OLIVER STONE CON LOS MAS PEQUEÑOS
Jaime Avilés, enviado, San Cristóbal de Las Casas, Chis., 24 de marzo ``Ustedes no son los más pequeños. Ustedes son unos gigantes y su lucha es un ejemplo para el mundo'', afirmó esta noche el cineasta Oliver Stone en una conferencia de prensa conjunta con los delegados del Ejército Zapatista de Liberación Nacional al diálogo por la paz en Chiapas.
Muerto de cansancio porque se levantó a las cuatro de la mañana para volar de los Angeles a Tuxtla Gutiérrez con escala en el Distrito Federal, Stone, director de Nixon, película nominada para varios premios de la Academia de Hollywood, llegó a esta ciudad a unas cuantas horas de la entrega de los Oscares, y confirmó que a la hora en que empiece la ceremonia estará en la selva Lacandona en compañía del subcomandante Marcos.
El cineasta Oliver Stone y la actriz
Ofelia Medina,
junto con la delegación zapatista en San Cristóbal
de las Casas, Chiapas. Foto: Raúl Ortega
De acuerdo con el breve y afectuoso comunicado que leyó el comandante Tacho en presencia del célebre realizador estadunidense, Stone viene ``como avanzada al Foro Continental Americano'', que se iniciará el 3 de abril en La Realidad y que será una reunión preparatoria del primer Encuentro Intercontinental por la Humanidad y contra el Neoliberalismo, convocado por los zapatistas.
Ningún parentesco
El director de Nixon aterrizó a media tarde en el aeropuerto de Tuxtla Gutiérrez con una comitiva de 18 activistas pro derechos humanos, que subió en media docena de taxis hasta este valle de Jovel. De inmediato se alojó, con todo el grupo, en la modesta posada D' Mónica, donde el cuarto sencillo vale 50 pesos. Allí se encontró con la actriz Ofelia Medina y con la diputada Rosario Ibarra de Piedra, y arrastrando la cobija caminó hasta el ex convento de El Carmen.
Antes de cruzar el detector de metales que resguarda la Policía Militar, obtuvo un pase especial para entrer en la sede del diálogo, y, por el gesto que hizo tratando de sonreír, sintió que le estallaba la cabeza al oír las trompetas y las vihuelas de los mariachis que le tocaron la Diana para darle la bienvenida.
Rodeado sobre todo por reporteros y fotógrafos de las agencias internacionales de noticias, pasó a una pequeña habitación donde ya lo esperaban los delegados del EZLN. Asintiendo con la pesada y cuadrada cabeza a las palabras que le susurraba el perredista Ricardo Pascoe en calidad de traductor, Stone escuchó el mensaje del comandante David, quien se limitó a expresarle cuán honrosa era esta visita para ``nosotros, los más pequeños''.
Luego de externar, por primera vez en la noche, que para él los zapatistas son ``unos gigantes que están haciendo un esfuerzo admirable'', Stone regresó al patio del ex convento y en medio de una larga fila de asesores e invitados del EZLN al diálogo por la paz, volvió a sentir que lo destrozaba la jaqueca bajo las luces del auditorio y los flashes de los fotógrafos.
Tacho leyó el comunicado zapatista para saludar al cineasta quien, ``después de haber sufrido los efectos de una guerra colonial'' (porque de joven estuvo en Vietnam), ``adquirió conciencia y desde entonces su trabajo ha sido esclarecedor y de denuncia''. Hoy ``es conocida su lucha en todo el mundo contra el neoliberalismo''.Después de subrayar que al ``Ya basta! del primero de enero de 1994 se han sumado voces de muchas partes del mundo'', el EZLN reconoció que ``el esfuerzo de nuestros hermanos'' de Estados Unidos, Japón y Europa ``tiene gran relevancia (porque) ellos viven en el corazón del poder del dinero y a pesar de ello levantan su voz indignada''.
Una mujer arrodillada a los pies del cineasta iba traduciendo el mensaje entre el gentío que atestaba el escenario y, quién sabe cómo, desapareció para que Stone pudiera avanzar hasta la primera fila del angosto presidium y situarse entre los comandantes Tacho y David para decir:``Nosotros respetamos a los zapatistas y admiramos su combate por el cambio y por la paz. Ustedes no son los más pequeños, como dijo David. Ustedes son unos gigantes y su lucha es un ejemplo para el mundo. De todo corazón les decimos que valoramos profundamente lo que están tratando de hacer''.
La sorpresa de la noche fue que, en ese momento, la activista de la Convención Nacional de Mujeres, Eugenia Gutiérrez, leyó el comunicado zapatista en inglés, y luego el comandante David despidió al cineasta y dijo que debía retirarse a descansar porque ``está un poco enfermo''. Y al verlo de nuevo caminando por el patio y con una sospechosa burbuja en la nariz, me acerqué a preguntar qué tenía.
Junto a él avanzaba doña Rosario Ibarra de Piedra. Es cierto, míster Stone, que ustedes dos son parientes?, dije. La broma surtió efecto sólo con doña Rosario, porque el cineasta de veras lucía maltrecho.
Dispuesto a sufrir
El grupo salió a la calle y cruzó ante la fachada de una iglesia que aún conserva las huellas de un antiguo incendio. Stone caminaba con las manos a la espalda, jugando entre los dedos con un hilo de cuentas ensartadas que sirve para ayudar a no fumar o simplemente calmar los nervios. Detrás de él iba, no menos fatigado, el guionista Christian Renna, coautor de varias películas de Stone.
De qué está enfermo míster Stone? le dije a Renna. Gripe?No respondió. Es alérgico a las plantas...
Oh, my God!, pensé alarmado en los millones de plantas que lo aguardaban en la selva, mientras Renna me explicaba que él y míster Stone han viajado como activistas en favor de los derechos humanos por Camboya, Vietnam, China, Nepal y Tíbet, así como por el interior de Estados Unidos, ``donde los indígenas son víctimas de la violencia y el racismo''.
Estábamos llegando al hotel Diego de Mazariegos, donde la comitiva tenía reservaciones para cenar, y al cruzar la calle pregunté finalmente que si míster Stone era alérgico a las plantas, qué pensaba hacer durante su estancia en la selva Lacandona?Sufrir como los indios contestó el guionista.
Hablará Oliver Stone en entrevista para La Jornada?, le dije ya en el patio interior del hotel. Y el cineasta, impávido, afirmó en declaración exclusiva:Maybe tomorrow. Not now, please...