Luis González de Alba
La SEP y la Iglesia

Experimentos dañinos

La fuerza de la Secretaría de Educación Pública es muy cercana a la dela Iglesia; pero una es la diferencia y es muy grande: mientras la Iglesia persiste en sus valores por milenios, la SEP está sujeta a ocurrencias que llegan y se van con sus funcionarios. Dos ejemplos, ambos de 20 años atrás, no han mostrado sino en el presente sus dañinos alcances. El primero es el cambio en la enseñanza de las letras manuscritas. Como todos sabemos, la letra que llamamos de imprenta es mucho más legible que la escrita de manera enlazada, comola Palmer o la bastarda. Tanto que, cuando llenamos documentos, con frecuencia nos piden hacerlo con letras de imprenta. En los tiempos del nacionalismo barato y del folclor echeverrista alguien decidió que los niños, todos los niños de México, deberían aprender a escribir por el método más sencillo, que es el de hacer letras de imprenta basadas en círculos y rectas. El primer resultado que obtuvo la SEP fue que esos niños no podían leer un recado de su madre diciendo: Tómate un vaso de leche y espérame para cenar.

Y siguen igual

Aquellas letras continuas le resultaban jeroglíficos incomprensibles al niño, que se tomaba un vaso de coca y salía en busca de sus amigos. Los padres se mesaban los cabellos (largos entonces) y las barbas (abundantes entonces), se fajaban los pantalones (acampanados entonces) y se disponían a buscar una escuela para niños de lento aprendizaje. Quienes eran niños en los años 70 ahora andan llegando a los 30 años y muchos todavía muestran dificultad para leer la letra manuscrita. Ante la vista del diluvio, pero sólo cuando ya había ahogado a una generación, la SEP volvió a cambiar de opinión e hizo una mezcla: primeros años, bolitas y palitos, en años posteriores, letra corrida. En otros países los ensayos se hacen con pequeños grupos, como se prueban las medicinas que pueden matar al enfermo y las vacunas que pueden enfermar al sano. Pero las autoridades mexicanas se bastan a sí mismas.

Una SEP sin vosotros

El nacionalismo vulgar también dictaba que ``vosotros'' era un términajo gachupín, así como la historia patria señalaba que los españoles ``nos'' habían conquistado (¿a nosotros, los gonzález, lópez, pérez, miranda y villanueva?) La orden de un burócrata borró elplural de segunda persona. Una parte de la decisión era razonable:los mexicanos y todos los latinoamericanos empleamos el ``ustedes''como plural no sólo de ``usted'', sino también como plural de ``tú''. Así que debemos enseñarlo y antes no se hacía. Pero al borrar el pronombre ``vosotros'' resultó que el primer verso del poema mexicano más famoso entre los mexicanos resultó incomprensible para toda una generación: ``Hombres necios que acusáis...'' y al llegar allí, apenas a la cuarta palabra, el joven se veía imposibilitado de seguir, pues no sabía qué era aquello. Toda la literatura mexicana anterior al siglo XX se llenó de huecos producidos por verbos en una conjugación nunca vista. Juan Ruiz de Alarcón se fue al carajo, como todo el Siglo de Oro, con Lope, Cervantes, Tirso, Calderón y quien gustéis, pues todos resultaron autores ilegibles.

También Latinoamérica

Pero también perdimos el habla latinoamericana. El genio de la SEP ignoró que desde nuestro Chiapas, hasta Argentina y Chile, pasando por toda la América Central, el pronombre de segunda persona más popular es vos y no tú, y si no se conjuga con la forma del vosotros, sí en cambio emplea formas que resultan muy cercanas: desde Guatemala hasta Argentina se dice y se escribe `` vos sos'', que no es sino el antiguo `` vos sois'' y el actual ``vosotros sois'', sin la letra i; ``vos querés'' perdió también la letra i, como perdió la letra d el imperativo sudamericano ¡vení! que no es sino ¡venid! En Chile, también a partir de ``vos sois'' se formó el popular vo soi, que tanto nos confunde por su parecido a yo soy. Cuando un chileno dice: soi leso, no afirma que él es tonto, sino que tú eres tonto. Esas formas se encuentran, por supuesto, en la literatura latinoamericana actual y es fácil inferirlas cuando se conoce la conjugación con ``vosotros'', pero no cuando jamás se la ha escuchado. Así pues, sirve para algo más que para ver películas de Sarita Montiel.

Una traducción

Hace unas semanas, la cultura se vio enriquecida en televisión por un traductor de aquellos hijos del echeverrismo sin vosotros. El pobre, tratando de emplear ese pronombre, como exigía una película, armaba estos desbarajustes: ``A vosotros les espero mañana'', lo cual era de risa loca. Además acentuó todos esos tiempos en agudo: dijistéis, hablastéis, mirastéis. Glorias de la arbitrariedad y del autoritarismo con el que se decide el futuro de las generaciones.

Por suerte los nuevos libros de la SEP mencionan tanto el ``ustedes'' como el ``vosotros'' y por supuesto el ``vosotras'', para no incurrir en sexismo, en el cuarto grado de español, pero, como en el caso de los experimentos con la escritura, dos generaciones enteras ya se quedaron sin Sor Juana.

(Con todo, no estaría de más, en ese mismo texto, cambiar el ejemplo de la página 74 que dice: ``Mi casa luce alegre'', pues el empleo que le damos en México al verbo lucir es muy distinto: Por la mañana me luce más el trabajo; mi sueldo no me luce con estos precios; a lo lejos vio lucir un objeto; se lució en clase, sacó 10, también empleado como se ``lució'' en clase, no supo nada.)