños. No todas encapuchadas, ni todas descalzas, pero todas indígenas y zapatistas.


Marcha por el Día Internacional de la Mujer en
Chiapas.
Foto: Frida Hartz

``Algo ha cambiado. Nuestros esposos nos ven distinto. Estamos en todos lados, no sólo en la milpa y la cocina'', diría Carmelina, una de las muchas oradoras, sobre el modesto templete de cara a la catedral amarilla.

Una marcha, ante todo, de protesta por la ocupación militar. Era la constante en las mantas, los pasquines, las cartulinas y los discursos. Y también contra la discriminación.

Esos fueron los motivos dominantes en la primera manifestación pública, como tal, del nuevo Frente Zapatista de Liberación.

Significativamente, una movilización de mujeres.

Llegaron las mujeres

Por todos los caminos que bajan de los Altos amanecieron la mañana grupos de mujeres en marcha sobre Jovel. Fresca y húmeda, la mañana las conduce al crucero de San Juan Chamula, y de ahí al crucero de la carretera Panamericana. Acabarán por juntarse, sólo de los Altos, unas tres mil mujeres. A diferencia de las selváticas y las del norte, no llevan cubierto el rostro, y sí una flor blanca entre las manos.

Corean consignas, vivas y mueras, caminan.

Se les juntan las del norte, que visten ropas menos típicas, más propiamente de campesinas, parecen más arrechas y usan pasamontañas. En sus mantas, son las que más hablan de guardias blancas.Las que llegan de los distintos puntos de la Selva, Palenque, La Realidad y cañadas intermedias, se reúnen frente a la iglesia de San Diego, en el otro extremo de la Panamericana.

Las dos marchas se encuentran en la bocacalle de Insurgentes, donde está la terminal de autobuses.

A partir de ese momento, recorre el espinazo de Jovel un escalofrío. De una ventana del tradicional Colegio Tepeyac sale una vocecita de primaria que exclama:``Son puros zapatistas!''.

O como lo pone un agente de la Judicial a su ``pareja'' en la esquina del hotel Diego de Mazariegos:``Noo, 'stá de su puta madre''.

Que no deja de ser una manera significativa de caracterizar la celebración del Día Internacional de la Mujer.

Los voceadores chamulas andan vendiendo como si nada El Despertador Mexicano. La voz de los sin voz, que en su número anterior, que fue clandestino, incluía una proclama de guerra. Ahora cuesta 5 pesos, e incluye la Cuarta Declaración de la Selva Lacandona, la Primera Declaración de La Realidad y los discursos del subcomandante Marcos en el Foro Nacional Indígena. Es chistoso oir voceando, junto al Cuarto Poder y Expreso, esa voz aguda que invita a la complicidad de ``anda, cómprame'', al Despertador Mexicano, ``el periódico de los zapatistas''.

Ya se vio que la marcha es pacífica, de manera que las fuerzas del orden están tranquilas e incluso el ayuntamiento labora normalmente. Los únicos que sí andan atareadísimos son los fotógrafos y camarógrafos de Presidencia, Gobernación y Sedena, que con tanto rostro que capturar, tanta gente saludándose, tanto tema de documentación, por momentos no se dan abasto. Y eso que siempre es más fácil retratar a los indios. En fin, cada quien su trabajo.

Las consignas van y vienen, dan vuelta en la Plaza de Santo Domingo y se dirigen al parque de la Catedral.

``Las mujeres zapatistas no se rinden/somos listas''.

``Vivan las mujeres que han mostrado su valentía para el pueblo de México''.

``Chiapas no es cuartel/fuera Ejército de él''.

(Todo sea por la rima).

Dos agravios explícitos acompañan la marcha: las amenazas contra los Aguascalientes de Oventic y La Realidad. Y se agrega que antier, con el pretexto de ayudar en un accidente en el camino a Belisario Domínguez, varios camiones y una tanqueta del Ejército entraron al Aguascalientes de Morelia, para filmar, mientras las armas apuntaban.

En los distintos contingentes de madres y muchachas casaderas choles, tojolabales, tzeltales y tzotziles, se practica un coro que parece cuestionario. Consiste en la enumeración de palabras, y luego sí o no.

