La Jornada 13 de marzo de 1996

Antes del incidente de los aviones el proyecto estaba ``muerto'', afirma John Kavulich II

Josetxo Zaldúa, enviado, La Habana, 12 de marzo Cuba advirtió hoy que el presidente Bill Clinton cometió un ``grave error'' al firmar la ley Helms-Burton, aunque ya tres días antes del derribo de dos avionetas de la organización anticastrista Hermanos al Rescate, con sede en Miami, esa iniciativa para reforzar el bloqueo ``estaba muerta, no tenía ninguna posibilidad'', según John S. Kavulich II, presidente del Consejo Económico y Comercial Estados Unidos-Cuba, organización no lucrativa que agrupa a un centenar de compañías estadunidenses ``y alguna mexicana''.

Antes del episodio de las avionetas el 24 de febrero, el gobierno estadunidense estaba firmemente decidido a limar sus diferencias con La Habana en el marco de la Ley Torricelli: ``Esas son mis informaciones'', sostuvo hoy Kavulich.

En su opinión, la nueva ley habrá de otorgar más ventajas a las empresas que compiten con sus similares estadunidenses, y además ``servirá para que el gobierno cubano acelere el proceso de cambios económicos''.

Sin embargo, añadió, ``importantes hombres de negocios de mi país me han dicho que la ley no provocará ningún cambio político en Cuba, y ese, en teoría, es el objetivo de la Helms-Burton''.

Kavulich hace un diagnóstico de la economía cubana: ``Hace cuatro años estaba en estado terminal; hace tres años se encontraba en situación crítica; hace dos era estable, y hace un año estaba más o menos. Ahora se encuentra en terapia de rehabilitación''.

Poco después de que el mandatario demócrata optara por el endurecimiento del bloqueo contra Cuba, este empresario --que ya desarrolló una labor similar en la Unión Soviética la década pasada--estimó que la nueva legislación tendrá efectos a corto plazo, en ``dos o tres meses'', pero que a la larga provocará el efecto contrario al buscado por la Casa Blanca.

``Cuando el Acta para la Democracia en Cuba o Ley Torricelli fue aprobada en 1992, los que la apoyaron dijeron que (Fidel) Castro caería en seis meses. Quienes apoyaron la Helms-Burton el año pasado aseguraron también que Castro caería en seis meses. Hace 60 días dijeron que la salida del hombre sería en dos o tres años, y en agosto dirán que con seguridad Castro saldrá del poder dentro de 20 o de 30 años, y pedirán nuevas leyes para acortar el plazo'',

En entrevista con La Jornada, Kavulich señaló que ahora Cuba tendrá que hacer cambios económicos ``para preservar el interés de las grandes compañías por quedarse en Cuba. Los que han invertido están a la expectativa, y también muchos inversionistas que han mostrado interés por hacer negocios aquí. Yo creo que la Helms-Burton hará que el gobierno cubano proceda a los cambios con más rapidez de la prevista para atraer y mantener el interés de los inversionistas en estos momentos de dudas''.

La buena noticia para las compañías que hacen negocios en Cuba, agregó, es que seguramente pronto observarán un mejor clima comercial en la isla, mientras que la mala noticia para las firmas de mi país es que esa ley provocará una mejor situación para sus competidores extranjeros, dijo.

Kavulich duda de que las compañías estadunidenses --a excepción de la Bacardí, de origen cubano-- vayan a entrar en el terreno de las demandas contra sus similares europeas ya asentadas en Cuba, ``y además, los gobiernos quieren que esas firmas sigan en Cuba, y por eso las apoyan y defienden... Nadie quiere ser visto como dirigido por la política de Estados Unidos'', aseveró.

``Es muy complicado el asunto de las demandas. Nadie sabe si Lone Star va a demandar a Cemex, o si la Procter and Gamble demandará a la Unileven, o si las tabacaleras estadunidenses harán lo propio con Tabacalera Española. Muchas de esas compañías tienen negocios en común, de manera que es muy temprano para saber el alcance real de esa absurda ley'', añadió.

El presidente del Consejo Económico y Comercial EU-Cuba destacó que ``la gente de negocios con la que hemos hablado estos días en Estados Unidos cree que la inversión extranjera en Cuba seguirá aumentando a pesar de la Helms-Burton y también piensan que esa ley no provocará ningún cambio político en la isla''.

Interrogado sobre las razones de Clinton para finalmente estampar su firma en la iniciativa promovida por los republicanos, Kavulich relató que ``la reacción del Congreso al asunto de las avionetas fue extremadamente emocional. Desde ese momento, la Helms-Burton saldría adelante sin importar lo que él pudiera hacer. Y decidió firmarla pese a que a los hombres de negocios de mi país les disgusta mucho que los políticos limiten sus espacios''.

Kavulich, para quien el caso chino e indonesio, ``y también el de México'', muestra que se pueden hacer profundos cambios económicos sin tocar el esquema político, estima que la medicina para la economía cubana está en Cuba: ``El espíritu del pueblo cubano, su inteligencia y su ingenio, su sed de conocimiento, deben ser liberados. El gobierno tiene que darle a la gente la oportunidad de trabajar, de producir. Hay demasiada gente inteligente y preparada manejando taxis, y no quieren manejar taxis. El gobierno tiene que tener sensibilidad para dejar crecer el sector pequeño de la economía; eso libera tensiones y produce riqueza''.

Coqueteo electoral

El diario oficial Granma opinó hoy por su parte que, ``presionado por los coqueteos de una campaña electoral caracterizada por demostrar quién es el más duro, y tratando de sortear las tradicionales acusaciones de ser un político débil, el presidente Bill Clinton llegó a un acuerdo de compromiso con el Capitolio, que de ese modo dejará al Ejecutivo de esa poderosa nación sin atributos constitucionales suficientes como para dirigir aspectos importantes de la política exterior''.

Para el órgano oficial del Partido Comunista de Cuba, la promulgación de la Helms-Burton constituye ``un grave error del presidente de Estados Unidos``, quien ''asume así ante su propia nación y ante la historia la responsabilidad de haber permitido esa violación y de haber desatado una impredecible confrontación con sus propios aliados''.

Previamente, el titular del Parlamento cubano, Ricardo Alarcón --quien acudió hoy a un mitin donde se inauguró un mural en el que pueden leerse frases irónicas en torno a la Helms-Burton-- había acusado a Clinton de promover ``un plan demoníaco`` que en realidad ''fortalecerá aún más a la revolución''.

Las sanciones extraterritoriales de la Helms-Burton han sido rechazadas por los países de la Unión Europea, por Canadá y México y por los integrantes del Grupo de Río, entre otros, aunque desde Ginebra, la Organización Mundial de Comercio, (OMC), aclaró que ``no quiere ni puede pronunciarse'' en torno a esa ley, a no ser que algún país miembro de ese organismo presente una protesta o demanda.