No más privilegios a delincuentes: Zedillo
Ismael Romero El presidente Ernesto Zedillo dijo ayer a la cúpula patronal del país que la recuperación económica es posible y está cercana. En lo político, subrayó que ninguna dificultad coyuntural desalentará su determinación de construir un país de leyes y de democracia plena, y ante los reclamos de justicia y seguridad, anunció que en los próximos días enviará al Congreso de la Unión un paquete de iniciativas para enfrentar a una delincuencia que hoy amenaza a la ciudadanía y atenta contra el Estado de derecho.
``Debemos acabar con la benevolencia y los privilegios que la ley otorga a quien delinque y que fomentan la impunidad y estimulan la reincidencia'', dijo el mandatario al encabezar la clausura de la 68 Asamblea Nacional de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex).
Sostuvo que, junto con la iniciativa de Ley Reglamentaria para Combatir la Delincuencia Organizada (anunciada desde el año pasado), enviará otras para reformar el Código Penal y el Código de Procedimientos Penales para el Distrito Federal, con el propósito de modificar los tipos penales relativos al robo en sus distintas modalidades, que tan sólo en la capital del país constituyen más del 25 por ciento de la incidencia delictiva.
El jefe del Ejecutivo expuso que en las iniciativas propondrá que cuando un delincuente participe en varios crímenes, el juez lo sancione por cada uno de los delitos que cometa, evitando que se beneficie con las actuales reglas de acumulación.
Puso como ejemplo el caso del robo de vehículos.
Explicó que, al sancionar este delito, además del monto debe considerarse el riesgo para la integridad física de la víctima, la violencia y las armas utilizadas. En este delito, añadió, debe combatirse con igual energía tanto al autor del apoderamiento ilícito como a quienes posean, trafiquen o trasladen los vehículos y las autopartes.
De igual modo, dijo, es preciso proyectar y hacer extensiva a la legislación secundaria del Distrito Federal las disposiciones en materia de flagrancia y de caso urgente.
La flagrancia, explicó, implica sorprender al delincuente en el momento mismo en que comete el delito, y también debe comprender un plazo razonable en el que el criminal se encuentre en poder de los objetos de las víctimas o de otras evidencias que fundan claramente su responsabilidad.
El mandatario dijo que se perfeccionará también el régimen de libertad provisional bajo fianza, que hoy permite su otorgamiento, salvo en los escasos supuestos de delitos graves.
La iniciativa correspondiente, adelantó, propondrá otorgar dicha libertad por delitos menores, siempre y cuando no se trate de reincidentes; negarla cuando se cometan delitos graves, y facultar al juez para razonar el otorgamiento de la misma y negarlo a delincuentes reincidentes, peligrosos o que formen parte del crimen organizado.
Mencionó que, aun cuando existe ya una iniciativa en el Congreso que propone restructurar la figura penal del secuestro, se vigorizarán las normas para combartir y castigar con todo rigor a quienes cometen este grave delito.
Al pricipio de su intervención, y sin dejar pasar la presencia de dirigentes partidistas, entre ellos el panista Carlos Castillo Peraza -al final del encuentro, el mandatario y el panista se saludaron amistosos- el presidente Zedillo expuso que, gracias a la decisión y el esfuerzo de todos, se han alcanzado los principales objetivos en materia económica.
El desarrollo es posible, dijo, y afirmó que la amenaza de colapso financiero se ha disipado claramente y que se logró evitar una cadena masiva de quiebras que habrían significado la pérdida de millones de empleos y el desmantelamiento de una parte muy considerable del aparato productivo del país.
Después de hacer un balance de los logros alcanzados hasta ahora, Zedillo dijo que ``la recuperacion es posible y está cercana''.
La recuperación se logrará y se avanzará en el crecimiento, afirmó, porque ningún interés particular, ningún obstáculo circunstancial, ninguna dificultad coyuntural desalentarán la determinación de construir una país de leyes y de democracia plena.
Al abordar el tema político, Zedillo reiteró su convicción de avanzar a un pleno desarrollo democrático. Dicha convicción, añadió, parte del reconocimiento de que la vida democrática, en particular la normatividad electoral y la cultura de apego a la legalidad, tienen deficiencias que se deben corregir.
``Si no hubiese deficiencias, no habría motivo de inconformidad'', dijo, y recordó que fue por ello que antes de asumir la presidencia convocó a todas las fuerzas políticas a una reforma del Estado y, como parte de ella, a una reforma electoral definitiva.
El Presidente manifestó que la reforma debe nutrirse de las aportaciones de todos, privilegiando el consenso sobre las diferencias, favoreciendo la cohesión de propósitos sobre las discrepancias, anteponiendo la unidad sobre el enfrentamiento.
Fue entonces cuando dijo: ``Mi convicción y mi convocatoria nunca se han alterado, no deben ser distorsionadas. No es legítimo tratar de imputarles giros inexistentes ni falsas intenciones''.
Recordó haber afirmado que el Congreso de la Unión podría impulsar el progreso político del país, pero añadió que aún piensa que un primer paso deseable y posible es lograr acuerdos con las dirigencias de los partidos políticos