La Jornada 20 de marzo de 1996

Posición oficial en torno a la venta de complejos petroquímicos: el PRI no se ocupa de minucias

Ismael Romero y Elena Gallegos El priísta Heriberto Galindo respondió con todo el patriotismo y nacionalismo del que fue capaz --cuando fue cuestionado sobre la venta de la petroquímica secundaria--: ``Nosotros no nos ocupamos de minucias''.

La respuesta sorprendió a varios legisladores, pero la dejaron pasar. La primera sesión del periodo ordinario apenas calentaba, en un salón camaral --el de los diputados-- que poco a poco recobraba su ambiente de siempre.

``Mamita, nunca me digas que vienes a trabajar pues esto parece un tianguis, un manicomio o un carnaval'', recordó palabras de su hija la diputada priísta Matilde del Mar Hidalgo y García Barna, primera oradora del día. Y ante un auditorio que no le hacía caso, clamó: ``No más tiempo perdido por causas vanales''.

Hubo quienes aplaudieron. La versión estenográfica lo registró así. Pero todo siguió igual. Se abordó enseguida el tema central de la sesión: la venta de la petroquímica secundaria.

Arnoldo Martínez Verdugo, a nombre de la bancada del Partido de la Revolución Democrática (PRD), propuso que la Cámara hiciera un pronunciamiento en contra de la ``desnacionalización de las petroquímicas'', y designara una comisión que estudie otras salidas para la conservación, modernización y desarrollo de la industria petroquímica nacional.

La Cámara pidió además tomar cartas en el asunto para que se impulse una consulta nacional mediante un referéndum, a fin de saber si el pueblo aprueba la venta de las plantas. Fueron palabras que llegaron a oídos sordos.

Con igual poca fortuna la panista María Teresa Gómez Mont señaló que México no puede poner impedimentos al progreso, pues la nación requiere urgentemente de recursos para la recuperación económica. En cuanto a la petroquímica secundaria, sugirió la puntual aplicación de la Ley de Inversión Extranjera, ``sin excepción alguna'', y subrayó que el Partido Acción Nacional (PAN) refrenda su confianza en los mexicanos y en el capital mexicano.

Llegó el turno del priísta Galindo Quiñones para ofrecer, prometer hasta la saciedad que él, los priístas, su partido, defenderán a Petróleos Mexicanos (Pemex).

--¿Esto implica que la bancada priísta también va a defender a la petroquímica del intento gubernamental de privatizarla? --preguntó desde curules el perredista Cuauhtémoc Sandoval.

--De mi discurso se deriva la posición patriótica y nacionalista de la bancada priísta --dijo vehemente, el diputado Galindo--. Defendemos el petróleo, defendemos el subsuelo, defendemos a Pemex, defendemos a la empresa pública como patrimonio nacional, pero estamos conscientes de la urgencia y la necesidad de inversiones para seguir creciendo, para tener una petroquímica más fuerte, para que Pemex sea más grande y sólido.

``Eso es lo que estamos defendiendo. Y por eso consideramos que nuestra actitud es patriótica. No nos ocupamos de minucias. No defenderíamos nunca la venta de Pemex. El PRI se opone a la privatización de Pemex. El PRI se opone a que se venda la petroquímica básica o las refinerías''.

José de Jesús Durán, del PAN, pidió la palabra y le dijo a Galindo: ``Entiendan, el petróleo no es del PRI ni del gobierno, es de la nación, es de todos los mexicanos''.

Francisco Curi Pérez, presidente de la Comisión de Energéticos, lamentó que con ``discursos epidérmicos'' se haya evitado tocar el punto central de la controversia: la inconstitucionalidad de la venta, la legalidad del caso. Opinó que la desincorporación de las plantas debe ser motivo de una consulta nacional.

Conforme a una estrategia previamente definida, subió el panista Carlos Alfonso Nuño, quien presentó una plataforma de criterios con una propuesta de reforma a los artículos 27 y 28 de la Constitución y las leyes reglamentarias en materia de energéticos, para redefinir los conceptos de propiedad nacional y actividades estratégicas reservadas en exclusiva al Estado, así como la participación de él y los particulares en la explotación, distribución y comercialización de energéticos, entre otros propósitos.

Habían pasado siete oradores por tribuna cuando el priísta y diputado petrolero Jorge Wade reiteró la postura de sus compañeros de sector de continuar la lucha dentro del marco de derecho, oponiéndose a la privatización de la petroquímica secundaria.

``Confiamos en que el derecho nos dará la razón, si la tenemos. Aún nos restan instancias a las cuales acudir y a ellas acudiremos'', advirtió.

Por su parte, el perredista Amado Cruz Malpica anunció que su partido llevará la discusión de la venta de las petroquímicas al Poder Judicial para que defina la controversia.

Augusto César Leal, panista, politécnico y veracruzano, hizo cinco preguntas para que sean respondidas por el gobierno: ``¿Para qué vendes?, ¿a quién vendes?, ¿a cómo vendes?, ¿quién está en el medio? y ¿quién inventó la patraña de lo primario y secundario en la petroquímica?''.

Javier González Garza, del PRD, desanimó a Leal y le dijo que el presidente Ernesto Zedillo ``ni nos ve ni nos oye'', y que por ello otros deben deben responder las preguntas.

El debate tomó otro camino y se empezó a hablar de la importancia de la empresa pública y la clasificación y reclasificación de los petroquímicos. En total, la lista de oradores llegó a 16 y al final se quedaron en el aire las propuestas presentadas.