A las compañeras que luchan todos los días como si fuera 8 de marzo
``...Así como la circunstancia peculiar de que el procesado pertenece al llamado Ejército Zapatista de Liberación Nacional, organización clandestina que se levantó en armas contra el orden político constitucionalmente establecido, para derrocar al gobierno, abolir las leyes y obtener el poder público con el propósito de imponer un nuevo régimen, por lo que se eleva su grado de culpabilidad, por lo que al momento de dictar la sentencia respectiva, se le deberá imponer la pena máxima antes citada (o sea 40 años)''.
Al leer el párrafo anterior, el lector más objetivo e imparcial lo menos que puede decir es que quien lo redactó no tiene la mínima idea de lo que es el EZLN ni de los objetivos de su lucha. Si a ello agregamos que para llegar a esa conclusión el autor del citado párrafo dice basarse en la primera Declaración de la Selva Lacandona, emitida por los zapatistas el día 1 de enero de 1994, seguramente pensarían que el autor, además de desconocer la realidad actual, o bien no sabe leer o miente con alevosía predeterminada y ventaja.
Cualquiera de las suposiciones adquiere una dimensión bastante preocupante al conocer quién es el autor del multicitado párrafo; el Ministerio Público nombrado por la Procuraduría General de la República, la PGR pues, para integrar las conclusiones del juicio que nos sigue a Entzin Gómez y a su servilleta.
Olvidémonos por un momento de este par, que al fin y al cabo tienen que esperar la sentencia de un juez que deberá actuar conforme a derecho y no conforme a los intereses de la parte acusadora, y ubiquemos esta concepción que se tiene del EZLN dentro de un ámbito político y social más amplio.
Tomemos entonces en cuenta que la PGR es parte integrante del Poder Ejecutivo Federal, como también lo es la Secretaría de Gobernación. Recordemos a la vez que la propia Secretaría de Gobernación lleva adelante un proceso de negociación con el EZLN, regido por una ley aprobada por el Congreso de la Unión y con la participación directa del mismo, bajo la actuación de la Cocopa, y que esta negociación busca conseguir una paz justa y digna, puesto que el propio Ejecutivo ha aceptado en varias ocasiones que las causas del levantamiento zapatista son justas y, por lo tanto, hay que encontrar los mecanismos para encontrar soluciones también justas. Recordemos que el Ejecutivo se ha manifestado a favor de reconocerle un lugar al EZLN dentro de todos los esfuerzos que se realizan con otras fuerzas políticas nacionales para lograr la llamada reforma del Estado.
La pregunta, entonces, es: qué significa? Que la Secretaría de Gobernación y el Congreso de la Unión se encuentran negociando con los zapatistas, mientras la PGR continúa acusándolos de terroristas, y para ello no duda en mentir y manipular la realidad, o bien, es lógico que mientras una instancia del Poder Ejecutivo Federal, la SG, firma los primeros acuerdos de paz con los zapatistas, otra de sus partes, la PGR, pide que se les condene a 40 años de prisión por terroristas? Porque no hay que olvidar que a Entzin y a Elorriaga, y a otras 17 personas más, se les juzga no por lo que supuestamente se les haya probado que hicieron, sino por su supuesta pertenencia al EZLN, es decir, que para la PGR son terroristas y delincuentes solamente por pertenecer al grupo zapatista.
Ya ven por qué digo que es preocupante la visión que del EZLN tiene la PGR, y por lo tanto el Ejecutivo? Si a todos los hechos que demuestran la dualidad y la dureza del gobierno en las negociaciones de paz, por ejemplo la Doctrina Iruegas y la guerra de baja intensidad que se vive en Chiapas y en otras partes del país, le sumamos esta actitud de revancha y linchamiento que ha seguido la PGR contra los supuestos zapatistas, qué pueden esperar de bueno los propios zapatistas o todos aquellos que demuestran abiertamente su simpatía por lograr una paz justa y digna? O todos aquellos que se comprometen abierta y cívicamente con las salidas pacíficas y políticas que proponen los zapatistas para seguir con su lucha, por ejemplo el Frente Zapatista de Liberación Nacional o la conformación de un movimiento más amplio, también civil y pacífico, como el Movimiento de Liberación Nacional?Son ya muchas preguntas para un artículo tan pequeño. Y lo único claro es que en todo lo relacionado con los zapatistas y la transición democrática, el gobierno sigue sin quitarse la máscara de la simulación y alejándose, cada vez más, de lo que dice en sus discursos y giras internacionales. Y de lo que buscan y por lo que luchan millones de mexicanos.