TRAYECTORIA
Maribel Gutiérrez, corresponsal, Acapulco, Gro., 12 de marzo Las amenazas y el trato violento contra dirigentes de organizaciones campesinas, indígenas y representantes de la oposición, fueron durante 35 meses y 11 días el sello del gobierno de Rubén Figueroa Alcocer.
Figueroa gobernó sin un proyecto de desarrollo para Guerrero, que en los últimos años pasó a ser la entidad más pobre del país y mayor índice de analfabetismo, con 27.20 por ciento de los guerrerenses mayores de 15 años.
El ahora ex mandatario manejó el gobierno sin contrapesos institucionales y de manera personalista; buscaba el control absoluto mediante el reparto selectivo de recursos para obras sociales, y con el uso de las fuerzas policiacas en caso de conflictos.
La violencia política aumentó. En menos de tres años, la lista de asesinatos por motivos políticos de militantes del PRD y defensores de los derechos sociales llegó a 84. En los últimos ocho meses, desde la matanza de Aguas Blancas del 28 de junio, hubo diez asesinatos colectivos, casi todos con intervención de grupos policiacos del estado; el total de víctimas ascendió a 67.
Cuando asumió a la gubernatura, en abril de 1993, una de las prioridades de Figueroa fue combatir la inseguridad pública. Anunció que destinaría a este rubro hasta el 60 por ciento del presupuesto del gobierno estatal. Creó el Colegio de Policía, aumentó el número de efectivos de las corporaciones policiacas estatales, principalmente la Judicial y la Motorizada. Después de tres años, la seguridad pública seguía como un problema central, y la actuación ilegal de los cuerpos policiacos. Su participación en actos de extorsión, en secuestros y en asesinatos eran parte fundamental de ese problema.
Para el campo, Figueroa fue el primer gobernador que estableció un programa de distribución de fertilizantes, para aumentar la producción de maíz. Los insumos se repartían gratuitamente, como condición de que los campesinos pagaran al final del ciclo agrícola para poder recibir el fertilizante al año siguiente.
De este programa se derivaron conflictos en todas las regiones del estado. Desde el primer año su gestión surgieron denuncias de campesinos opositores; decían que el programa de fertilizantes fue utilizado por Figueroa como instrumento para favorecer al PRI, mediante la compra de votos en las elecciones municipales de octubre de 1993.
Como una fatídica paradoja en torno de la lucha por los beneficios de éste, que era el programa favorito del gobernador para el campo, es que surgió la Organización Campesina de la Sierra del Sur (OCSS), a la que pertenecían los 17 campesinos acribillados en el vado de Aguas Blancas. Precisamente el conflicto que nunca pudo superar Figueroa, y el que le costó no culminar su periodo constitucional en la gubernatura de Guerrero, máxima aspiración de su carrera política.
Un estilo de gobernar
Figueroa Alcocer confirmó, desde su llegada, una política cerrada a la oposición. De 76 municipios en Guerrero seis son gobernados por ayuntamientos postulados por el PRD. En ellos, el gobierno del estado creó ayuntamientos paralelos, estableciendo delegaciones a las que entregaba más recursos para obras públicas que a los gobiernos municipales opositores.
En casi tres años fueron constantes las denuncias de amenazas, hechas personalmente por Figueroa contra dirigentes sociales y políticos.
En una reunión con representantes de campesinos del municipio de Tlacoachistlahuaca, que demandaban la elección democrática de comisarios y un programa de desarrollo para la región, el 20 de junio de 1995, se dio el siguiente diálogo: ``Mira gobernador, desde este palacio de Gobierno las cosas se ven muy diferentes a como las vemos los campesinos, que tenemos que andar por los caminos horas y hasta días; porque no hay carreteras ni transporte...'', trataba de explicar el dirigente mixteco, Antonio Feliciano López. No pudo seguir, porque Figueroa lo interrumpió: ``Salga inmediatamente de aquí, no vine a oír esas leperadas!'', gritó, y se retiró del lugar, diciendo en voz alta: ``No voy a perder el tiempo en oír esas mamadas!''.
Poco antes de las elecciones federales del 21 de agosto de 1994, fueron detenidos en Tepetixtla, la comunidad más poblada de la sierra de Guerrero, tres campesinos; entre ellos José Guadalupe Guzmán Martínez, hermano de uno de los fundadores de la OCSS: Benigno Guzmán Martínez.
