Se coordinará Lozano con el zar de las drogas de EU
Jim Cason y David Brooks, corresponsales, y David Aponte El presidente Bill Clinton designó ayer al zar antidrogas, general Barry McCaffrey, para encabezar la delegación estadunidense de un nuevo grupo de contacto binacional de alto nivel, que se reunirá cuatro veces al año con funcionarios mexicanos para discutir asuntos antinarcóticos.
``El presidente Clinton y el presidente Ernesto Zedillo han acordado establecer un grupo de contacto de alto nivel para trabajar contra la amenaza que representa el narcotráfico en ambos países'', declaró el vocero de la Casa Blanca, Mike McCurry. Calificó el próximo viaje de McCaffreyquien también ayer fue nombrado miembro del Consejo de Seguridad Nacional a México, el 26 de marzo, para celebrar la primera reunión del grupo de contacto, como ``una misión presidencial'', que tiene como objetivo ``revisar las políticas, incrementar la cooperación existente con México, acordar nuevas prioridades y empezar a desarrollar un nuevo plan de acción''.
El anuncio de la conformación de este grupo de alto nivel en México lo hizo la cancillería a través de un comunicado de prensa. Cabe señalar que se trata del segundo grupo de esta naturaleza que establecen ambos gobiernos en los últimos tres meses y medio.
En diciembre de 1995, altos mandos militares de México y Estados Unidos sostuvieron una reunión de trabajo en San Antonio, Texas, para definir los alcances de la cooperación bilateral en materia antinarcóticos.
En conferencia de prensa ayer por la tarde en la Casa Blanca, el general McCaffrey explicó que la primera prioridad de este grupo de contacto será escuchar. ``Vamos allá a invitación del presidente Zedillo... Creemos que es un hombre absolutamente dedicado'', declaró el jefe de la Oficina de la Presidencia sobre la Política Nacional del Control de Drogas.
McCaffrey también alabó al procurador general, Antonio Lozano, ``un patriota'', y refirió que el secretario de la Defensa Nacional, Miguel Cervantes, estaba poniendo a las fuerzas armadas ``en línea, en apoyo de la acción democrática mexicana''. Añadió que ``queremos explorar las formas por las cuales podemos mantener, en ambos lados de la frontera, esfuerzos cooperativos contra estas nuevas amenazas''.
McCaffrey estimó que cualquier esfuerzo que sólo dependa de la detención del tránsito de drogas a Estados Unidos en la frontera fracasará, y abogó más bien por una estrategia que combine nuevos recursos para la intercepción en la frontera y una habilidad más amplia para recabar datos de inteligencia sobre los países exportadores y los sistemas de distribución al interior de Estados Unidos. Pero en respuesta a una pregunta sobre la participación de los militares en estos esfuerzos, apuntó que ``el problema de la droga no será solucionado por las fuerzas armadas''.
Sin embargo, el general comentó que las fuerzas armadas pueden ser muy útiles para enfrentar a los narcotraficantes. Señaló que como parte de lo que llamó ``un esfuerzo de cooperación internacional'', personal militar de Venezuela, Ecuador, Colombia y Perú desarrolla planes conjuntos con personal militar estadunidense. Incluso, informó que estos militares han volado en los AWACS de Estados Unidos durante misiones de interdicción.
Interrogado sobre las críticas que sostienen que este tipo de cooperación viola la soberanía de México, McCaffrey dijo que ``está absolutamente claro para todos nosotros que un axioma fundamental de nuestra cooperación será tratar con absoluta deferencia la soberanía de México y entender que serán los oficiales de la policía mexicana y las fuerzas militares mexicanas las que actuarán en el territorio mexicano''.
La primera tarea para este nuevo grupo de contacto será desarrollar un informe conjunto sobre estrategias antinarcóticos, la cual se aprobaría por Estados Unidos y México y, según esta fuente, ese documento establecerá el marco para la agenda de las reuniones posteriores. Además de McCaffrey, se espera que la delegación estadunidense también incluya a la subprocuradora general Jamie Garlick, al secretario asistente de Estado para Narcóticos Internacionales, Robert Gelbard, y al que será el nuevo subsecretario del Tesoro responsable para asuntos legales internacionales y que deberá sustituir al saliente Ron Noble.
