MURIO LOLA BELTRAN, LA GRANDE
Luis Enrique Ramírez México ha perdido a la mayor de sus cantoras. Lola Beltrán, La Grande, falleció ayer a las 18:30 horas a consecuencia de la embolia pulmonar masiva que desde el sábado la mantenía hospitalizada. Un infarto agudo al miocardio detuvo, entonces, su corazón por espacio de siete minutos. Superada aquella crisis, Lola escribió:``Me resistí a morir, luché con todas mis fuerzas... Estos momentos que he vivido jamás los podré olvidar. Dios nuestro señor, con su infinita misericordia, me dejó vivir un tiempito más''.
Breve fue, en efecto, su retorno. Murió en el Hospital Angeles y desde la noche de ayer es velada en la capilla A de Gayosso Félix Cuevas. Encabezado por su hija María Elena (producto de su único matrimonio con el torero Alfredo Leal), el desfile de deudos ha sido interminable. Será trasladada después, seguramente, a su tierra natal, El Rosario, Sinaloa, para su sepelio. Decía a este diario el 24 de octubre de 1994:``No le tengo miedo a la muerte. La respeto. Pero no me quisiera ir ahorita. Cuando Dios quiera, pero me gustaría llegar al año dos mil. No estoy tan grande todavía, puedo llegar con una gran fuerza y dignidad... Ah! Quiero que me entierren en el panteón de El Rosario, ya tengo mi lugar ahí, tengo creo ocho por ocho''.
La Grande, cuando reina de la
canción mexicana
María Lucila Beltrán Ruiz, su verdadero nombre, nació en 1929. Sus juegos de niña eran los teatritos que organizaba para cobrar un centavo por oírla cantar. Muy joven vino a la ciudad de México acompañada de su madre, María de los Angeles (fallecida en 1990), decidida a convertirse en cantante. Entró a la XEW como secretaria. En octubre de 1954 fue lanzada al estrellato por Ignacio Fernández Esperón, Tata Nacho, en el programa Así es mi tierra. Poco después grabó su primer disco en Peerless. ``XEW viene siendo para mí la puerta de oro, me dieron todo, me cuidaron. A la fecha no es tontería, siempre que paso por ahí hago la señal de la cruz''. Recordaba:``Seguí trabajando como secretaria del señor Amancio Guzmán. Después me fui a El Patio, y alternaba con Edith Piaf. Mi hermana platicaba mucho con ella y le decía: 'Esta muchachita va a hacer algo importante'. Cuando fui a París, antes de presentarme en el Olympia visité su tumba. Le llevé siete rosas rojas''.
Triunfó en París lo mismo en el Olympia que en el Lido. En 1978 cantó para los reyes de España, donde su primera presentación es conmemorada con una placa en un parque de Torrelodones, cerca de Madrid. Pedro Almodóvar puso sus ojos en ella antes que en cualquier otra cantante vernácula: la canción que abre Mujeres al borde de un ataque de nervios es la versión de Lola a Soy infeliz de Ventura Romero. En Venezuela y en Estados Unidos es tan admirada como en México. Aquí, fue la primera cantante popular en presentarse en el Palacio de Bellas Artes, el 3 de diciembre de 1976. Carlos Monsiváis escribió el texto del programa: ``Ya agarraste por tu cuenta Bellas Artes''. Ahí, en el palacio de mármol, conmemoró hace dos años sus cuatro décadas en el canto.
``Cuarenta años! He tenido de todo, como es lógico, pero más bonito que feo. Estoy altamente agradecida al cielo, a la vida, a Dios por dejarme vivir y luego cantar... Y llegar a esta plenitud. Soy muy feliz de haber podido lograr las cosas que yo he hecho que han sido estupendas, vivir esta vida ha sido una maravilla extraordinaria. Eso sí, de mucho trabajar, de un gran esfuerzo, siempre con dignidad. Lola ha corrido con una suerte maravillosa. Ha abierto lugares como una Francia que es una selva, una Rusia óyeme, he estado en Japón y he estado en Líbano. En La Scala de Milán me gritaban Brava!, y en todas partes me han pedido canciones mías, de México, que el mundo entero conoce. Me siento tan orgullosa de mi México! Me siento orgullosa de ser mexicana, bendito sea Dios!''.
El texto en el programa de aquel concierto, el 24 de octubre de 1994, fue escrito por Carlos Fuentes, quien la llamó ``Nuestra señora''. Como tal fue venerada. Lola la Grande la bautizó Raúl Velasco y así fue llamada en el mundo entero. No tenía Lola planes de retiro inmediato, pero en 1990 decía:``Hay gentes que quieren estar siempre, pero viven de su mito, de su ego. Yo no, para nada. Cuando decida irme quiero hacerlo en plenitud de facultades, de entrega, de amor, quiero que así me recuerde la gente...''