``Balas, no. Escuelas, sí. Helicópteros, no. Clínicas, sí. Policías, no. Comida, sí. Tanques, no. Tierra, sí''. Etcétera.

Las comandantes Trini y Andrea participan en la marcha, y se oyen vivas a Ramona.

Todo es espasmódico, martillante. Los tamborcitos y las flautas. Las interminables consignas de los altavoces. Los discursos durante el acto de unas 4 mil campesinas autodenominadas zapatistas, que acarician con sus plantas desnudas las ingratas calles de Jovel.

``No nos ha importado cómo hemos llegado a estas calles, con nuestros hijos en la espalda'', dice una oradora.

Otra, Guadalupe, dice: ``Nos hemos levantado en una misma lucha con nuestros hombres y nuestros hijos''.

Hay mujeres de por lo menos 30 municipios de la zona indígena de Chiapas.

Esther, Silvia, Carmelina, todas las que toman la palabras y dicen discursos confirman que es un acto contra la militarización, contra la discriminación. La triple opresión de ser mujer, indígena y pobre, según Guadalupe.

Silvia afirma que los poderosos ``le temen al recuerdo'', e ironiza:``Desde niñas no habíamos visto tanto apuro del gobierno por cuidarnos. El trabajo que hacemos de por sí es puro (sic) y así de duro como es, ahora se nos hace más difícil, por los soldados. Tememos que nos atropellen con sus tanques, a nosotros o nuestros hijos''.

Debajo de las demandas de urgencia política, se filtran la cocina, la ropa, la leña, el agua. ``No tenemos tiempo para nosotras. Después que somos madres muchas veces, nuestros compañeros ya no nos ven hermosas, como cuando nos llevaron''.

Pero la queja contra el género masculino en general, que es una demanda muy sentida de la mujer campesina (``somos igual que los hombres'', repiten mantas y discursos), se diluye en las quejas contra la policía y la presencia militar:``No tienen otro trabajo que aterrorizarnos. Le gritamos mil veces para que alcance a oir el señor Zedillo que no queremos al Ejército en nuestras casas, no queremos a los soldados metidos en las cañadas''.

Las oradoras hacen acusaciones graves, y hablan en primera persona del plural y el singular:``Roban nuestras frutas, ensucian nuestros pozos, violan a nuestras hijas, desorientan y emborrachan a los hombres''.

Amado Avendaño, gobernador en rebeldía, acompañó la marcha y es el orador que cierra el acto con una profesión de fe feminista a su manera: ``Las mujeres van a ocupar el próximo gobierno. De eso me encargo yo''.

El mediodía

Una joven madre de la selva Lacadona enmedio del gentío pregunta:''Dónde estamos?``Esa es la Catedral. Ese el palacio de gobierno.

''Ese es el palacio?''. Parece sorprendida. Otra mujer tercia:''En esa Catedral fueron las pláticas de marzo de 1994?``Como que no se la había imaginado así. Las calles y los edificios las azoran, pero se sienten extraviadas.

A la concentración de mujeres de colores que llena en forma de trébol el porque de la Catedral la circunda un dispositivo protector de hombres encapuchados, inquietantes por el lugar donde están, pero no amenazantes. Alrededor siguen su trajín habitual el tráfico y las existencias de San Cristóbal.

``El primero de enero de 1994 fue amaneciendo despacito'', había dicho una joven oradora tzotzil. Hoy es mediodía. Algo ha cambiado, que hasta sus esposos las ven distinto.

Uno de los muchos volantes que circulan en la marcha (cada grupo parece traer sus propios papeles) da el programa del día: ``Juntas lograremos cambiar esta situación de injusticia, juntas busquemos nuestra patria que nos había olvidado, juntas busquemos una patria libre, justa y digna, donde quepamos dentro de ella y caminemos en ella con dignidad y plenitud''.


Empezaron a llegar a las 10 de la mañana. Mujeres de alrededor de 44 organismos no gubernamentales, partidos políticos y del movimiento urbano popular, dispuestas a dar mayor proyección al trabajo que realizan contra la violencia y ``por los derechos humanos de las niñas y las mujeres''.

