La Jornada 22 de marzo de 1996

Dudan Muñoz Ledo y Calderón que llegue a aclararse el crimen

Juan Manuel Venegas, Ciro Pérez Silva y Roberto Garduño Porfirio Muñoz Ledo recuerda: dos semanas antes de ser asesinado, Luis Donaldo Colosio ``nos buscó, y particularmente a mí me llamó en tres ocasiones. En uno de sus mensajes nos pidió que el debate político programado entre los candidatos del PRI y de la oposición lo trasladáramos hasta mayo de 1994, a afecto de que él pudiera actuar con mayor libertad''.

Para el dirigente nacional del PRD ``Colosio estaba claramente anunciando que él podía tener una actitud propia, independiente, distinta y hasta contraria a la de Carlos Salinas... Colosio, con la ventaja que tenía dentro del sistema por haber sido presidente del PRI, estaba estableciendo una esfera de poder propia''.

Entonces, Muñoz Ledo lanza las preguntas: ''Quiénes no querían que actuara con mayor independencia? Quiénes se lesionaban con la independencia presumible de Colosio? Quiénes tenían los intereses más grandes? Quiénes tenían mayores crímenes que cubrir?''. Entra al debate: ``Hay un hecho incuestionable, lo conocemos todos y es la gravedad de las acusaciones en contra de Raúl Salinas de Gortari, que hacen ver que el nivel delincuencial del grupo en el poder era muy alto''.

Con lo anterior, Muñoz Ledo advierte que si el asesinato de Colosio tuvo como objetivo poner un Presidente supeditado a los intereses de los grupos de poder que se oponen al cambio democrático en el país, Ernesto Zedillo ``debe ser el principal interesado en aclarar el crimen, porque de no hacerlo, la bala que mató a Colosio habría dado en el blanco y obtenido lo que se quería, un presidente sometido'', señaló el dirigente perredista.

En entrevista con La Jornada, acusó: ``Ahora mismo no sabemos más de lo que sabíamos a la semana siguiente del crimen. No se sabe absolutamente nada más'', repitió ``la broma popular que se extendió por la negligencia de los investigadores: si nuestro Señor Jesucristo hubiera muerto en México, todavía no sabríamos quién lo mató''.

Al enrarecimiento que abiertamente se percibía en la campaña presidencial de Luis Donaldo Colosio, se añadieron los conflictos entre el grupo en el poder, encabezado por Carlos Salinas de Gortari y el propio candidato asesinado.

Esa pugna entre los grupos de poder priístas, dice Muñoz Ledo, se reflejó en los intentos de Colosio de buscar al Partido de la Revolución Democrática, a cuyos dirigentes ``intentó acercarse para explicar las presiones que tenía encima''.

Añadió que cuando Colosio ``nos buscó'' quería explicarnos lo que le estaba pasando. Para Muñoz Ledo, el candidato priísta, ``claramente estaba anunciando que él podría tener una actitud propia, independiente, distinta y hasta contraria a la de Carlos Salinas''.

``En el caso del PRD, Colosio tenía urgencia de decirnos cosas, de que estuviéramos enterados, de establecer puentes de relación política. Yo, cuando recibí esos mensajes, decidí atender a esos llamados y establecer esos contactos, hasta que terminara la campaña''.

Dentro de ese trabajo político que ``estaba tejiendo Colosio'', Muñoz Ledo, pide no olvidar la reunión que unos días antes de su muerte tuvo con el ex regente Manuel Camacho Solís. En su larga exposición recurre al testimonio de Luis Martínez Fernández del Campo, en cuya casa se celebró el encuentro:``Ni es cierto que Luis Donaldo quedó insatisfecho, ni tampoco es cierto que arreglaron todas sus diferencias. Esos son extremos inexactos, pero lo que es verdad irrefutable es que entre Colosio y Camacho se rompió una animadversión que había sido estimulada por Carlos Salinas, y que en esa medida el candidato Colosio estaba quitándose un obstáculo''.

El PRI no acepta al PAN, pero a Zedillo le sirve

El perredista descarta que la investigación del caso Colosio sea el origen de las últimas disputas entre el PAN y el PRI, por el contrario, refiere que los ataques al procurador por parte de priístas, reflejan la resistencia al interior del PRI a seguir aceptando ``lo que ellos llaman concertacesiones, que no es otra cosa que la reducción de la presión electoral de parte del gobierno en los casos en que al PAN le interesa'', así como del reconocimiento gubernamental por los triunfos electorales de Acción Nacional.

``Tampoco los cuadros del PRI están de acuerdo en que el PAN considere a la PGR como una posición de ellos, como si fuera la CTM, como si fuera el cuarto sector''.

Para el dirigente nacional del PRD, la lógica de Ernesto Zedillo Ponce de León al escoger a Fernando Antonio Lozano Gracia como procurador yace en que el mandatario no quiere asumir la responsabilidad de la investigación, y porque ``entiende que el PAN tampoco va a llegar a fondo en la investigación''.

A dos años del suceso en la colonia Lomas Taurinas, en Tijuana, Baja California, todo lo que rodea a la investigación es cuestionable. Entre esos capítulos se encuentra el hecho de que el actual procurador, que fue ``lugarteniente'' de Diego Fernández de Cevallos, no actúa para impulsar la clara conclusión de las investigaciones.

