La Jornada 13 de marzo de 1996

Kieslowski ya no buscará más temas
que originen esperanza para su cine


``Le tengo miedo al futuro, pero no al pasado...
no necesito mirar para atrás'' Foto: Afp

Ansa, Afp, Ap y Dpa, Varsovia. 13 de marzo Krzysztof Kieslowski, ya no buscará más ``crispadamente temas que originen esperanza'' para hacer su cine. Hoy, a los 54 años, murió a consecuencia de un paro cardiaco.

Retirado del cine en 1993, ``creo que es suficiente lo que hice. Ahora deseo hacer lo que muchos otros sueñan hacer: nada'', Kieslowski vislumbraba el futuro como ``un agujero negro y no sé lo que puede pasar más adelante. Le tengo miedo al futuro. Pero no le tengo miedo a mi pasado. Por lo tanto no necesito mirar para atrás'', dijo en entrevista a Gabriel Lerman para La Jornada hace apenas un año, poco después de que anunció que se iba ``a pensionar''. Parco, agregó de sus películas: ``si pudieran decir algo sobre mí, sería mejor que no lo dijeran, no creo que sea necesario, para mí lo que dicen es obvio. he hecho lo que tenía que hacer y he hecho demasiadas tonterías''.Nacido en la capital de Polonia, el 27 de junio de 1941, Kieslowski es, junto con su maestro Andrzej Wadja, el cineasta polaco más reconocido a pesar de que le llegó tarde la fama internacional. Hizo estudios de cine en la escuela de Lódz. Durante más de diez años, realizó cortos y largometrajes en los que atisbaba la realidad cotidiana polaca. Sus filmes Personel (1974) y El aficionado (1979), ya eran conocidos y apreciados por los estudiosos del cine de Europa del Este. De sus influencias, dijo a Lerman: ``quien lo ha hecho más es William Faulkner. Chaplin, especialmente con El gran dictador. Orson Wells, pero sólo con El ciudadano Kane, Scorsese y Coppola, pero también Jim Jarmush y Robert Altman''.


La actriz francesa Juliette Binoche, protagonista de Azul

De carácter esquivo y fuerte personalidad, nunca ocultó sus simpatías libertarias y su interés por las cuestiones sociales. En su país natal era una ``estrella'' aunque ``incómoda''. No fue delicado al tratar el presente polaco en sus películas. Sin consideración mostraba los absurdos del socialismo y fue uno de los representantes del movimiento ``Filmes de la agitación moral''. Pesimista por naturaleza posó su mirada crítica, pero profundamente humana, sobre la sociedad polaca. Fumador empedernido, hombre de energía inagotable, de 1978 a 1981 fue vicepresidente de la Unión de Cineastas Polacos y esa fue una de las razones por las que cayó después en desgracia, cuando se decretó la ley marcial en 81. Su película Przypadek (Casualidad) del 82, llegó a los cines polacos seis años después.

Kieslowski era un fervoroso creyente de la verdad en el cine: ``no debe mentir, es mejor expresar una verdad que no impida a los espectadores identificarse con una persona en la pantalla. Los espectadores son extremadamente sensibles a las mentiras''. Hombre de fidelidades, en los años de guerra en Polonia, comenzó a colaborar con un abogado especializado en procesos políticos, Krzystof Piesiewicz, quien se convirtió posteriormente en el co-guionista de todas sus películas. Los mismo sucedió con Zbigniew Preisner su compositor de cabecera.

El 1991, deslumbró a propios y extraños con la primera película que hizo en coproducción con Francia, La doble vida de Verónica, galardonada en Cannes ese mismo año, donde narra en forma de trhiller, la vida paralela de una joven de la provincia francesa y de una muchacha de Varsovia cuyo propósito era, según sus propias palabras, ``mostrar lo oculto, darle relieve a lo invisible''. Así lo hizo luego con su su trilogía Azul, que recibió el León de oro en el Festival de Venecia de 1993; Blanco que ganó el Oso de plata en Berlín en 1994 y, Rojo que fue injustamente olvidada por el jurado del Festival de Cannes y que marcó su verdadero adiós a las cámaras. Decía que su cine era ``de director, mientras que el norteamericano es, a lo Mc Donald's. Con ello no quiero decir nada contra Mc Donald's, pero hay gente que prefiere cocinar y, yo soy uno de ellos'', solía decir el realizador para quien todo encuadre mal gastado o inútil es la señal de una falta de ideas: a esto un director de cine se debe rebelar''.(La obra completa de este cineasta la conocimos en México, apenas el año pasado. Su titánico Decálogo así como la mayor parte de su producción pueden conseguirse en las videotecas del IFAL y en la Cineteca Nacional).