La Jornada 15 de marzo de 1996

Crisis y altas tasas de interés, problema gravísimo de la banca

Roberto González Amador Ricardo Guajardo Touché, director general de Bancomer, no duda en afirmar que la recesión económica y las altas tasas de interés constituyen todavía ``un problema gravísimo'' para la banca privada mexicana. Cuando han transcurrido 15 meses desde que la devaluación del peso colocó a las instituciones de crédito en riesgo de insolvencia, el también vicepresidente de la Asociación Mexicana de Bancos (AMB) apunta:

``Estamos en una situación todavía delicada porque las tasas de interés se mantienen altas y la economía no crece de manera suficiente''. Pero la razón que impide superar la vulnerabilidad de la banca no radica en la falta de crédito. La banca, dice Guajardo Touché, cuenta con suficientes recursos, tanto en pesos como en dólares para prestar. El problema, puntualiza, es que el costo es aún muy alto.

En entrevista con La Jornada, Guajardo Touché analiza en retrospectiva los retos a que se vio enfrentado el sistema financiero después de la devaluación. Dificultades que, considera, tuvieron su origen en la falta de prudencia al momento de asumir riesgos.

Cabeza de segundo banco más importante del país, revela que entre febrero y marzo de 1995, en los días previos a que se anunciara el programa de emergencia económica, ``sí hubo un riesgo real de crisis bancaria, expresada en una corrida de los ahorros e inversiones hacia el extranjero, principalmente con destino a Estados Unidos''.

El director de Bancomer ubica el momento en que el riesgo de insolvencia se hizo más latente. Recuerda que antes de que el 9 de marzo se anunciara el programa económico para enfrentar la crisis, ``hubo muchos rumores en el sistema y los mercados financieros. Se hablaba de que tal o cual banco estaba muy mal, de que tal banco tenía problemas. Entonces sí hubo un riesgo, en febrero o marzo, de que hubiera una crisis bancaria al estilo Venezuela, que hubiera sido muy costosa para el país''.

Considera que la crisis del sistema bancario, de no haberse tomado las medidas de rescate que emprendió el gobierno para apuntalar el sistema de crédito, hubiera traído una caída del Producto Interno Bruto mayor al 7 por ciento que se registró en 1995. Fácilmente, estima, el desplome del PIB hubiera sido de cuatro o cinco puntos mayor.

Para Guajardo Touché la cuestión a tomar en cuenta es que la economía en general y el sistema financiero en particular están muy globalizados. ``Entonces una corrida bancaria muy probablemente se hubiera traducido en una corrida mayor contra el peso y en una devaluación mayor'', agrega.

Por ello, enfatiza, fue muy oportuno poner a disposición de la banca mecanismos de apoyo que evitaron una percepción de que el ahorrador corría algún riesgo con sus recursos.

Aunque él mismo indica que los recursos de apoyo fiscal para el rescate bancario implicaron fondos por el equivalente al 5 por ciento del PIB, afirma que el mayor costo ha estado representado por los programas orientados a respaldar a los deudores directamente y a los bancos intervenidos. ``Ese es el mayor costo del sistema, no tanto el apoyo que se ha dado a las instituciones que sobreviven''.

A 15 meses y después de cuatro programas de apoyo a la banca, Guajardo Touché considera que en 1996 ``todavía tenemos mucho trabajo. Va a ser un año de consolidar y hacer esfuerzos por recuperar la normalidad. Para dejar atrás los problemas de la banca pueden transcurrir otros dos años. Tenemos que seguir tomando castigos de créditos importantes, restructurar muchos créditos y esto toma tiempo, es un proceso que no se da de un día para otro''.

Pero la solución de fondo no puede surgir de un escritorio. El director general de Bancomer define: ``Lo más importante es que el programa económico vaya consolidándose. Las medidas de apoyos dirigidos son necesarias, pero constituyen sólo paliativos''.

En suma, añade, la única solución verdadera para los problemas de deudas de las personas y las empresas es que las tasas de interés bajen y la economía se recupere. Porque ``si nos metemos a programas de subsidios que se dirijan a los deudores de algún tipo o a la banca, en esa medida son recursos que impactan al programa económico''.

Afirma que la mejor salida para reactivar la banca es que las medidas de recuperación de la economía funcionen ``y que no nos desviemos del programa. Con eso se arregla la situación; lo que pasa es que con estas tasas de interés y con la economía en recesión, obviamente todos vemos el problema como gravísimo. Yo estoy seguro de que con crecimiento económico y tasas reales manejables empezaríamos a sentir que el problema se resuelve y eso es lo más importante''.

El director general de Bancomer percibe que la crisis económica y los problemas bancarios dejan lecciones que no deben ser subestimadas. ``Tenemos que ser más cuidadosos y más prudentes en lo que se refiere al manejo financiero del país, de las empresas y de las personas, porque las reacciones de los mercados pueden ser muy violentas y la única forma de contrarrestarlas es con prudencia. No podemos, como país, estar sujetos a este tipo de situaciones porque se pierde mucho en materia de desarrollo económico y social''.