Playeras, agendas, tarjetas postales, antojitos, condones femeninos y hasta pruebas de papanicolau se ofrecieron en los 26 puestos de la Feria de la Mujer, colocados en la plancha del Zócalo capitalino, como parte de los festejos del Día Internacional de la Mujer.Algunas activistas, como la Unión Nacional de Mujeres Mexicanas, aprovecharon para recolectar firmas de apoyo para las mujeres cubanas, mientras la Asociación Mexicana contra la Violencia hacia las Mujeres recabó adhesiones a la ley contra la violencia familiar, que incluiría la protección a los miembros de la familia porque, si ``cuando alguien nos agrede fuera de casa, puede ser sancionado, por qué dentro de ella es permitido?''.

La proyectada ley también establecería algún tipo de castigo a los actos de violencia que dejen evidencia física y moral, como amenazas, restricción del ejercicio de libertades, limitación en el cumplimiento de las obligaciones conyugales o parientales, así como que la violencia familiar sea considerada causal de divorcio.

Con la Feria de la Mujer, realizada por primera vez este año y que se prolongó hasta las 17 horas de ayer, ``se trata de establecer un canal de comunicación con la sociedad, aprovechando la celebración de este día, e invitar a toda la población a integrarse a los trabajos en los diferentes organismos de mujeres que existen'', señalaron las integrantes de, entre otras, el Colectivo Atabal (asociación de apoyo a las trabajadoras del servicio doméstico), Mujeres en Lucha por la Democracia, Mujeres en Acción Sindical, Salud Integral para la Mujer, Red por la Salud de las Mujeres, Fundación Mujer y Mujeres Revolucionarias de México.

Es otra manera de participar, además de la tradicional marcha, para establecer una intercomunicación con quienes se oponen al bloqueo de las vialidades en la ciudad. Por ello, ``otro día organizaremos un festival o un desayuno o, tal vez, un ciclo de conferencias'', dijeron.

Por los partidos políticos, asistieron el PRD, el PRT y el PT, así como mujeres de El Barzón, Asamblea de Barrios y la Unión Popular Nueva Tenochtitlan. En el evento también estuvieron representados organismos, como el Conasida, la UNICEF, el Fondo de Población de las Naciones, y la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal.

Circularon los volantes informativos de todos los colores, así como los carteles con fotografías de mujeres de la ciudad y del campo, mientras que por el equipo de sonido se transmitían cápsulas informativas, saludos de organizaciones de mujeres de otros países y se leía la historia de la celebración del Día Internacional de la Mujer, iniciada hace ocho décadas.

Sin embargo, los puestos que registraban mayor concurrencia fueron los que se abocaron a explicar el funcionamiento de los condones femeninos, y en los cuales, por 20 pesos, las interesadas se pudieron llevar un paquete de tres con su instructivo y un frasco de lubricante.

El único compromiso fue dejar nombre y teléfono para que, después, la Red por la Salud de las Mujeres se comunique con las compradoras para saber ``qué les pareció el condón y, en su caso, impulsar su comercialización en el país''.

En tanto, en el mismo puesto se realizaron, con ``confianza, serenidad y prontitud'', pruebas de papanicolau a cambio de un donativo de 15 pesos. (Angeles Cruz)


Ismael Romero La mujer mexicana tendrá una cabal integración en el desenvolvimiento económico, político y social del país, y se dará impulso a su presencia en la vida educativa, artística e intelectual, así como en la toma de decisiones, según se establece en el Programa Nacional de la Mujer 1995-2000, el cual fue presentado ayer en la residencia oficial de Los Pinos. El presidente Ernesto Zedillo llamó al programa Alianza para la Igualdad y dijo que son nueve sus objetivos fundamentales:``El acceso equitativo y no discriminatorio a la educación y a la capacitación; promover un sistema efectivo, oportuno y de calidad para el cuidado de la salud de las mujeres; combatir la pobreza que aqueja, de manera muy especial, a las mujeres; ampliar las oportunidades laborales y la protección de los derechos de las trabajadoras.

``Fomentar la actividad económica y la capacidad productiva de las mujeres; fortalecer la familia como ámbito de promoción de la igualdad de derechos, oportunidades y responsabilidades para los hombres y mujeres; defender los derechos de la mujer y garantizar su acceso en condiciones de equidad a todos los niveles e instancias de toma de decisiones.