Angélica Abelleyra y Renato Ravelo La reacción por la desaparición física de Lola Beltrán fue de unánime reconocimiento a su papel principal en la historia de la música mexicana. De Lola la Grande queda un testimonio póstumo con el proyecto del Disco del Siglo, promovido por Juan Gabriel junto con Amalia Mendoza La Tariácuri y Lucha Villa, cuya aparición esta programada para el mes de mayo, luego de las grabaciones en Los Angeles, Miami y Nueva York.
Carlos Monsiváis: Lola Beltrán es una extraordinaria intérprete de la canción ranchera. Fue para mí una amiga extraordinaria. Continuó de modo notable la tradición de Lucha Reyes y aprovechó, magníficamente, una etapa creativa marcada por José Alfredo Jiménez, Tomás Méndez y en años más recientes Juan Gabriel. No dejó de renovarse dentro de un repertorio básicamente firme. Sus grabaciones últimas tienen una fuerza distinta, pero una intensidad igual a las primeras. Grabó muchísimo, pero sus primeras grabaciones y los dos conciertos en Bellas Artes compendian lo mejor de su trabajo. Inevitable pensar en Lola Beltrán cantando ``Que me toquen las golondrinas''.
Cuco Sánchez: No puedo decir mucho de Lolita, yo la estimaba como compañera, amistades en el medio casi no tengo. Todos sabíamos y a mí me constó que era una persona muy decente, muy linda. No tuve la oportunidad de tratarla demasiado. Todo el mundo la consideraba como una de las mejores cancioneras de México. Todos la queríamos mucho. Eso es lo que puedo opinar sobre Lolita. ``Que Dios la tenga en su santo reino''.
Tania Libertad: Lola Beltrán es la figura más importante dentro de la música mexicana. Su partida nos deja un vacío terrible, un vacío grande. Como persona siempre fue gentil, alguien que se caracterizó por darle la mano a la gente más joven, estar cerca del trabajo de aquellos que empiezan. Sin ella queda un lugar vacío que difícilmente va a ser llenado, por su trayectoria, por su voz impresionante, su porte, por la manera de estar en el escenario. Lola, máxima figura de la canción vernácula, nos enseñó a amar a México a través de su voz. Yo le aprendí la fuerza, el profesionalismo, esa manera de imponerse al público con una estatura artística que difícilmente se obtiene. Y su presencia de alguna manera trascendió hacia todos nosotros, los que cantamos y amamos la música porque somos de alguna manera sus alumnos. El estilo Lola Beltrán se nota en las generaciones cobijadas bajo esa maravillosa forma de interpretar la música de México.
Astrid Hadad: Es una pérdida tremenda para la canción mexicana. Se ha ido uno de los últimos ídolos de la canción mexicana. Me marcó mucho porque la oí desde pequeña. De hecho las canciones de Lucha Reyes las escuché en voz de Lola. De ella me impresionó siempre su capacidad de crear un personaje (ella) con fuerza y temperamento a la vez que voz magnífica. Su pérdida es tremenda. Y como es una de las figuras de la canción que oí desde niña, eso me marcó y me fue dejando parte de su estilo, de su forma bravía que continuó siempre reafirmándola y plasmándola totalmente, con su voz poderosa y su presencia tan enorme, tan enorme como ella misma.
Betsy Pecanins: Lola Beltrán fue una mujer con una voz y una trayectoria importantísima. No fue una influencia directa para mi trabajo pero sí recuerdo con claridad que una vez coincidimos ella y yo en la embajada española en México, recién yo iniciaba en este país. Era 1978-79, ella sentada, reservada y yo con mi guitarra y Agustín Bernal en el bajo musicalizábamos cosas de poesía. Fue el único encuentro que tuve con ella y resultó alguien muy amable conmigo porque opinó que cantaba bien, me felicitó. Creo que como esa vez, con Eugenia León fue muy solidaria cuando concursó en el OTI. Lola Beltrán siempre fue una gran voz. Pudimos tener puntos de vista diferentes de hacer las cosas pero es innegable su gran estilo, su papel fundamental como intérprete de la tradición mexicana en el mundo. Después de Lucha Reyes no ha habido muchas cantantes de ese estilo tan importantes. Ella fue relevante, además de muy apoyadora y cariñosa con los jóvenes. Luego me enteré que la película La reina de la noche le pareció horrible y se fue corriendo a un notario para asegurarse que nadie haga eso con su vida.