Llega ya a 26 mil mdd el costo fiscal del rescate bancario: consultores
Juan Antonio Zúñiga El costo de evitar la quiebra de las instituciones bancarias que no presentan viabilidad financiera ``está resultando en el cierre de empresas que generan más empleos que estos intermediarios, como en el caso de la industria de la construcción'', estima un estudio sobre la planta productiva y el sistema bancario mexicanos elaborado por la firma Securities Auction Capital (SAC).
El estudio precisa que el intento gubernamental de reactivación de la planta productiva a través del saneamiento del sistema bancario ha generado un ``nudo financiero'' en el que los bancos han recibido en forma indiscriminada recursos por 13 mil millones de dólares contemplados en el paquete de apoyos, pero la mayor parte no ha resuelto su problema financiero y el flujo de efectivo no ha sido transferido a las empresas. La consultoría estima que dicho costo fiscal, en la práctica se aproxima ya a los 26 mil millones de dólares, 100 por ciento más del costo fiscal estimado originalmente.
El paquete de apoyos al sistema financiero presentó dos grandes deficiencias. Los fondos para su aplicación se destinaron a todos los bancos mexicanos, ``sin discriminar aquellos cuyo proyecto financiero era viable de los que no lo eran''.
Pero también, agrega, se subestimaron los efectos que la recesión tuvo sobre la planta productiva, los cuales se agravaron al canalizar todos los apoyos hacia los bancos, a la par que se incrementaron los impuestos para el resto de las empresas para mantener el aparato gubernamental.
Las autoridades mexicanas han resuelto insuficientemente sólo una parte del problema, porque los bancos se encuentran en una posición menos apremiante para negociar con sus acreditados, sin la presión que implica tener urgencia de efectivo; situación en la que sí se encuentran los deudores de la banca, lo que ha configurado una situación de inequitatividad.
Las empresas y trabajadores del sector privado, reducidos por el impacto de la recesión, deben mantener al mismo número de empleados gubernamentales que existía con anterioridad a la crisis, y cargan con la obligación de pagar los servicios y subsidios que reciba el resto de la población, incluidos desempleados y subempleados.
Todo esto, puntualiza SAC, ``sin contar con el pago de los compromisos crediticios adquiridos con los bancos, que representan hoy pagos de intereses acumulados a tasas muy superiores a las que se pagaban cuando recibieron sus créditos''.
Conocidos en México a partir de sus trabajos de seguimiento sobre la evolución de la cartera vencida en los últimos dos años, los especialistas de esta firma consideran insuficiente la intención gubernamental y de la banca de apoyar con recursos financieros a las empresas con perspectivas de expansión, para sanear su situación financiera y que puedan cumplir con el pago de sus adeudos.
Técnicamente, acotan, no es viable ninguna empresa que no genere suficiente efectivo para solventar los pasivos en las condiciones originalmente pactadas, situación en la que se encuentra el 50 por ciento de las empresas mexicanas y, por lo pronto, el 25 por ciento de los créditos bancarios se han vuelto incobrables.
Bajo este esquema resulta paradójico que los bancos, que no pudieron prever y evitar su propia inviabilidad, pretendan calificar la ``viabilidad'' de aquellas empresas a las que decidirán apoyar.
El problema se presentará cuando muchas de estas firmas privadas --que son fuente de empleo aunque estén en cartera vencida-- se vean obligadas a cerrar, calificadas como ``no viables'' por algún banco que podría no ser financieramente ``viable'', incluso después de recibir el apoyo del paquete gubernamental, señala SAC.
Mientras, un análisis del Grupo Financiero Ixe estima en 825 millones de dólares la reducción de la inversión extranjera en valores gubernamentales durante la semana pasada e informa que, en el mismo periodo, se elevaron a más de 20 mil el número de los contratos a futuro del peso en la Bolsa Mercantil de Chicago.
Para esta semana, los analistas de Ixe recomiendan bajar hasta 50 por ciento las posiciones accionarias de la cartera, tomar posiciones largas en dólares y en el mercado de futuros del peso, y para las mesas de dinero ``mantenerse líquidos y sólo tomar posiciones moderadas en Bondes u otros papeles con tasa revisable''.