``Prevenir y erradicar la violencia contra las mujeres; promover una cultura de igualdad, mediante la proyección de imágenes plurales, equilibradas y no discriminatorias de la mujer''.

La presentación del programa se hizo en el salón Adolfo López Mateos de la residencia oficial, ante la presencia de mujeres de los más diversos sectores de la sociedad, entre ellas Marcela Lombardo, Cecilia Soto, Cecilia Romero, Ifigenia Martínez, Guadalupe Gómez Maganda, Griselda Alvarez, María de Lourdes, Marta Chapa, María Elena Alvarez de Vicencio, entre otras.

Dulce María Sauri, diputada federal priísta y representante del Consejo Consultivo de la Contraloría Social del Programa, dijo que éste tiene como uno de sus propósitos constituirse en fuerte eslabón entre el marco normativo que garantiza la igualdad y la realidad, para transformarla.

Mencionó que miles de mujeres participaron en la formulación del programa y coincidió con Zedillo en que aquél es un llamado a constituirse en una gran alianza que permita alcanzar sus objetivos, promoviendo el cambio cultural que se requiere, impulsando una cultura plural, participativa, democrática, incluyente, que alcance por igual a los hombres y a las mujeres de todo el país.

Tras subrayar que las mujeres de México demandan atención especial del federalismo que se propone hacer realidad y que pugnarán por el pleno reconocimiento de los derechos humanos de la mujer en la legislación secundaria y en las legislaciones estatales, Sauri dijo que cinco son los grandes obstáculos que enfrentan ``de parte de este sujeto social, que somos todos''.

``Los estereotipos, los prejuicios costumbristas, la inercia, la fuerza de la costumbre, las actitudes sociales y los valores''.

Por su parte, el secretario de Gobernación, Emilio Chuayffet, encargado de presentar el programa, destacó que éste recoge las aspiraciones de las mujeres mexicanas y que en nada es un ejercicio burocrático, lejano de las demandas y los movimientos sociales e indiferente a la participación crítica y propositiva de los ciudadanos.

En el programa, apuntó, las mujeres verán acciones de gobierno que ellas mismas han reclamado. Su aplicación hará justicia a una lucha histórica de las mujeres.

Chuayffet dijo que hoy se sustenta una política de la mujer que desborda la simple política de la igualdad formal, para insertarse en el espacio amplio de una nueva cultura: la cultura de la igualdad, de la igualdad de la que derive la participación de la mujer en todos los ámbitos de la vida nacional.

En el marco de resistencia y obstáculos, expuso, las mujeres de México han logrado avances significativos, pero aún es mucho lo que se tiene que hacer, por lo que el programa encarará las tareas pendientes.

El funcionario indicó después que la institucionalidad del programa estará garantizado con la integración de un Consejo Consultivo, en el que participarán (en la ceremonia, las invitadas no sabían nada de dicho consejo): María de los Angeles Moreno, Laura Pavón, María Elena Chapa, Cecilia Romero, Consuelo Botello, Beatriz Paredes, Amalia García, Cecilia Soto, Griselda Alvarez, Olga Pellicer, Gloria Brasdefer, Graciela Hierro, Clara Jusidman, Alejandra Kawage y Cecilia Loria.

El secretario informó también sobre la creación de una Contraloría Social, que evaluará y supervisará el progreso de las tareas comprometidas en el programa. Sus integrantes son: Guadalupe Gómez Maganda, Carmen Bolado, Dulce María Sauri, Ifigenia Martínez, Leonor Ortiz Monasterio, Clara Scherer de Carrasco y Patricia Mercado.

Bruno Guandalini, representante residencial del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, leyó un mensaje que envió el secretario general de la ONU, Boutros Ghali, quien ofreció el apoyo de la organización para la realización del programa y la organización de las mujeres mexicanas.

Boutros Ghali dijo que es inaceptable que en los albores del siglo XXI las mujeres constituyan 70 por ciento de los mil 300 millones de personas que viven en la absoluta pobreza en el mundo.

El presidente Zedillo, a su vez, señaló que el éxito del programa dependerá del compromiso con que todos asuman la Alianza, y de la decisión con que se trabaja para lograr los objetivos.

El gobierno de la República, dijo, tiene el más hondo compromiso con la promoción de la dignidad y de los derechos de la mujer.