Aquí hay un hecho inocultable, dijo, ``si Lozano profundiza en la investigación evidentemente afectará los intereses de Carlos Salinas de Gortari'', lo que si bien a algunos priístas disgusta, a Zedillo, ``todavía'' le sirve.

Durante los primeros 15 meses del gobierno de Ernesto Zedillo, según Muñoz Ledo ``el PAN le ha servido como biombo al Presidente, pero pronto ya no le servirá, porque tiene la presión de su propio partido y la presión de la opinión pública, esa es la verdad''.

Del encubrimiento en la investigación, estaría entonces pasando al encubrimiento político?Encubrimiento lo ha habido porque hay pistas que evidentemente no se han seguido, hay pistas que de manera deliberada se han confundido. Encubrimiento lo hubo, evidentemente, desde el comienzo de la investigación, se lo dije al primer fiscal, Miguel Montes.

Complicidades?Los elementos de juicio son evidentes, Colosio en apariencia no tenía complicidad de dinero, cuando menos de modo claro, ni tenía complicidad de sangre. Es decir, no estaba tan amarrado por los vínculos de complicidad como otros presidentes.

Colosio, secretario de Estado y luego candidato, fue obediente entonces?La filiación lo implica, puedo decir que yo lo comenté alguna vez con el propio Colosio, antes de que fuera candidato. Eran conversaciones informales las que teníamos, porque suponía yo que lo iban a elegir. Y le dije en aquel entonces que no tener el vínculo de la complicidad, lo hacía muy vulnerable, que él era muy vulnerable.

Que le contestó?Se interesó muchísimo. Esto ocurrió durante una discusión que tuvimos, donde yo le dije que las tensiones políticas entre un Presidente saliente y el entrante se agudizaban siempre en el mes de marzo.

Por qué en marzo?Porque es el mes en que en el PRI se seleccionan los candidatos a diputados y senadores y es ahí donde el momento de tensión se hace más fuerte.

El dirigente perredista considera que el último proceso de sucesión en el poder, las desavenencias ``fueron mucho mas graves, porque el nivel de corrupción y de criminalidad del sexenio anterior, exigía un nivel mayor de complicidad que los anteriores, un mayor nivel de obediencia''.

La colisión entre Colosio y Salinas pudo evitarse?Lo que era muy difícil de evitar era que se guardaran los secretos, porque el nivel de corrupción y la extensión de la criminalidad eran demasiado grandes. Colosio no hubiera podido actuar como se hizo en otros sexenios, a través de un chivo expiatorio, como Joaquín Hernández Galicia La Quina, Jorge Díaz Serrano o Arturo Durazo Moreno. Colosio estaba obligado a ir al fondo de los problemas y seguramente hubiera ido, porque entendía que no podía ejercer sus funciones en plenitud si no denunciaba los intereses de los Salinas y del grupo en el poder.


Mireya Cuéllar El tiempo transcurrido, el número de fiscales (tres) que ha tenido el caso y el ``improvisado'' manejo de las investigaciones que hizo Diego Valadés en las horas posteriores al asesinato, permiten suponer que será muy difícil saber quién mató realmente a Luis Donaldo Colosio, señaló el dirigente nacional del PAN, Felipe Calderón.

A dos días de que se cumplan dos años del asesinato, el dirigente panista se dijo ``escéptico'' de que la Procuraduría General de la República pueda llegar más allá de lo que ahora se conoce sobre el homicidio, porque una de las hipótesis es que los actores intelectuales ``están vinculados al aparato de poder'' y dispusieron de condiciones para ``desaparecer, desvirtuar o mermar la contundencia'' de los elementos de prueba.

``La posibilidad de avanzar en el caso Colosio es cada día más remota'', apuntó Calderón, quien dejó caer una nota de duda sobre la actuación de los dos fiscales anteriores, Miguel Montes e Irma Islas, pero no se atrevió a demandar a la PGR que los cite a declarar.

Subrayó que en cualquier investigación ``son más importantes las primeras diez horas que los siguientes diez meses y en el caso Colosio eso está pesando. Los intereses capaces de realizar un asesinato de esta magnitud son capaces también de atenuar las evidencias y creo que eso está ocurriendo en este caso''.

En la conferencia de los jueves que ofrece el Comité Ejecutivo Nacional del PAN en sus oficinas, Calderón ratificó el apoyo de su partido a Antonio Lozano Gracia y dijo que no deben ``fabricarse'' culpables si no los hay todavía sólo para satisfacer ``apetitos'' de diversa índole.

La investigación no debe estar sujeta a ``plazos fatales'', apuntó, en un intento por contrarrestar las múltiples exigencias, sobre todo de priístas, para que la Procuraduría entregue resultados confiables sobre el caso.

Por otra parte Calderón reiteró que el PAN está dispuesto a generar consensos y nuevos acuerdos en materia política, pero advirtió que la democracia ``pasa por Huejotzingo y los procesos electorales en curso, y si no hay hechos que muestren una verdadera intención de rectificar no habrá posibilidades de una reconciliación como la que dice desear el Secretario de Gobernación''.