Moción de censura contra el ministro venezolano de Hacienda
Josetxo Zaldúa, corresponsal, Caracas, 21 de marzo Pese a los vehementes intentos de persuasión por parte del gobierno, el segundo partido del país, el socialcristiano Copei, presentó hoy en la Cámara de Diputados una moción de censura contra el ministro de Hacienda, Luis Raúl Matos, a quien se acusa de poner en práctica una política económico-financiera "que tiene el sello de desastrosa", según dijo el ponente, Nelson Chitty la Roche.
Mientras, los poco más de 700 mil empleados públicos que iniciaron ayer un paro de 48 horas anunciaron este jueves que mañana reiniciarán labores para dar un margen a la negociación, aunque advirtieron, en voz del líder de la Confederación de Trabajadores de Venezuela, Federico Ramírez, que radicalizarán sus protestas en caso de que el gobierno no adopte en breve una política de sueldos y de seguridad social.
El ministro del Interior, José Guillermo Andueza, reconoció que el gabinete analiza la posibilidad de que el paro iniciado la víspera, acompañado de una cacerolada, represente el inicio de una nueva ola de movilizaciones. Si la moción contra Matos llega a ser aprobada el próximo martes --todo dependerá de la decisión de Acción Democrática (AD)--, el hombre de confianza del presidente Rafael Caldera y jefe de la misión gubernamental que hoy inició una nueva ronda de conversaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI), quedaría fuera del gabinete calderista.
Los adecos analizarán este fin de semana la postura a seguir, y el Movimiento al Socialismo (MAS) y el gobernante y minoritario partido Convergencia anunciaron su rechazo al voto de censura contra Matos.
Respecto a las negociaciones con el equipo fondomonetarista, Armando León, miembro de la delegación local, precisó este jueves que los puntos fundamentales a tratar con el FMI son cinco: control de precios, de la inflación, gasto social, incremento de las tarifas de la gasolina y reducción del déficit fiscal.
El tema que hoy centró la atención de los medios de difusión, sobre todo de la prensa escrita, fue el de la gasolina. Cada periódico hizo su particular apuesta sobre los futuros precios de las tres clases de combustible que se consumen en el país. Al paso salió a media tarde el ministro de Energía y Minas, Erwin Arrieta, quien descalificó a los ``fabricantes de rumores'', y el ministro Matos se limitó a decir que las nuevas tarifas no impactarán al transporte público, porque el gobierno seguirá subvencionando a un sector social considerado como ``muy sensible''.
Los rumores no desmentidos todavía fijan en los días de Semana Santa (del 4 al 7 de abril) el momento que el gobierno ha elegido para desmontar el control de cambios e incrementar el valor del combustible. Se aprovechará el largo periodo vacacional, y el que los bancos cerrarán cuatro días para enviar un mensaje claro al FMI y, en general a los inversionistas extranjeros que exigen cambios drásticos en la conducción económica del país para hacer negocios.
Sin embargo, las relaciones entre los ministros del área económica y la iniciativa privada siguen en una suerte de callejón sin salida, pese a la maratónica reunión que ambos sostuvieron anoche en el Palacio de Miraflores. Los temas que más inquietan a los hombres de negocios de este país --el desmontaje del control de cambios y cuál será la nueva paridad del dólar-- no fueron aclarados por los hombres del Presidente.