Funcionarios cercanos a los preparativos de las reuniones informaron que éstas fueron propuestas, por primera vez, durante el viaje a Washington que el mes pasado realizó el canciller José Angel Gurría y que los últimos detalles fueron afinados esta semana. Dichas fuentes subrayaron que aunque McCaffrey, ex comandante del Comando Sur, participó en esas discusiones, la decisión de establecer el grupo de contacto fue producto de consultas entre varias agencias gubernamentales.
El poder de McCaffrey
Pero no cabe duda que McCaffrey rápidamente ha ampliado su presencia oficial y su influencia dentro de esta administración. Entre las pruebas de ello, la Casa Blanca anunció hoy que se establecerá un nuevo Consejo Antinarcóticos a nivel de gabinete, que incluirá al presidente, el vicepresidente Al Gore y 14 secretarios, y que se reunirá frecuentemente para coordinar estas políticas. Este ``consejo'' se percibe aquí como parte del esfuerzo de McCaffrey para ganar influencia sobre unas 35 agencias y departamentos federales que de alguna manera inciden en la política antidroga. El anterior zar, Lee Brown, señaló una funcionaria ayer, fue generalmente marginado de las decisiones a más alto nivel sobre las políticas antinarcóticos y, como prueba de eso, su Oficina Nacional de Estrategia de Control de Droga no participó en las negociaciones que llevaron al arresto y entrega a Estados Unidos de Juan García Abrego.
El general McCaffrey, señalan dichos funcionarios, muy probablemente cambiará todo esto. ``El hombre tiene objetivos muy claros'', comentó un funcionario que ha trabajado con el general. ``Si las cosas van bien, es muy bueno trabajar con él, pero también puede ser brusco, y casi ofensivo si eso es lo que él piensa se necesita para motivarlo a uno''. Hasta el momento, el general parece haber conseguido casi todo lo que ha deseado, desde que se triplicara el tamaño del personal que trabaja en la oficina bajo su coordinación, a su nombramiento como parte del Consejo de Seguridad Nacional.
De hecho, el rumor en Washington es que a McCaffrey le gustaría eventualmente asumir el puesto de director del Consejo, posición actualmente ocupada por Anthony Lake, amigo personal del presidente.
En un acto separado, funcionarios del Pentágono confirmaron hoy que han estado discutiendo la posibilidad de que Estados Unidos otorgue entrenamiento antinarcóticos a personal militar mexicano. Estados Unidos ya ofrece cursos de capacitación para pilotos de helicópteros, relaciones públicas, idiomas y otros programas especializados para integrantes de las fuerzas armadas mexicanas. Los funcionarios se negaron a detallar estas propuestas porque aún están siendo discutidas por los gobiernos.
Los encuentros binacionales a alto nivel anunciados ayer, ``no se tratan sólo de otra ronda de reuniones'', explicó a La Jornada una funcionaria de alto rango de la administración Clinton. ``Es un mecanismo para asegurar que, a los más altos niveles, tenemos a los que toman decisiones sobre políticas centrados en estos temas''. Pero otros en el gobierno estadunidense estiman que el anuncio de este nuevo grupo de contacto junto con el establecimiento del Consejo Antinarcóticos a nivel de gabinete y la confirmación de que el Pentágono está proponiendo entrenar soldados mexicanos para la lucha antinarcóticos, son todo parte de una estrategia de año electoral por la Casa Blanca.
``El (Clinton) quiere protegerse de que se le ataque en este tema durante la campaña'', explicó otro funcionario gubernamental, al señalar que el proceso electoral finalizará con los comicios de noviembre.
El analista político Robert Pastor, quien trabajó en la administración de Jimmy Carter, estimó: ``Está claro que tanto el tema de la droga como el de México se han seguido politizando en este año electoral''. Pastor, quien ahora dirige el programa sobre América Latina en el Centro Carter, sugirió que la decisión anunciada ayer podría ser un intento también de prevenir o por lo menos minimizar esfuerzos congresionales para ``descertificar'' a México.
Sin embargo, una alta funcionaria gubernamental insistió que las cuatro reuniones bilaterales al año la siguiente se realizará en Estados Unidos podrían ayudar a coordinar las estrategias entre ambos países, y mantener la atención de los altos funcionarios estadunidenses sobre los esfuerzos antinarcóticos. Al comentar las negociaciones con México sobre estos asuntos, un funcionario dijo que ``a nivel de trabajo uno se desgasta en los casos particulares, y se necesita que alguien a nivel superior observe esto dentro de la relación a largo plazo. Este mecanismo podría romper algunas de las trabas''.