``Vamos tras ellos, nos estan disparando'', fueron las últimas palabras desde la nave
Alonso Urrutia y Miriam Posada ``Venimos persiguiendo la Suburban sobre el Viaducto. Vamos tras ellos'', fue uno de los últimos reportes que Aníbal recibió del Cóndor 2 por las frecuencias policiacas.
En vuelo rasante, el helicóptero de la Secretaría de Seguridad Pública comenzó a disparar a la camioneta, en la que un grupo de asaltabancos trataba de evadir la persecución.
Desde la torre de la SPP, la Dirección Operativa mantiene estrecha comunicación y escucha un nuevo reporte:
``Vamos tras ellos... nos están disparando...'', es la última comunicación del Cóndor 2.
Sobre la calle de Sur 79 sólo se alcanzó a escuchar una última ráfaga, a la que siguió el desplome y explosión de la aeronave, que rápidamente quedó envuelta en llamas en la azotea del jardín de niños Mi pequeño Mundo, donde se estrelló.
Fue el clímax de una intensa y casi infructuosa persecución policiaca por las colonias Granjas México y Viaducto Piedad. No más de un cuarto de hora desde que el comando irrumpió en las sucursales de Banca Cremi y Banpais para efectuar dos asaltos simultáneos.
``Pareció como un bombardeo'', resume un testigo que opta por el anonimato:
``Primero escuche que el helicóptero volaba muy bajo. Salí a ver. De repente se escuchó una ráfaga y el helicóptero perdió altura hasta pegar con esa torre de comunicación, para luego desplomarse en el jardín de niños. Sólo alcance a meterme para sacar a los niños, no más de diez, que estaban todavía con sus maestras, presas de la crisis nerviosa''.
La narración es coincidente entre las decenas de vecinos y va a contracorriente de la versión oficial. Una ráfaga, una explosión. ``Lo tiraron'', coinciden. ``Fue una falla mecánica'', se apresuran a señalar voceros de la dependencia.
Fuentes policiacas que participaron en la aparatosa operación de rescate asienten: ``Lo bajaron''. Otros datos extraoficiales dan cuenta de que la nave habría recibido cuatro impactos, sin que hasta anoche se haya determinado el calibre.
En segundos, el despliegue policiaco es masivo, cercan las calles. Judiciales, granaderos, zorros, preventivos, todo el cuerpo de seguridad de la ciudad, al que se le añaden bomberos y socorristas.
Las calles aledañas al lugar son un gran estacionamiento de vehículos de seguridad y emergencia.
Enmedio de las llamas, los bomberos rescatan al piloto de la nave, Vicente Rodarte, único sobreviviente del Cóndor 2.
En torno al kínder, decenas de geris y judiciales se apresuran al cateo desesperado en busca de los delincuentes. Irrumpen en edificios y azoteas tras los asaltabancos.
Era el principio de una aparatosa persecución que culminaría por la noche en las inmediaciones de Santa Martha Acatitla, en otra balacera, al ser descubierta una casa de seguridad de los asaltabancos.
Minutos después, la policía preventiva logró la captura de dos de ellos, quienes fueron heridos de bala en el enfrentamiento. La Policía Judicial, por su parte, somete a otro más, en una rápida sucesión de hechos.
Sobre Sur 79, el diminuto jardín de niños es copado por decenas de integrantes de Seguridad Pública, mientras bomberos y rescatistas se dan a la tarea de remover los fierros calcinados del Cóndor 2 y rescatar los cadáveres, uno de ellos mutilado, de los tripulantes.
Lentamente, el cuerpo del superintendente, Roberto Cañas, jefe del sector 2, es retirado. Casi tres horas después termina la labor de rescate de los cuerpos.
Sudoroso y sofocado, Gustavo Gutiérrez, socorrista, responde escueto: ``Totalmente quemados, sólo salvamos al piloto que tenía prioridad uno. Quemaduras de tercer grado'', acota.
Al mando de las labores de rescate, el director operativo de la SSP, Rafael Avilés, Aníbal, según la clave de radiocomunicación, responde:
--No podría aventurarme a decir si fue falla mecánica o lo tiraron, eso se verá del peritaje de la Procuraduría.
--Detenidos?
--Tres.
--¿Se decomisaron armas?
--Dos pistolas, pero traían armas largas.
Contrariado, Avilés da cuenta de su última comunicación con el helicóptero: ``Me dijeron que iban persiguiendo a la Suburban, que iban tras ellos. No escuche más...''
--¿Falla técnica?
--Tenía máquina nueva --corta Avilés, al retirarse del operativo que sería, apenas, la mitad de la historia.
Una llamada anónima al servicio telefónico de la secretaría y los primeros datos que arroja la investigación, son la base para una nueva operación, esta vez en Santa Martha.
Eran las 19:15 horas y se anticipa una nueva refriega entre asaltabancos y las corporaciones policiacas. En rápido despliegue, miembros de la Fuerza de Tarea, encabezados por el director regional 2, Pedro Luna Castro, detectan una casa de seguridad del grupo de asaltantes en Amador Salazar e Independencia.
Decenas de policías rodearon la casa, de la cual cuatro sujetos intentaron fugarse a bordo de un Cougar rojo, placas 888-CAG, desatándose una nueva persecución y enfrentamiento, que culminaría en las calles de Francisco Sarabia.
Ahí fueron detenidos Miguel Angel Torres Valdez, José Guerrero Flores y Enrique Guzmán Acevedo; dos de ellos, heridos de bala.
Hacia la medianoche, el balance: tres muertos y un herido entre el personal oficial; seis detenidos, cuatro de ellos heridos, entre el grupo de asaltantes. El botín: aún incierto.
Según colonos de Santa Martha Acatitla no hubo enfrentamiento; los policías balacearon a tres personas y agredieron físicamente a otras más que comían quesadillas y atole en un puesto cercano al lugar de los hechos.
Rosa María Medina Nava, testigo del ``enfrentamiento'', narró que los uniformados llegaron a Juan Sarabia y Amador Salazar y detuvieron a José Guerrero Flores, quien acomodaba la antena de su televisor en la azotea de la vecindad donde ocurrieron los hechos, lo bajaron a golpes, le dispararon a quemarropa, mientras que a Miguel Angel Torres le hicieron lo mismo cuando comía en el puesto.
Por lo que respecta a Enrique Guzmán Acevedo, éste declaró que los policías lo encañonaron cuando llegaba de su trabajo, lo subieron a la patrulla 06026 y a golpes, junto con su esposa, lo pasearon hasta Santa Cruz Meyehualco, lo trasladaron al sector 6 y luego lo dejaron en libertad. El presunto asaltabancos, a las 24:00 horas, estaba en el lugar de los hechos y se identificó con su credencial de elector.