Esquizofrenia informativa
A continuación analizaremos un caso de manejo informativo que permite observar el instante mismo en que la ideología dirige a la percepción. Los psicólogos sociales descubrieron ese proceso muchos siglos después de que la gente lo dijera con un refrán: nada es verdad ni es... etcétera. Tenemos en primer lugar un emotivo párrafo: ``Alfonso Moreno Alvarez estaba bebiendo pozol en la puerta de su pobre cabaña de tablas, allá en el predio Gran Poder, cuando lo derribaron las balas. En medio de una súbita nube de gases que, dice mi fuente, `ardían como por dentro de la nariz' (observación que habría hecho cualquier fuente), el campo se estaba llenando (sic) de figuras azules, de cascos, de gritos y voces y ruidos de muerte. Unos minutos después, mientras los policías enviados por Eraclio Zepeda mataban a...'' Otra historia: ``Seis horas duró el enfrentamiento a tiros entre los policías y campesinos (...) El apoyo de refuerzos policiacos por tierra y helicópteros desde el aire logró controlar la situacion (...)'' Entre el tranquilo bebedor de pozol abatido de forma alevosa y criminal, y las seis horas de enfrentamiento a tiros que la policía habría perdido de no pedir refuerzos, ¿hubo kilómetros de distancia? ¿Hubo años, horas de diferencia? ¿Es el mismo hecho relatado por dos medios en las antípodas ideológicas? No. Es el relato de los mismos hechos, ambos en La Jornada del viernes 22, páginas 12 y 14, uno firmado por el enviado especial, otro por el corresponsal.
Y cuando despertamos, los mópets seguían allí
Resulta una medida aterradora de la pobreza humana y política de nuestro país leer los nombres de los ``asesores'' e invitados del EZLN. ¡Pero si somos los mismos de hace 20 años! Los que nos veíamos a la salida de la Reseña en el cine Roble, los que nos veíamos en la Cineteca y en el cine club de Economía, los que discutíamos hasta el amanecer en el auditorio de Ciencias las modalidades del sindicato que diseñábamos para la UNAM. Allí están todos, de un lado y del otro de la mesa, todos hablan francés y han estudiado en París, todos conocen de vinos en privado; allí están todos otra vez, tirándose los mismos rollos, grillando en los pasillos. Los mismos nombres, las mismas posturas, ¡y hasta los mismos mópets! Llamábamos mópets a una parvada de astrosos que habían hecho de Jorge del Valle y de Roberto Alvarado sus peores enemigos, se inscribían por decenas en cada punto de la discusión y farfullaban en un idioma parecido al del pájaro loco. Y como 20 años no es nada, con febril la mirada allí están otra vez. Así ocurre con las pesadillas. Ahora escriben ponencias en las que determinan la extinción inmediata del supremo gobierno y cubren con sus brazos protectores a los indios que, desde fray Bartolomé de las Casas, siempre por lo visto han requerido de que blancos o mestizos los defiendan y asesoren porque solos no pueden. ¿Será así? ¿Los necesitarán realmente... o Marcos está apuntando a otro lado?
300 asesores 300
Ante el alud de 300 ponencias para salvar indios, la delegacion gubernamental optó por el silencio. A los redentores les pareció el momento propicio para un juego de asamblea digno de Ciencias Políticas: digamos que, al callar, los delegados del gobierno aceptaron todas las propuestas, incluida la renuncia de Zedillo. Suponga usted, lector, que ganan la votación, se asienta `` su palabra'' en actas... ¿y? ¿Mañana renuncia el presidente? Es un juego, carajo, es el mismo viejo juego por el que votábamos la desaparición de la burguesía. Pero entonces éramos jóvenes y nuestros decretos no salían del auditorio. Hoy andamos con el tostón, y el país, a cuestas y sigue pareciendo divertida la zancadilla retórica, hueca. El Rabo (su apodo y no el falsamente mencionado por el enviado especial) contraatacó con la mismas armas: ``No, que se asiente que los ponentes estuvieron de acuerdo con sus ponencias''. ¡Bien por él! Siempre ha tenido sentido del humor, del cual siempre han carecido los mópets. Pero, ¿y eso qué tiene que ver con los indios? ¿Entenderán que se están peleando los de siempre con las armas retóricas de siempre? La invitación a la olla de grillos antiguos, ¿fue un error de Marcos o la más sutil de sus tácticas?
El rápido aprendizaje de Tacho
Entiendan o no los indios los pleitos entre la academia, el vicio universitario y asambleísta arraigó con velocidad pasmosa. La inconsecuencia de quienes hace 20 años podían considerar en un momento agentes de la rectoría y del gobierno a del Valle, al Rabo y a otros, pero, momentos después, seguir con ellos el diálogo y la negociación, fue transmitida por vía directa a Tacho, comandante que ya aprendió a no ver contradicción entre hablar con ``empleados de un gobierno de criminales'' y luego alcanzar acuerdos con ellos. Falta, nadamás, que le enseñen a tocar la quena, kena, o como se escriba el nombre de esa flauta desafinada de carrizo.
De ejércitos a calabazas
Algunos pensamos que es una suerte si personas como Jorge del Valle, Eraclio Zepeda y Roberto Alvarado son ``la parte del gobierno'' . Pero los asesores y los buscadores de historias conmovedoras tendrían más material si estuvieran ante Figueroa. Alcanzarían entonces la enorme satisfacción de ver confirmados sus más recalcitrantes rencores. Se encuentran en cambio, ante una imagen gubernamental débil, inasible, a la que no consiguen arrancar frases indignantes para los medios. No es noticia que casi todas las organizaciones campesinas de Chiapas hayan firmado acuerdos para comprar o desocupar predios. Eso más bien las vuelve sospechosas ante los ilustradores de indios. Tampoco es noticia que en el desalojo de cien predios no hayan ocurrido cien enfrentamientos. Los policías muertos, también indios, también pobres y también campesinos, no son noticia. Lo es aquello que nuestros narradores definen. Nada de eso sería grave: con leer otro diario se resuelve. Sí es grave, en cambio, que, polvos de un brujo, aquel diálogo que se iba a dar entre el EZLN y el gobierno se haya transmutado en asamblea universitaria y los actores en calabazas. Ya tendremos después el diálogo pendiente entre el EZLN y el gobierno. Quizá cuando todos se vayan a la próxima Muestra.