Candados contra modas sexenales en estatutos priístas, propone Basave
Roberto Garduño Espinosa y Ciro Pérez Silva /II y última El retorno al nacionalismo revolucionario, la inclusión de candados a la Declaración de principios que impidan adecuaciones a modas sexenales y la modificación de los estatutos para emprender la democratización interna serán los principales postulados de una de las propuestas de reforma del Partido Revolucionario Institucional (PRI), que se anunciará en la 17 sesión ordinaria de la Asamblea Nacional de ese instituto político.
La reactivación del nacionalismo revolucionario en la Declaración de principios obedece a que es es compatible con la liberalización económica, sostiene Agustín Basave, presidente de la Fundación Cambio XXI Luis Donaldo Colosio.
``Nuestro nacionalismo revolucionario es distinto a los nacionalismos europeos porque es de búsqueda más que de exaltación, y no presupone xenofobias o mesianismo; es abierto, generoso e incluyente.
``El nacionalismo revolucionario es un término que hay que recuperar, así entendido. Quienes creyeron que era incompatible con la globalización y el surgimiento de la idea global se equivocaron; creo que no conocieron bien la historia. Particularmente, no creo que entendieran bien el nacionalismo revolucionario'', expone Basave.
Son 16 meses los que faltan para la elección federal de 1997, que será un termómetro para los principales partidos políticos en el país, en su búsqueda de conservar o llegar al poder, coyuntura política que el PRI enfrenta y busca sortear favorablemente.
La Declaración de principios del PRI será un documento breve, de largo alcance, no sujeto a temas coyunturales y en el que se reflejará un retorno a los orígenes.
Señalado como uno de los encargados de elaborar los postulados de la reforma priísta además de conocerse su cercanía con el presidente nacional del PRI, Santiago Oñate, Agustín Basave advierte que la transformación de su partido tendrá que considerar ``no sólo en los discursos, sino en los hechos, nuestro compromiso con la justicia social''.
La Declaración de principios también incluirá el rechazo al ``jacobinismo'', es decir a la clerofobia, pero resaltará el apoyo a las reformas constitucionales de los artículos 3, 82 y 130.
Una de las preocupaciones de quienes elaboran los postulados de la Declaración de principios se refiere a colocarle candados para que deje de ser ``un juguete sexenal''. La balanza se inclina a favor de que sean dos sesiones de la Asamblea Nacional las que puedan incidir en los cambios que se propongan a los lineamientos del priísmo. Es decir, podría convocarse a una sesión ordinaria y a otra extraordinaria.
En su reforma interna, el PRI buscará su ``reposicionamiento'' entre los grandes temas de la agenda nacional. Uno de ellos, la economía, merecerá especial atención. Se reconocerá que la política económica actual es ``la única cabalmente viable'', pero admitirá que en el contexto social hay grados y matices que pueden significar la direfencia entre el éxito o el fracaso de ésta.
``Se da la necesidad de privilegiar una economía productiva, por encima de la economía especulativa. Se deberá crear una política industrial.``Los cambios que se acercan significan para el priísmo un replanteamiento de la relación partido-Estado. Los gobernantes que el PRI lleva al poder ``deben ser los jefes del partido, pero nunca sus dueños''. Se tendrán que sujetar a límites estatutarios: no deberán imponer candidatos ni dirigentes.
Se propondrá un esquema de jefatura de partido, similar a la de España o de Gran Bretaña, países donde los jefes de gobierno están controlados ``y no pueden hacer su voluntad''. La reforma del PRI resaltará que no habrá incompatibilidad entre la función de gobernante y la militancia partidista, pero con amarres que impidan imposiciones.
Respecto al gobierno, se planteará no convertir los actos de gobierno en voluntad popular, sino a la inversa. ``Esa debe ser la relación del partido con el poder''.
La reforma relanzará una ``cruzada'' por la ética política. Adelanta Basave: ``En estos tiempos es necesario lograr nuevamente el maridaje entre ambas cosas, y el partido tiene que hacerlo, tiene que gritar en el momento en que vea corrupción, cuando detecte anomalías de cualquier tipo, debe decirlo en el momento y no a posteriori, que es lo que hemos hecho hasta ahora''.
En el caso de los estatutos, se plantearán tres puntos fundamentales:Primero. La democratización interna. Con reglas claras que tengan consenso, para que todos asuman su costo ``y que no estén sujetas a la discrecionalidad de quien las aplica''.
Segundo. Fomentar y privilegiar la carrera de partido. Que se apoye y se premie a quienes hacen una buena carrera en el PRI. Que se estipule que quien quiera llegar al poder (en el partido) haya ocupado cargos de elección popular ``porque, en consecuecia, son los que hacen tener un contacto directo con la realidad del país''.
Tercero. Que los Consejos Políticoscreados a inciativa de Luis Donaldo Colosio se conviertan en el eje de PRI. Esos órganos deberán ser representativos, deliberativos y decisorios, además de que tendrán que funcionar en los niveles municipal, estatal y nacional.
``No deben ser órganos que representen solamente a la corriente dominante del partido, a la corriente del alcalde, del gobernador o del presidente de la República, o al dirigente del partido. Deben ser espacios abiertos al priísmo en general.``Tendrán que ser espacios deliberativos, donde se pueda discutir, se pueda subir a una tribuna a manifestar opiniones, se pueda trabajar con una suerte de parlamento partidista, con comisiones, donde se elaboren dictámenes en pleno, discutiendo y votando. El Consejo Político tendtrá que tomar las decisiones que los propios estatuos le asignan.''