La Jornada 28 de marzo de 1996

Proyectan la construcción de una supercarretera del TLC

Patricia Muñoz Ríos Estados Unidos, México y Canadá impulsan el proyecto de una supercarretera del TLC, la cual correrá por los tres países y contará con mecanismos de control electromagnéticos que se establecerán en los transportes de carga que circulen por la zona, con el objeto de agilizar el comercio y ``evitar el contrabando y el narcotráfico''.

Se trata de un magno-proyecto a tres años en los que la Coalición del Sistema de Supercarretera del Tratado de Libre Comercio --integrada por representantes privados y gubernamentales de los tres países-- pretende poner en marcha este ambicioso programa para destrabar el comercio trilateral y frenar las acciones ilícitas en el transporte de mercancías, señaló en conferencia de prensa David A. Dean, presidente de la empresa Dean International, que asesora a los miembros de dicha coalición.

Dean explicó que en esta supercarretera que irá de Winnipeg en Canadá (frontera sur del país) al Distrito Federal en México, se instalarán lectores magnéticos cada cinco kilómetros, los cuales ``leerán'' las placas especiales que se fijarán a los vehículos de transporte de carga que transiten por esas vías, de tal forma que se podrá controlar su trayectoria y movimientos.

Adicionalmente en los tres países, y no sólo en las fronteras, habrá aduanas especiales con inspectores de las tres naciones, quienes se encargarán de verificar la carga de los vehículos y, una vez aprobada, pondrán sellos electromagnéticos inviolables para comprobar que no se alteren las cargas y puedan pasar libremente por todas las aduanas de la región sin necesidad de otra revisión.

En estos centros de aduanas los transportistas pagarán con ``tarjetas de crédito inteligentes'' los derechos, impuestos, aranceles, y demás erogaciones que tengan que hacer en los tres países, ``en un pago único''.

Además, ahí tendrán que pasar la verificación anticontaminante, mostrar permisos y licencias. Todo en una sola instancia y con comprobante único, lo que permitirá disminuir el número de horas que se gastan para que sea aprobada la entrada de los transportes de un país a otro, las cuales oscilan entre seis y 26 horas en promedio, tiempo que se espera reducir a 20 minutos ya que sólo se verificará que los sellos puestos en la aduana inicial no hayan sido violados.

Explicó Dean que uno de los grandes beneficios de esta supercarretera será el ahorro en los costos de transportación de mercancías, el cual se espera bajar entre 25 y 40 por ciento, lo que redundará en un mayor comercio de mercancías.

Dio a conocer que este proyecto ya tiene el visto bueno del presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, y del Departamento del Tesoro de ese país, así como de los secretarios de Hacienda, Comercio, Relaciones Exteriores y Comunicaciones y Transportes de México. Al proyecto se han sumado gobernadores y presidentes municipales de los estados mexicanos de San Luis Potosí, Saltillo y Laredo.

Consideró que este año quedará resuelta la controversia sobre el transporte entre México y Estados Unidos, lo cual eliminará los obstáculos para la ejecución de este proyecto que cuenta con un fuerte apoyo político.

El proyecto que agilizaría el comercio trilateral en 4 mil kilómetros --sin contar con los ramales-- en una ruta lineal, se concesionará a diversas empresas privadas, y cada país tendrá que decidir o licitar estas concesiones, precisó.

Reconoció que se tendrá que hacer un gran trabajo en lo que respecta a armonizar las normas para el transporte transfronterizo, así como acuerdos en diversos órdenes, ya que tendrían que trabajar conjuntamente inspectores de las tres naciones.

Se calcula que cuando menos se tendrían que instalar tres aduanas interiores en cada territorio, con una capacidad hasta para 3 mil vehículos a la vez. Estos puertos también serían concesionados por los gobiernos y se sometería a licitación en cada caso, dijo Dean.

Presentó un memorándum firmado por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos y la Coalición del Corredor de la Carretera Interestatal 35, en el que la representación gubernamental apoya el proyecto y se compromete a colaborar en las iniciativas para beneficiar la productividad y eficiencia de la economía estadunidense en el área del comercio internacional.

El Departamento del Tesoro incluso se comprometió a trabajar conjuntamente ``para asegurar la participación de Laredo, Texas, en el sistema comercial, establecer un centro de servicios al comercio internacional en la ciudad de Kansas, y negociar con las autoridades mexicanas la creación de un centro similar en San Luis Potosí, México''