El grupo binacional de contacto se reunirá cada 4 meses, indica la SRE
Ciro Pérez Silva Conjuntamente los ejércitos de México y Estados Unidos trabajan en la operación Halcón, cuyo objetivo es la intercepción no sólo aérea, sino terrestre y marítima de cargamentos de estupefacientes, señala un informe del Departamento de Estado de Estados Unidos.
El programa Halcón, inicialmente para intercepción aérea, es conocido en Estados Unidos como la Fuerza de Respuesta de la Frontera Norte (NBRF, por sus siglas en inglés), y prevé expander su área de influencia a la intercepción de cargamentos de droga por mar y tierra, precisa.
Desde la implementación de esta acción han sido incautadas más de 20 toneladas de cocaína y 14 de hachís en el puerto de Manzanillo, el mayor aseguramiento de ese enervante en América Latina, además del decomiso de 11 aeronaves, 12 embarcaciones y el arresto de 886 presuntos narcotraficantes, dice el Reporte Internacional de Control y Estrategia contra Narcóticos, del Departamento de Estado estadunidense.
En la misiva se destaca ``el decidido'' esfuerzo del secretario de la Defensa Nacional de México, Enrique Cervantes Aguirre, en contra de la corrupción que ha permeado a las esferas políticas y judiciales del país. ``Ha iniciado una rotación regular de los oficiales'' encargados de las unidades destacamentadas en la frontera con Estados Unidos, ``para evitar que una permanencia prolongada en esos lugares fomente relaciones entre los oficiales y los narcotraficantes'', como sucede con algunos comandantes de la Policía Judicial Federal (PJF), señala.
Aunado a la corrupción imperante, el Departamento de Estado subraya que la extradición o persecución de narcotraficantes en México, ``es extremadamente difícil, en virtud de que ese país no acepta gran parte de la evidencia'' reunida contra esos narcotraficantes por las autoridades judiciales estadunidenses, agrega el parte.
El documento destaca que aunque durante varios años el gobierno mexicano declinó recibir ``asistencia directa'' del gobierno estadunidense para llevar a cabo sus programas antinarcóticos, la actual crisis económica y el peligro que representa el incremento de las operaciones de lavado de dinero y tráfico de drogas para la seguridad nacional, obligaron a México a aceptar ``algo de equipo y apoyo técnico'' para concretar programas como la operación Halcón.
En este contexto, México y Estados Unidos discuten el desarrollo de un programa piloto en el área de administración de justicia, para proveer entrenamiento y equipo a jueces, fiscales e investigadores mexicanos.
Aunque el documento precisa que México es el centro de lavado de dinero más importante del hemisferio occidental, y que en su territorio se ubican las bandas de narcotraficantes mejor organizadas, reconoce que la frontera con México no es la única vía para el ingreso de cocaína a ciudades de Estados Unidos.
Advierte que su frontera con Canadá es una ruta cada vez mas utilizada para transportar estupefacientes hacia su país, además de que se ha convertido en un importante centro de lavado de dinero proveniente del narcotráfico.
El análisis que hace de la situación del sistema bancario canadiense, precisa que las operaciones de lavado de dinero son cada vez mayores, por la apertura de su sistema financiero, el alto volumen de bienes que se comercian en su frontera con Estados Unidos, y los mínimos requerimientos legales que exigen las autoridades para grandes transacciones financieras en efectivo.
El informe señala que la mariguana es la principal droga que se utiliza en ese país. Las autoridades canadienses consideran que más del 50 por ciento de la mariguana que se consume en su territorio es de producción local. El consumo de cocaína y crack ocupa el segundo lugar entre los adictos canadienses. De acuerdo con estadísticas recientes, existen poco más de 250 mil cocainómanos, y cerca de 40 mil consumidores de heroína.
En los primeros 10 meses de 1995, las autoridades canadienses incautaron apenas mil 22 kilogramos de cocaína, muy por debajo de las casi ocho toneladas aseguradas en el mismo periodo del año anterior. Lo mismo sucedió con el hachís, ya que mientras en 1995 las autoridades canadienses incautaron nueve toneladas 945 kilogramos del alcaloide, en 1994 el total decomisado superó las 36 toneladas y media, dice.
Aunque la corrupción de funcionarios por hechos de narcotráfico no es considerado un problema grave en Canadá, el documento del Departamento de Estado considera que ese país es utilizado cada vez más por bandas de narcotraficantes, para ingresar cocaína y hachís a Estados Unidos.
Datos oficiales revelan que los narcotraficantes utilizan el mar para introducir en primer término las drogas a Canadá, antes de trasladarlas por tierra hasta la frontera con su vecino. Adicionalmente los traficantes aprovechan el correo para la entrega de drogas a los vendedores en Estados Unidos.
El reporte ubica a Panamá como otro de los países relevantes en cuanto al tráfico de estupefacientes y lavado de dinero, y destaca que al ser esta nación el centro financiero y comercial más importante de la región, se mantiene como ``un punto ideal'' para el encubrimiento de transacciones financieras ilegales.
Entre los factores que facilitan el lavado de dinero en ese país, especialmente en la Zona Libre de Colón, subraya el escaso control de los flujos de efectivo en sus instituciones bancarias, y las facilidades de importación y exportación de productos en esa zona del canal, así como una economía dolarizada.