Sergio Aguayo Quezada
Justicia y ratings

Costó trabajo pero Rubén Figueroa finalmente pidió licencia y se abre una remota posibilidad de que los responsables de la matanza de Aguas Blancas sean castigados. Para que esto fuera posible fue determinante lo hecho por las viudas de Aguas Blancas, la Comisión Nacional de Derechos Humanos, la alcaldesa de Atoyac y el PRD, la sociedad civil y los medios de comunicación.

En este último aspecto es indudable la importancia que tuvo la transmisión, en el Canal 2, del video de la matanza de Aguas Blancas el 24 de febrero. Dedico esta colaboración a explicar los factores que hicieron posible ese comportamiento tan atípico de Televisa.

Ricardo Rocha ha sido elogiado por haber transmitido en el Canal de las estrellas el video de la matanza. Se merece las alabanzas porque lo que hizo es consistente con el viraje que le ha dado a su trabajo periodístico. Desde principios de 1995, él y Federico Reyes Heroles empezaron a transmitir en la XEQ un programa de radio ágil, ameno y abierto a todas las ideas y opiniones. Lo llamaron La hora del cambio porque querían capturar el momento tan intenso que vive México, y tal vez para expresar su voluntad de transformar una parte del imperio de la comunicación. Federico siempre ha ejercido a plenitud la libertad de opinar, pero Rocha exploró los límites de la tolerancia de Televisa y eso es meritorio.

Que una empresa tan poco respetuosa del derecho a la información, como Televisa, haya tolerado esta apertura no se debe a una conversión mística de quienes dirigen el consorcio. La suya es una decisión influida por consideraciones mercantiles, y en los medios de comunicación electrónicos los ratings y las audiencias (la cantidad de aparatos de televisión encendidos, y de personas que ven un programa) son el factor determinante. El ejemplo más paradigmático de que Televisa ya no apabulla está en lo que pasa con su noticiero principal: 24 Horas.

Hace más de 45 años, el 5 de diciembre de 1950, se transmitió en el Canal 2 el programa Notimundo, que fue el primero producido totalmente en México. El redactor y director de ese noticiero, auspiciado por El Universal y patrocinado por General Motors, ya era, lo han adivinado, Jacobo Zabludovsky.

El formato de Notimundo seguía muy de cerca el modelo estadunidense, aunque adaptado a las escasas capacidades técnicas entonces existentes en México. Es decir, Zabludovsky aparecía en pantalla leyendo noticias durante segmentos breves que duraban de cinco a 15 minutos. La técnica fue mejorando y en 1970 pasó al aire, por primera vez, 24 Horas en el horario ``Triple A'' que todavía conserva.

A 25 años de su creación, 24 Horas todavía es el noticiario más importante de México. Se transmite por todo el país y se difunde simultáneamente por radio a través de la XEW. En el exterior es visto por medio del sistema informativo ECO, el esfuerzo más ambicioso del consorcio para difundir noticias al mundo.

Por su cobertura nacional e internacional, por su nivel de audiencia, 24 Horas tiene el horario más caro de la televisión mexicana. Transmitir un minuto en alguno de esos cortes comerciales que anuncia frecuentemente Jacobo cuesta 798 mil pesos (más IVA). El mismo comercial en el noticiero Hechos del Canal 13 costaría 49 mil 500 pesos (más IVA). La diferencia entre las tarifas de los dos noticiarios más vistos de México es de 16 veces!Tanta disparidad es injustificada. Una encuesta de opinión realizada por la empresa MORI de México con mil 208 habitantes de la ciudad de México (9 al 11 de febrero de 1996) produjo cifras muy reveladoras. En la capital del país Hechos ya supera a 24 Horas en preferencias (la primera tiene 23 por ciento de preferencia y la segunda 20 de aquéllos que ven noticiarios). En cuanto a la confianza que inspiran las dos empresas, Televisa supera por sólo tres puntos a Televisión Azteca (31 por ciento frente a 28).

Otro aspecto bien importante es el perfil de audiencia que tiene cada uno. Entre los que prefieren a 24 Horas predominan las mujeres, los mayores de edad y los menos educados. Hechos está capturando la atención de gente más joven, más educada y con mayores ingresos.

Es posible que en el resto del país 24 Horas todavía supere a Hechos pero si la tendencia que aparece en la capital se mantiene, y extiende, Televisa tendrá dos opciones: ajustar sus tarifas a la baja, o hacer programas que respondan a las inquietudes de una sociedad que silenciosamente está rechazando los viejos modos asociados a la imagen de Jacobo Zabludovsky. Sobre estos cambios se ha montado Ricardo Rocha, y gracias a esos cambios los dueños del consorcio experimentan con una comunicación más independiente.

La transmisión de la matanza creó una situación sin precedentes: Televisa recibió elogios desde el bando liberal y de izquierda, y fue el blanco de acerbas críticas desde el priísmo guerrerense. El vacío que recibió el famoso video en otros espacios del consorcio nos habla de la intensidad que tuvo el debate al interior del mismo.

Así pues, la competencia ayudó a que hubiera cambios en la televisión privada. Para algunos bastaría con dejar que sigan operando sin interferencia las fuerzas del mercado para que se dé una liberalización total.

Se equivocan. La apertura de la televisión mexicana sólo puede completarse si se arropa y complementa con un marco jurídico que, respetando el derecho a la libertad de expresión, establezca las condiciones para que se respete el derecho a la información de los mexicanos. Las leyes en vigor dicen que los titulares de las concesiones tienen que garantizar que las noticias sean objetivas, oportunas y veraces. Palabras lucidoras y bonitas, pero sin contenido porque la objetividad, oportunidad y veracidad depende de la voluntad de los dueños de los medios y/o de los conductores.

Aguas Blancas demostró la importancia que tiene la televisión en la construcción de la legalidad. El derecho a la información es demasiado importante para dejarlo a batallas individuales o a la fluctuación de los ratings. Para garantizar que la información veraz y objetiva sea cotidiana es necesaria la competencia, pero también la legalidad.

Nota. Agradezco la colaboración e información proporcionada por el doctor Daniel M. Lund, director general de MORI de México y Miguel Acosta Valverde, coordinador del Programa de Derecho a la Información de la Academia Mexicana de Derechos Humanos. Parte de la información sobre Televisa viene de Fernando Mejía Barquera, compilador, Televisa, el quinto poder, México, Claves Latinoamericanas.