Los escenarios de la reforma: Sin partidos?
Sindicato de gobernadores, para llenar los vacíos del
Ejecutivo
Los obstáculos que en todos los frentes ha encontrado la reforma político electoral han obligado a los operadores gubernamentales a diseñar un conjunto de escenarios, entre los que destacan dos que se antojan extremos, con el fin de cumplir con una de las principales promesas del presidente Ernesto Zedillo.
El primero considera que el gobierno y el PRI presenten solos, en el Congreso, una iniciativa sobre la materia, en la que sólo habrá reformas al financiamiento de los partidos y una participación más equitativa en los medios de comunicación. El segundo plantea el acercamiento con la sociedad civil, mediante organizaciones como el Movimiento Ciudadano por la Democracia, para impulsar una reforma sin los partidos políticos, pero aprovechando la pluralidad de agrupamientos como la que hizo posible los Acuerdos de Chapultepec.
Los estrategas gubernamentales han previsto la ausencia de los partidos políticos, sobre todo ante la radicalización que ha experimentado Acción Nacional, partido que sistemáticamente ha abandonado las pláticas para la reforma, y frente a la posibilidad de que un fenómeno similar se produzca con el de la Revolución Democrática una vez que renueve a su presidente y al Comité Ejecutivo en los meses venideros.En realidad la situación no es nada fácil para el gobierno de Ernesto Zedillo, sobre todo ante la expectativa general por la prometida reforma del Estado y la reforma político electoral, que se encuentran en punto muerto si no es que ya frente al fracaso, sobre todo por los cercanos comicios federales de 1997, en los que se renovará el Congreso.Por descabellado que parezca, entre los escenarios se ha llegado a considerar la posibilidad de cancelar la reforma electoral, de mantenerse la radicalización del PAN y el PRD. En este caso, se ha estimado que el costo político sería muy alto, sobre todo porque alcanzar una legislación electoral definitiva fue una promesa presidencial.
Resulta más apegada a la realidad, la posibilidad de que al mantenerse la negativa partidista, el Ejecutivo y su partido envíen al Congreso una iniciativa de reformas, que sería apoyada por la bancada priísta y seguramente rechazada por el resto de fuerzas políticas representadas en él. En este caso, la credibilidad del gobierno zedillista resultaría severamente dañada y los costos de grandes magnitudes.
En la nueva reglamentación electoral, no se descarta avanzar con el PRD, partido con el que la relación gubernamental ha resultado más tersa en los últimos meses. De hecho, las renuncias de Eduardo Robledo Rincón y de Rubén Figueroa Alcocer, a los gobiernos de Chiapas y Guerrero, respectivamente, no son ajenas a esa relación del PRD y el gobierno. En este caso, todavía está pendiente una solución favorable al conflicto en el estado de Tabasco, surgido justamente a causa de la inequidad en el gasto de campaña.
De suyo trascendental, por el peso específico que ostenta como fuerza política, la participación del PAN en la reforma político electoral ha empezado a ser calculada por los estrategas gubernamentales como imposible, sobre todo ante el surgimiento de un fenónemo que aún no ha sido bien analizado y para el cual no existen aún los controles gubernamentales.
Resulta que en el aniversario 67 del PRI, los presidentes municipales de ese partido acordaron la creación de una organización de ediles priístas en todo el país. La razón de ese reagrupamiento, surgió como respuesta a la descentralización de recursos económicos impulsada desde el Ejecutivo federal y como una reacción política a los vacíos de poder también abandonados por el primer círculo del poder.
Y en ese mismo aniversario, los gobernadores no quisieron quedarse atrás, y en un desayuno, al que asistieron todos los mandatarios estatales priístas, de manera formal se propuso la creación de un sindicato de gobernadores. Aquí la explicación fue más concreta: Si existen vacíos de poder, que deliberadamente ha soltado el Ejecutivo y si los partidos políticos son incapaces de llenar esos espacios, entonces son terrenos naturales para los mandatarios de los estados.
La propuesta quedó en el aire, pero puede concretarse muy pronto, cuando el pleno de la dirigencia se reúna en Sonora para diseñar la estrategia que seguirá en las contiendas electorales federales del año venidero. Por lo pronto, los gobernadores trabajan ya, activamente, en hacer propuestas para la reforma político electoral. Propuestas en las que el PAN no resulta indispensable.