La Jornada 20 de marzo de 1996

Zedillo: superada, la disputa por la tierra en Chiapas

La disputa por la tierra en Chiapas quedó superada, aseguró ayer el presidente Ernesto Zedillo luego de ser informado de la conclusión de la firma de los Acuerdos Agrarios en aquella entidad. Señaló que con el diálogo como herramienta, con la ley como guía, con respeto y confianza para todas las organizaciones, el gobierno federal continuará trabajando por la reconciliación en Chiapas con dignidad y justicia.

La tierra no puede ser más motivo de disputa y encono, sino instrumento de trabajo y oportunidades, indicó el Ejecutivo. Por ello, los acuerdos agrarios acordados entre las 69 organizaciones, entre todos los campesinos, aquí presentes y los ausentes, serán cumplidos con rigor y puntualidad, agregó.

Ernesto Zedillo presidió en el Palacio Nacional una reunión con los firmantes de los Acuerdos Agrarios de Chiapas, ante quienes sostuvo que todas las organizaciones han recibido un trato similar, fundado en el respeto a su dignidad y a su vida interna.

A la reunión asistieron Mario Landeros Cárdenas, representante de la Organización Campesina Xi'nich; Alejandro García Ruiz, secretario de la Liga de Comunidades Agrarias y Sindicatos Campesinos de Chiapas (CNC); y Oscar Siu Sandoval, representante de la Organización Solidaridad Campesina Magisterial.

A continuación se reproduce íntegro el mensaje del presidente Ernesto Zedillo:Nos reunimos hoy para culminar una etapa, de muchas que habremos de cubrir, en nuestro reto común de combatir el atraso, la pobreza y la inequidad.

Nos reunimos para refrendar nuestro compromiso con la paz y seguir avanzando en la reconciliación, en la justicia y la legalidad para todos los chiapanecos.

Nos reunimos para reafirmar nuestra convicción de que la tierra no debe ser motivo de disputa y encono, sino instrumento de trabajo y oportunidades.

La firma de los acuerdos agrarios que superan la disputa por la tierra ustedes lo saben muy bien no ha sido tarea sencilla. Ha exigido tiempo y buena voluntad, trabajo y tolerancia.

Todos hemos trabajado con buena fe. Todos hemos aportado confianza y respeto en la negociación. Todos hemos escuchado con atención y dialogado con franqueza, como lo hacemos hoy otra vez.

En la procuración de los acuerdos agrarios ha prevalecido siempre la dignidad.

Con los acuerdos agrarios triunfa el diálogo y el respeto a la ley. Triunfa la voluntad política para superar juntos los rezagos que lastiman y ofenden a todos.

Estos acuerdos comprenden 2 mil 40 asuntos agrarios y definen con precisión su solución. Establecen los tiempos y los responsables de las acciones acordadas para garantizar su pleno cumplimiento. 69 organizaciones campesinas y 42 núcleos individuales firmaron los acuerdos que otorgan apoyo financiero para que cerca de 58 mil campesinos adquieran tierra.

Todas las soluciones acordadas tienen el respaldo de la ley. Son definitivas, otorgan certeza y claridad a la tenencia de la tierra.

Todas las soluciones acordadas resuelven todos los conflictos registrados y superan las diferencias agrarias para restablecer plenamente la legalidad en el campo chiapaneco, sin duda ni indefinición.

Todas las soluciones acordadas son producto de un esfuerzo sin precedentes que juntos realizamos. Hemos acordado la solución definitiva de la disputa por la tierra.

Los compromisos adquiridos por el Gobierno de la República en los acuerdos serán cumplidos con rigor y puntualidad por mi Administración. Son acuerdos en que compartimos tareas y responsabilidades con las organizaciones y los campesinos que les sustentan.

Estoy seguro de que también ustedes cumplirán a la letra lo que firmamos para que la solución sea rápida y permanente. A todos nos beneficia dejar atrás la disputa por la tierra para ciudarla y hacerla producir, para generar bienestar y justicia.

Para lograr estos acuerdos agrarios, ha sido necesario un esfuerzo extraordinario pese a las restricciones económicas.

Ese esfuerzo corresponde a la magnitud y complejidad de los conflictos por la tierra en su estado.

Ese esfuerzo reconoce la importancia de superar el problema agrario como base firme y cierta para la reconciliación, para impulsar las potencialidades productivas de los chiapanecos.

Ese esfuerzo atiende los reclamos para que en la concordia nos encaminemos con firmeza a las soluciones compartidas.

El gran número de organizaciones que firmaron los acuerdos agrarios refleja la diversidad social y política de Chiapas. Todas las organizaciones han recibido un trato similar, fundado en el respeto a su dignidad y a su vida interna. El análisis de cada caso en el marco de la ley definió las mejores ofertas que podíamos hacer, siempre iguales para todos. No hubo privilegios ni discriminación. Predominaron la transparencia y la corresponsabilidad.

