La Jornada 27 de marzo de 1996

El gasto empezó a aumentar a principios de marzo

Roberto González Amador Retenido por una maraña de complejidades burocráticas, el gasto programable y de inversión del gobierno federal comenzó a ejercerse en mayores volúmenes a partir de la primera semana de marzo, luego de que los principales representantes del sector empresarial señalaran este retraso como uno de los factores que impiden la recuperación de la economía.

Según información de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, en la semana comprendida entre el 8 y el 15 de marzo se observó un incremento del gasto gubernamental del orden de siete mil 711 millones de pesos, en una medida que círculos financieros interpretaron como orientada no sólo a calmar los reclamos patronales, sino también a generar expectativas de reducción de las tasas de interés a partir de la segunda quincena de abril.

La Secretaría de Hacienda confirmó que una vez superadas las trabas burocráticas para la aplicación del gasto programable, el 42 por ciento de este rubro, cuyo total asciende para 1996 a 232 mil 975.3 millones de pesos, podrá ejercerse para el primer semestre. Ello representará un incremento real respecto del mismo periodo de 1995, cuando se aplicó el 34 por ciento del gasto programable, que ese año se ubicó en 180 mil 812.9 millones de pesos.

Información recabada en círculos financieros indica que en la semana del 8 al 15 de marzo los depósitos en la cuenta corriente del gobierno federal disminuyeron en siete mil 711 millones de pesos, tras ubicarse en 28 mil 863 millones de pesos, debido principalmente a operaciones de transferencia de recursos a estados y municipios, retiro de recursos para cubrir el servicio de la deuda pública externa y la amortización neta de valores gubernamentales.

Especialistas del Grupo Financiero Ixe estimaron que de continuar ejerciéndose el gasto del gobierno, y de permanecer en el segundo semestre del año, se prevé un movimiento descendente significativo en las tasas de interés después de la segunda semana de abril, en una tendencia sostenida hasta agosto, cuando los réditos podrían llegar a niveles cercanos a 25 por ciento.

Sin embargo, indicaron, el gobierno tendrá que acelerar una política fiscal expansiva, según el calendario establecido, una vez que ha reconocido que hay que corregir un rezago en el primer trimestre en la asignación del gasto gubernamental.``Cabe recordar que las previsiones presupuestales en 1996 son que se ejerza el 63 por ciento del gasto público antes de que finalice el primer semestre del año. Lo anterior induciría también una aceleración de las decisiones de inversión del sector privado nacional y extranjero'', agregan.

Analistas privados consideraron que el retraso en la asignación del gasto público no tiene su origen en la no disponibilidad de recursos. La posposición de la entrega de estos fondos parece ser una medida orientada a contener cualquier repunte inflacionario durante estos meses.

La Secretaría de Hacienda explicó que el retraso en la aplicación del gasto público, observado en las primeras semanas del año, obedeció a que los ejecutores de esta política es decir, los oficiales mayores de las dependencias actuaron con reservas por temor a incurrir en responsabilidades por no acatar las normas con toda precisión. Agregó que el gobierno federal realizó ya precisiones en la interpretación de las normas para que los funcionarios no incurran en faltas y no se sientan vulnerables autorizar oficios de inversión.