BID: urge subir el gasto social en AL
Agencias, Buenos Aires, 24 de marzo El presidente del Banco Interamericano de Desarrollo, (BID), Enrique Iglesias, consideró que el nivel de gasto social ejercido por los gobiernos de América Latina es bajo e ineficiente. En la víspera de la 37 asamblea anual de gobernadores del organismo financiero, Iglesias estimó que es necesario incrementar esos fondos y aplicarlos con un criterio más racional.
``En América Latina se gasta poco y se va a requerir más inversión social. Pero además se gasta mal'', sentenció Iglesias poco después de su llegada a esta capital, donde mañana inaugurará, junto con el presidente Carlos Menem, la asamblea del BID, a la que asisten 4 mil invitados y observadores.
El tema central de la reunión será el comportamiento futuro de la economía regional, fuertemente sacudida por el llamado efecto tequila, como se denomina a la crisis provocada por la devaluación del peso mexicano en diciembre de 1994, que frenó bruscamente el crecimiento económico de América Latina el año pasado.
El titular del BID consideró importante prestar más atención a temas como la reforma educativa y el papel de la pequeña y mediana empresas para apuntalar el crecimiento económico. Para Iglesias, lo importante es crear con los préstamos externos esquemas de cooperación que redunden en una mejor inversión social.
``Si el BID ha de tener éxito en lo social, no es tanto por la plata que aporte, sino por la contribución que haga a la calidad de las políticas'', explicó Iglesias, quien recordó que el banco tiene una orientación social ``muy nítida'' y ``hoy los gobernadores de bancos centrales de los países miembros tenemos un mandato por el cual el 50 por ciento de nuestras operaciones tienen que dirigirse a los sectores sociales'', precisó.
Según el titular del BID, ``donde el mercado resuelve los problemas nosotros no tenemos que estar, que lo haga el mercado. Pero donde veamos que podemos agregar algo, allí debemos estar presentes''.
Previamente, Iglesias dio a conocer en Washington el Informe Anual de 1995 sobre el desarrollo económico de América Latina y el Caribe, en el que se indicó que el crecimiento económico de la región disminuyó a 0.6 por ciento, debido a la influencia de las recesiones en México y Argentina.
Sin incluir a esos dos países, la tasa de crecimiento de la región fue de 4.2 por ciento, menor al 4.9 por ciento registrado en 1994, señaló el documento, que revisará y, en su caso, aprobará mañana la Asamblea de Gobernadores. El texto subraya también que los países del hemisferio recibieron en conjunto 7 mil 300 millones de dólares en créditos.
En los primeros meses de 1995, la situación económica de la región estuvo dominada por el efecto tequila de la devaluación mexicana, pero a medida que avanzó el año y se aclaró gradualmente la reacción local e internacional, la crisis quedó confinada principalmente a México y Argentina, señala el documento, y precisa que el BID otorgó en los primeros días de la crisis ``un fuerte apoyo a México por mil millones de dólares y a Argentina de 750 millones de dólares para fortalecer sus instituciones y sistemas financieros''.
El total de préstamos aprobados en 1995 fue de 7 mil 300 millones de dólares, monto que superó en 38 por ciento el total aprobado en 1994. Los desembolsos también alcanzaron un nivel sin precedentes de 4 mil 800 millones de dólares en 1995, muy por encima de los 3 mil millones desembolsados en 1994. El documento apunta además que el BID incursionó en nuevas áreas como modernización del Estado y actualmente respalda programas de modernización del sistema judicial en 11 países.
No obstante, advierte que una de las áreas crediticias del BID, las operaciones en términos altamente concesionales, enfrenta una potencial escasez de recursos, pues ya se ha empleado alrededor de 50 por ciento de los 9 mil 700 millones de dólares destinados al Fondo de Operaciones Especiales.
México superó la debacle de 1994.
El programa de recuperación económica aplicado en 1995 por el presidente Ernesto Zedillo salvó al sistema bancario y financiero de México de caer en una crisis de consecuencias muy severas, aseguró el BID.
La víspera de su 37 asamblea anual, el banco indicó que la crisis económica mexicana, desatada en diciembre de 1994, provocó una ``debacle'' en todo el sistema bancario y financiero del país, ``pero la política de recuperación económica del presidente Zedillo, aplicada a tiempo el año pasado, eliminó los problemas de la banca''.
En el documento, la institución considera a la política económica de Zedillo ``el eje central'' de la maquinaria financiera que evitó mayores dificultades económicas en la región. Aseguró que la crisis económica mexicana fue una de las más duras que ha vivido el país y sus efectos causaron un ``desbalance'' a todas las naciones del hemisferio, y agregó: ``Gracias a la iniciativa del gobierno mexicano, América Latina y el Caribe no tuvieron problemas más serios comparados con los que vivieron''.
El BID consideró que el impacto económico en Latinoamérica ``habría sido mucho mayor si el gobierno mexicano no hubiera aplicado una política de recuperación económica, respaldada por la línea de crédito multilateral por unos 50 mil millones de dólares que recibió el año pasado''. Destacó asimismo que uno de los problemas más graves en México tras el comienzo de la crisis económica fue el de la banca, ``pero la determinación del presidente Zedillo ayudó a establecer la solvencia de cada uno de los bancos y tomar una decisión respecto a sus recapitalización''.
Entre los aspectos positivos del informe, el BID destaca que la región siguió su proceso de integración a los mercados mundiales y progresaron las privatizaciones y la reforma estructural. Indicó que los países que más crecieron el año pasado fueron Chile y Perú, en tanto que Venezuela, después de dos años de contracción, creció 2.2 por ciento.
El organismo financiero advirtió que ``las inversiones y el ahorro interno siguen siendo demasiado bajos en la mayoría de los países para impulsar un crecimiento económico sostenido y ofrecer mayores oportunidades de trabajo'', por lo que recomendó reformar la legislación laboral y las instituciones ``para que los beneficios del crecimiento económico lleguen a todos los sectores de la sociedad'' y no sólo a los ricos y poderosos.