José Guadalupe fue acusado de secuestro y asalto en agravio de personas que fueron a declarar voluntariamente ante el Ministerio Público y ante el juzgado, de que no era culpable de esos delitos.
Para presionar por la libertad, la OCSS hizo movilizaciones, entre ellas, frecuentes bloqueos a la carretera Acapulco-Zihuatanejo, a la altura de Coyuca de Benítez. Se reunieron luego con Figueroa, quien los mandó llamar y recibió un pliego de demandas.
Benigno Guzmán relata lo que Figueroa Alcocer les dijo: ``Le presentamos el pliego al gobernador. Dijo que a Lupe lo iban a liberar, y que el líquido, las despensas, el cartón, las bombas, las carreteras, el puente, el drenaje, todo eso nos iba a dar. A todo dijo que sí. Cuando llegó el punto de la presentación de los desaparecidos políticos, el gobernador dijo que mucho pedíamos por los desaparecidos, y que a esos ya se los había llevado la chingada; que ya no tenían vuelta.
``También dijo que estaba duro el problema con nosotros; nos advirtió que en cualquier rato nos podía llevar la chingada, y que en vez de echarnos una palada de tierra, mejor nos pusiéramos a trabajar con él.
``Después se levantó y se fue; nos dejó ahí, en su oficina de Casa Guerrero'', relató Benigno Guzmán, quien después de la matanza de Aguas Blancas abandonó su comunidad y se trasladó a vivir al Distrito Federal, porque en Guerrero tiene órdenes de aprehensión y amenazas de muerte.
Cargos de ``guerrilleros'' o sedición para sus opositores
El 14 de octubre de 1994, en una reunión en Chilpancingo en sus oficinas del palacio de Gobierno, Figueroa amenazó con ``aplicar la ley'' contra el síndico del ayuntamiento de Atoyac, Wilebaldo Rojas Arellano, y contra tres regidores: Secundino Catarino Crispín, Mario Valdez Lucena y Jonás Fierro Serrano. Muy nervioso, les advirtió: ``ya les van a dictar órdenes de aprehensión''. No había acusación contra los ediles perredistas por ningún delito. Sólo Figueroa en diversas reuniones los había acusado de ``guerrilleros'', y de ``instigadores de la sedición en Atoyac''.
El hostigamiento a los perredistas de Atoyac se inició a mediados de ese año. Después de una reunión con presidentes municipales, Figueroa llamó por separado a la alcaldesa de Atoyac, María de la Luz Núñez Ramos, y le dijo como en secreto: ``En su municipio hay guerrilla. El instigador está muy cerca de usted, es su síndico, Wilebaldo, y dígale que me lo voy a chingar''.
El jueves 27 de marzo de 1995 Figueroa se reunió con el comité ejecutivo estatal del PRD, integrado entonces por Saúl López Sollano y por el diputado local Ranferi Hernández Acevedo, quien después de la matanza de Aguas Blancas fue designado coordinador de la Unión de Organizaciones de la Sierra del Sur. Allí, Figueroa le dijo: ``Mira Ranferi, hay que arreglar los problemas que se dan en los municipios a través del diálogo, porque en algún momento te puede pasar algo; algún policía loco te puede matar, nosotros no queremos eso''.
El 21 de febrero de 1995 Figueroa recibió a dirigentes del Consejo Guerrerense 500 Años de Resistencia Indígena. Las palabras del gobernador a los representantes indígenas fueron interpretadas por éllos como ``de gran riesgo'' para su integridad física.
Los dirigentes del Consejo dijeron: ``la plática se desarrolló con un respeto mutuo en su primera parte, hasta que el gobernador expresó sus comentarios sobre Chiapas. Su tono cambió de la sequedad a la burla y la advertencia. Nos los insinuó como promotores de la guerra, y nos dejó claro que los que mueren son los jóvenes.
``Ya olvídate de Marcos'', dijo con el índice amenazante al diputado federal Martín Equihua, ``ese pronto va a estar en paz y para siempre. Guerrero no es Chiapas. Si eso se suelta aquí, ustedes no saben lo que les espera; los primeros que mueren son los jóvenes como ustedes. Yo ya lo viví aquí, murieron 5 mil; téngalo presente. Tú, Equihua, no eres de Guerrero. Eres michoacano, te sé de memoria... ténlo presente sobre todo tú. Se los digo para que les quede claro. Así es esto''.