Define el PAN su futuro para 1997 y 2000
Disputa cerrada, con ligera ventaja para Calderón
Cuando la directiva del Partido Acción Nacional radicalizó su postura frente al gobierno de Ernesto Zedillo, uno de los propósitos de esa estrategia era influir en los 272 consejeros panistas, para revertir la imagen de un PAN progobiernista, mostrar que se regresa al origen del partido e impulsar la candidatura de Felipe Calderón Hinojosa,Y es que los consejeros nacionales del PAN, que hoy elegirán a su nuevo presidente, en su mayoría provienen del panismo tradicional y existía el riesgo de que decidieran su voto por el neopanista Ernesto Ruffo Appel, como una muestra de rechazo a la alianza de Acción Nacional con el gobierno, primero salinista y luego zedillista.
En el fondo, cuando los consejeros panistas elijan hoy a su nuevo presidente, habrán de decidir entre dos proyectos de partido que en la última década se han gestado en el PAN. No se trata de posturas antagónicas, sino de visiones distintas de la estrategia común de mantener al PAN aliado con el gobierno.
Felipe Calderón Hinojosa, quien tiene una ligera ventaja entre los consejeros, en realidad es el candidato del líder saliente, Carlos Castillo Peraza, y su eventual presidencia significará más de lo mismo. Esto es, un partido dispuesto al cogobierno con el Ejecutivo priísta en turno, capaz de legitimar y convalidar las decisiones presidenciales, a cambio de espacios de poder en la administración pública y promesas de respeto a los triunfos electorales.
Ernesto Ruffo Appel, a su vez, es el representante del más puro neopanismo, de los empresarios y los grupos que desde las siglas del PAN han buscado el poder, más allá de posiciones ideológicas. El ex gobernador de Baja California comparte la alianza del PAN con el gobierno, pero bajo reglas claras, sin el cogobierno. En pocas palabras, obtener los mayores beneficios posibles del acercamiento al Ejecutivo Federal, pero sin perder la figura de partido opositor. Ernesto Ruffo ha planteado que el PAN ya puede caminar solo y que el partido paga un alto costo con el excesivo acercamiento con el gobierno. Por eso, desde que solicitó su registro como candidato a la presidencia del CEN panista, Ruffo propuso revisar la táctica de que panistas participen en los gobiernos priístas, concretamente el caso del procurador Antonio Lozano Gracia.
El hipotético triunfo de Ruffo Appel significaría un rechazo del panismo tradicionalrepresentado por la mayoría de los consejeros nacionales a la línea estratégica seguida por las directivas de Luis Héctor Alvarez y Carlos Castillo Peraza en los últimos nueve años, de echar al PAN a los brazos del gobierno y que reportaron a Acción Nacional sus mayores avances electorales y la posibilidad de establecer un cogobierno.
Por eso la radicalización de la saliente administración panista respecto del gobierno. En realidad se quiere dar la imagen, dentro y fuera del partido, de que la saliente es una administración alejada del gobierno y que sus herederos, con Felipe Calderón a la cabeza, regresarán al origen partidista, retomarán los postulados del viejo panismo y reinstalarán en sus lugares a los militantes que hicieron posible el desarrollo de la segunda fuerza política a lo largo de casi 60 años de vida.
Por lo pronto, parece que Felipe Calderón Hinojosa lleva ventaja sobre Ernesto Ruffo Appel. Y es que Calderón posee un capital doctrinario que le viene de familia, cuenta con una amplia cultura política y es dueño de una oratoria fluida, además de que presentó una oferta partidista clara. En cambio, Ruffo sólo lleva en sus alforjas el haber pasado a la historia como el primer gobernador panista, y la fama de ser buen administrador. Nada más.
Pero la lucha por la presidencia nacional del PAN, debido a que el partido se encuentra ante la posibilidad del poder mayoritario en el Congreso y de la Presidencia de la República, ha rebasado las fronteras del propio partido y son claros los signos gubernamentales que orientan sus preferencias hacia Ernesto Ruffo Appel. La reciente escaramuza del gobierno-PRI-PAN dibujó el tipo de panismo que quisiera el gobierno. Más aún, la respuesta gubernamental buscó influir en la decisión que hoy tomarán los consejeros panistas.
Y si desde el ala priísta del gobierno se influye en la elección del nuevo presidente panista, también en el ala del PAN en el gobierno se mueven hilos, pero en favor de un candidato distinto.
Antonio Lozano Gracia, quien ha dicho que dejó la militancia partidista para dedicarse a la procuración de la justicia desde la PGR, en realidad se ha convertido en un activo promotor de Felipe Calderón y en impugnador de Ernesto Ruffo Appel, quien a su vez propuso al panismo regresar al PRI la Procuraduría General de la República.
Resulta que el responsable de Comunicación Social de la PGR, Juan Ignacio Zavala, es uno de los hombres más cercanos a Lozano Gracia, pero también es hijo de Diego Zavala y hermano de Margarita Zavala, estos dos consejeros nacionales del PAN. Pero además, Margarita Zavala es la esposa de Felipe Calderón Hinojosa, el aspirante a presidir Acción Nacional. La lucha por la directiva del PAN en realidad es un asunto de familias que por años se han beneficiado del partido.
Sin embargo, los consejeros nacionales del PAN elegirán hoy, más que un hombre, más que a un presidente, una línea estratégica para los años que restan del siglo, para las elecciones federales de 1977 y del año 2000. Y por intensa que sea la lucha, dentro y fuera del PAN, no son previsibles fracturas, porque lo que está en juego no es un asunto menor, es el poder.