Ricardo Alemán Alemán
Itinerario político

Bajo perfil al caso Colosio, instrucción a priístas.
Salinas, dispuesto a declarar, dicen sus amigos

La instrucción parece haber surgido, en las últimas semanas, desde alguno de los primeros niveles del poder. El mensaje, entonces, fue breve y específico: bajarle al asunto Colosio. Los destinatarios: los colosistas, nuevos y viejos, y los priístas en general.

A pocos días de que se cumplan dos años del asesinato de Luis Donaldo Colosio, no sólo los avances en la investigación son poco alentadores, sino que el caso ha producido ya un severo enfrentamiento entre la dirigencia del PRI, especialmente en el Distrito Federal, con el procurador panista, Antonio Lozano Gracia.

Pero en el fondo la instrucción de bajarle al asunto Colosio pareciera buscar otros objetivos, más allá de la confrontación entre el PRI y el PAN.

Si desde los llamados colosistas o en otros sectores del priísmo se insiste en un ruidoso reclamo por el esclarecimiento del asesinato de Colosio, directamente también se estimula el clamor popular para que Carlos Salinas de Gortari sea llamado a declarar, junto con su hombre fuerte, José María Córdoba Montoya.

Contra lo que pudiera suponerse, existen en el gobierno mexicano sectores interesados en impedir que el ex presidente declare sobre el caso Colosio.

La razón es que por diversas vías, a través de sus amigos, de los muchos contactos políticos que aún mantiene en diversas estructuras del sistema, el ex presidente Carlos Salinas de Gortari ha dejado correr la especie de que nada le agradaría más que regresar a méxico a declarar sobre el asesinato de Colosio.

Más aún: hay quienes creen que Salinas de Gortari tendría en una eventual posibilidad para declarar la mejor oportunidad para regresar a México, para hablar largo, para dar su versión no sólo del crimen, sino de la crisis, y crear el escenario que le permitiría quedarse en México. Eso dicen los amigos del ex presidente.

Pero otros, que no son amigos de Carlos Salinas, que fueron amigos de Luis Donaldo Colosio, han alertado sobre una instrucción, venida de los primeros círculos del poder, para que el caso reciba un tratamiento de bajo perfil. Y si se confrontan las dos versiones parece existir consonancia.

Quienes se oponen a que la Procuraduría General de la República llame a declarar a Carlos Salinas de Gortari creen que el ex presidente podría involucrar a un número importante no sólo de ex funcionarios, sino a muchos en activo. Creen que los señalados podrían estar, incluso, en los primeros círculos del poder.En el otro bando, entre quienes dicen que Salinas estaría deseoso de regresar ``para limpiar su nombre'', se explica que Salinas tiene argumentos suficientes para demostrar que la responsabilidad de la muerte del ex candidato priísta no proviene de la oficina presidencial.

Mientras tanto, a cuatro días de que se cumplan dos años del asesinato de Colosio (23 de marzo) y justo cuando se cumplen dos años de la famosa carta que le envió Ernesto Zedillo a Colosio (19 de marzo de 1994), cuando el hoy Presidente era coordinador de campaña del malogrado aspirante presidencial, nada hay claro en las investigaciones que emprendió el procurador panista Antonio Lozano Gracia.

Por si fuera poco, una investigación encargada por el matutino El Universal deja abierta la posibilidad de que el autor material, confeso, del crimen de Colosio, haya sido cambiado.

Según el estudio científico, el Mario Aburto de Lomas Taurinas, no es el mismo Mario Aburto de Almoloya.

Por lo pronto, hay quienes esperan que el sábado venidero se produzcan novedades en el caso, incluso que se nombre a otro fiscal especial.

En el camino

Para dedicarse a sus negocios personales, Alejandro Burillo, el que fuera el segundo hombre de Televisa, dejó el cargo. Y con él se va una muy breve etapa de apertura en el consorcio televisivo.