Las organizaciones que primero se sumaron a los acuerdos pueden dar claro testimonio de los avances, que en muchos casos ya comprenden el cumplimiento total de lo pactado. La tercera parte del financiamiento para la compra de tierra ya ha sido otorgado. Esa tierra la escogen y la compran los grupos campesinos, cumpliendo normas públicas y transparentes, siempre con la anuencia y participación de los propietarios que también se han sumado a los acuerdos.

Miles de campesinos ya tienen los títulos de la tierra que han adquirido. En la mayoría de los municipios del estado ya no existen predios ocupados. Con los acuerdos firmados, antes del mes de junio la normalidad y legalidad se extenderá a todo el campo chiapaneco.

Estoy seguro de que el camino del diálogo y la participación que nos permitió llegar a estos acuerdos permanecerá abierto y reforzado para garantizar su cumplimiento. Ahora debemos concentrarnos en la observancia de los acuerdos y en la aplicación de las medidas que comprende, hasta su cabal conclusión.

Con ese propósito, instruyo a los colaboradores de las instituciones federales para que intensifiquen las tareas que tenemos por delante. Al comprometer el mayor esfuerzo por parte de las instituciones federales convoco a todos los demás participantes a sumarse plenamente al trabajo que nos permite pasar de la discusión a la solución. Hemos construido una firme base de confianza y respeto para garantizar el cumplimiento pleno y fiel de los acuerdos.

El Gobierno del Estado que encabeza Julio César Ruiz Ferro ha sido un factor fundamental, importante en la firma de los acuerdos. Una estrecha y respetuosa coordinación entre las instituciones federales y estatales ha permitido concertar los ámbitos de competencia para coincidir en las soluciones que hemos acordado.

La voluntad compartida para lograr con dignidad la reconciliación en Chiapas se ha reflejado en la negociación conjunta de los acuerdos y en el cumplimiento puntual de los compromisos adquiridos por todos los órdenes de gobierno. Las soluciones se han pactado en Chiapas y con sus campesinos, para Chiapas y su diversidad, por Chiapas y su unidad.

La participación decidida del gobierno chiapaneco es vital para enfrentar las etapas que nos falta recorrer. La superación de los conflictos agrarios es condición esencial para garantizar legalidad y certeza, convivencia armónica en las comunidades y plena confianza en las instituciones.

Con todo, como lo han resaltado quienes me antecedieron en el uso de la palabra, lo hoy logrado no basta para que la tierra brinde frutos y éstos se repartan con equidad y justicia; no basta para que las oportunidades se extiendan y multipliquen. Hemos superado una pesada carga del pasado: la disputa agraria. Ahora es tiempo de avanzar por el camino que haga producir más la tierra. Ahora tenemos que enfrentar con decisión y ahínco otros rezagos y retos que siguen incidiendo en la pobreza, la desigualdad y la injusticia.

Enfrentaremos los retos de la organización de los productores, de su asociación provechosa, del acceso a la tecnología, del crecimiento de la inversión pública y privada, del funcionamiento eficaz de los mercados para que los acuerdos se traduzcan en mejores condiciones de vida de los campesinos chiapanecos.

Cuidaremos la tierra y sus recursos para preservarlos y restaurarlos. Impulsaremos la inversión en infraestructura y la prestación de servicios públicos para que generen empleos y nuevas oportunidades para los chiapanecos.

Mantendremos nuestro esfuerzo unido para combatir la pobreza, la injusticia, la intolerancia y el rencor.

Con el diálogo como herramienta que sabemos eficaz; con la ley como guía y límite de toda acción y de todo compromiso; con respeto y confianza para todas las organizaciones, las aquí presentes y también las ausentes, vamos a continuar trabajando todos para la reconciliación en Chiapas con dignidad y justicia.

Hemos superado la disputa por la tierra de manera definitiva, en el marco de la ley y con claro sentido de justicia.

Vamos ahora a trabajar para que los acuerdos se cumplan con rigor en el menor tiempo posible.

Vamos a trabajar para que con títulos incuestionables, la tierra se incorpore a la producción y rinda buenos frutos a ustedes y a sus familias.

Vamos a trabajar para que el diálogo, la participación y el esfuerzo tenaz nos conduzcan al porvenir que demanda Chiapas y que merecen los chiapanecos.

La voluntad política ya es realidad y compromiso, las palabras se convierten en acciones y las disputas en acuerdos. Pese a restricciones y rezagos, por encima de los augurios de desaliento y pesimismo, ustedes están demostrando que con el diálogo avanzamos todos y con la suma de voluntades gana Chiapas y gana México.

Muchas gracias.