STONE CON EL SUTAUR
Andrea Becerril Corriendo, perseguido por un ejército de fotógrafos, reporteros y cámaras de televisión, Oliver Stone tomó el micrófono que le ofreció un trabajador de Ruta 100, levantó el puño y dijo una sola frase: ``¡Bra-vou por su luucha!'', que fue suficiente para arrancar vivas y un aplauso cerrado de los intregrantes del Sutaur, que en valla lo acompañaron hasta su auto.
Aún con el tiempo encima, ya que debía estar en el Aeropuerto a las 16 horas, el director de cine, estrella de Hollywood, visitó a Jorge García Ramírez y Ventura Galván, en la ambulancia estacionada fuera de la Asamblea de Representantes, donde llevan a cabo desde hace 23 y 21 días, respectivamente, un ayuno, en exigencia de solución al conflicto de Ruta 100.
Sentado a los pies del camastro de García Ramírez, Stone sonrió cuando el abogado respondió que podían hablar en inglés, pero su rostro adquirió una expresión seria al ver al otro ayunante, Ventura Galván, con la cara hinchada por la sutura en ojos y oídos. "Esto no es posible'', repetía una y otra vez, al escuchar el relato de los huelguistas.
Pidió disculpas porque no tenía mucho tiempo --eran ya pasadas las 15:30-- exigió silencio a los fotógrafos que desde abajo del vehículo le pedían posara y les pidió seguir resistiendo. "Se que los trabajadores han dado una lucha importante, a mí me interesa conocer la realidad de México", agregó y tomó la gorra con el logo del Sutaur, la foto de los líderes sindicales presos y el lema "Ni un paso atrás", que García Ramírez le obsequió.