La Jornada 29 de marzo de 1996

Se hará ``en su momento'', indica un comunicado de la dependencia

Por tercera ocasión, el ex jefe de la Oficina de la Presidencia, José Córdoba Montoya, ofreció declarar ante la Procuraduría General de la República (PGR) si ésta considera que su testimonio ``puede contribuir en algo'' al esclarecimiento del homicidio de Luis Donaldo Colosio.

``Le ruego se me cite a declarar'', pidió Córdoba en una carta que envió ayer al procurador Antonio Lozano Gracia, y en la que también le manifiesta su interés en hacer pública su eventual declaración ante la Fiscalía Especial.

En respuesta, la PGR emitió un escueto comunicado en el que informó que Córdoba será llamado a declarar, ``en su momento'', en torno a las investigaciones del caso Colosio.

La dependencia no dio mayores detalles sobre el posible citatorio al ex funcionario ni abordó los temas que Córdoba Montoya pidió en su carta que se aclararan: tiene o no información importante para el esclarecimiento del crimen de Lomas Taurinas y cuáles son los motivos por los que no ha sido llamado a declarar.

Córdoba, incluso, le recordó a Lozano que desde hace nueve meses (27 de junio de 1995), Pablo Chapa Bezanilla declaró a un periódico que ``yo disponía de información útil para el esclarecimiento del caso'' y que, a raíz de esa aseveración del fiscal, ha manifestado ``públicamente'' su disposición para presentarse ante el Ministerio Público Federal.

Sobre la carta de Córdoba al procurador, el dirigente nacional del Partido de la Revolución Democrática (PRD), Porfirio Muñoz Ledo, indicó que resulta inexplicable y fuera de lógica, el hecho de que la PGR tenga que tomarle la palabra a Córdoba Montoya. ``Simplemente, no sé por qué espera a que le manden una carta. Hace rato largo que debió haberlo citado''.

El líder perredista señaló que la Procuraduría se ha ido sobre una sola pista, la de los autores materiales, pero no ha llegado a la otra, a la de las motivaciones. Ahora lo que debe de hacer es precisamente ir sobre esta segunda pista. ``Esto se haría en cualquier novela policiaca, y por ejemplo, Sherlock Holmes siempre comenzaba por las motivaciones y dejaba a un lado los vidrios rotos''.

Para Muñoz Ledo, sin embargo, a Córdoba Montoya ``se le hizo tarde para actuar de esa manera y lo mismo se le está haciendo tarde a Carlos Salinas de Gortari''. En este sentido, insistió en que la PGR debe convocar a los ciudadanos que puedan dar testimonios e ilustren sobre las motivaciones del crimen, que evidentemente son políticas, dijo.

A su vez, el presidente del CEN del PRI, Santiago Oñate Laborde, consideró que las comparecencias son decisiones de los ciudadanos y de la PGR, para contribuir al esclarecimiento de los hechos. En consecuencia, ``la postura de Córdoba es un acto ciudadano y un acto de la administración de justicia''.

Alberto Anaya, del PT, señaló por su parte que la PGR debe profundizar en las investigaciones y llegar hasta las últimas consecuencias para que el crimen no quede en la impunidad.

En este sentido, agregó que la Procuraduría debe abrir las líneas de investigación que se consideren oportunas y no sólo citar a Córdoba, sino también a Carlos Salinas.

Las ganas de declarar de Córdoba Montoya

Desde que en abril de 1994, José Córdoba dejó de despachar en la Oficina de la Presidencia de la República -para muchos, una virtual vicepresidencia- empezaron los señalamientos, sin tregua, que lo vincularon con el narcotráfico, primero, y luego con el asesinato de Luis Donaldo Colosio.

Se le acusó, incluso, de haber influido para desviar las investigaciones iniciales del homicidio del candidato presidencial.

Las críticas, las filtraciones, los documentos y hasta grabaciones de conversaciones telefónicas con Marcela Bondestedt -presuntamente vinculada con el cártel del Golfo- llenaron las planas de los periódicos y los espacios en televisión y radio.

Como representante del gobierno de México ante el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Córdoba Montoya fue señalado como responsable del levantamiento armado en Chiapas, pues fue -se argumentó- el artífice de la política económica que acentuó, sobre todo, las desigualdades en las zonas campesinas e indígenas del país.

Córdoba Montoya y su amigo, el ex presidente Carlos Salinas de Gortari, fueron acusados de ``haber planeado'' el crimen de Luis Donaldo Colosio. A tal grado llegaron los señalamientos, que encuestas que se publicaron en diversos medios dieron cuenta ``del sentir popular: ellos encabezaron el complot''.

Ayer, Córdoba Montoya salió al paso de esta acusación y, en una carta que hizo llegar al procurador Lozano Gracia, manifestó su disposición a declarar en torno al homicidio del político sonorense.

En su carta dice que en los pasados días, ``en ocasión del segundo aniversario del asesinato de Luis Donaldo Colosio, se han manifestado opiniones en el sentido de que yo debería ser citado a declarar''.

Explicó que cuando el fiscal especial, Pablo Chapa Bezanilla, declaró el 27 de junio de 1995, que ``podía pensarse que yo disponía de información útil al esclarecimiento del caso'', esa aseveración ``no fue seguida de ningún citatorio ni de ninguna aclaración precisa por parte de la autoridad, y se ha prestado a públicas especulaciones que me han ocasionado un grave daño moral''.

En su carta a Lozano, Córdoba expone:

``En dos ocasiones he manifestado públicamente mi mejor disposición para atender cualquier petición de la autoridad competente. (Y) Quisiera en esta oportunidad reiterárselo personalmente.

``Si la Procuraduría General de la República considera que mi testimonio puede contribuir en algo al esclarecimiento del asesinato de Luis Donaldo Colosio, le ruego se me cite a declarar. Por lo que a mí se refiere, no tengo inconveniente en que los términos de un posible citatorio o el texto de mi eventual declaración, se den a conocer a la opinión pública.

``Si de lo contrario, la Procuraduría General de la República no dispone al día de hoy de ningún elemento que le haga suponer que tengo algún dato útil para las investigaciones en curso, mucho apreciaría también que se aclarara que esa es la única razón por la cual no he sido hasta ahora citado a declarar.

"En ambos casos rogaría a usted respetuosamente, conforme al derecho consagrado en el artículo 8 constitucional, dé respuesta por escrito a esta solicitud, a fin de que se aclare mi situación''.

Al final, Córdoba Montoya se manifestó ``a las órdenes'' de Lozano Gracia y le indicó su domicilio en la colonia Roma.

En dicha casa, el ex jefe de la Oficina de la Presidencia estuvo el día de ayer desde temprano.

Salió de ahí pasadas las tres de la tarde, en una camioneta suburban roja, seguida de dos vehículos con sus escoltas.

Sonriente, declinó hacer alguna declaración. ``Lo que tenga que decir será ante la fiscalía, cuando la PGR -según su comunicado- lo crea conveniente''. (Ciro Pérez, Juan Manuel Venegas y Georgina Saldierna)