La Jornada 30 de marzo de 1996

Ratificar que hay un solo Aburto, único fruto de la visita a Almoloya

Elena Gallegos e Ismael Romero Una vez que Mario Aburto aceptó ante legisladores que él era la misma persona que aparece detenida en los videos de Lomas Taurinas, quedó comprobada la tesis de la Fiscalía Especial en el sentido de que no tienen fundamento alguno las versiones que han proliferado en torno a que existen ``varios Aburtos''.

Lo anterior, sin embargo, no significa que el crimen sea producto de la planeación de un asesino solitario y existen evidencias de que Othón Cortés forma parte del complot que culminó en Lomas Taurinas. Su tarea no era disparar sobre el candidato sino matar a Aburto. Incluso, en un careo con Fernando de la Sota, Aburto le dice: ``El segundo tiro era para mí''.

La PGR sostiene que los diversos peritajes y estudios que se han hecho, prueban que el hombre que aparece atrás de Luis Donaldo Colosio, que dispara y que segundos después es aprehendido por miembros del equipo de seguridad del candidato, es el mismo que se encuentra en el penal de Almoloya de Juárez.

En el grueso tomo que contiene los dictámenes periciales que establecen la identidad de Mario Aburto queda claro que el hombrecillo al que, aparentemente, Tranquilino Sánchez Venegas abre paso para que llegue hasta el candidato trae un anillo y un reloj de pulsera en la mano izquierda.

El joven que en las imágenes del video es detenido también trae el anillo y el reloj. Aburto reconoció ante legisladores que conversaron más de tres horas con él que es el mismo que fue detenido en Lomas Taurinas, con lo que de acuerdo con afirmaciones de los investigadores, caen las teorías de la sustitución.

Se presume que el empeño de hacer creer que hubo varios Aburtos forma parte de otro ``complot'' para distraer la atención del primero. Confundir y llevar a la opinión pública a tal situación de enredo que abone en la falta de credibilidad en torno a quienes investigan el crimen.

Las mentiras de Aburto

La entrevista con Mario Aburto fue organizada en el pequeño auditorio del penal, en el mismo lugar donde meses antes éste dirigió y actuó en la reconstrucción del atentado en Lomas Taurinas.

Mancillas hizo las presentaciones, Aburto saludó a las visitas y reconoció al senador priísta Angel Sergio Guerrero Mier, quien en octubre de 1994 encabezó al grupo de legisladores que se entrevistó por primera vez con aquél.

Se le preguntó a Aburto si quería hablar o responder a las preguntas de los legisladores. Se inclinó por la segunda opción y dijo que al final respondería todas las intervenciones en un solo bloque. Así, durante la primera media hora, Aburto les detalló lo que él consideraba anomalías en el proceso legal que se le siguió e incluso les leyó cartas que en su momento le hizo llegar al juez Alejandro Sosa Ortiz, quien por cierto ya se retiró del caso.

Cuando comenzó la ronda de preguntas y respuestas, Aburto les dijo que primero le plantearan todas las interrogantes que tenían y que al final él las respondería.

Inició el perredista Jesús Zambrano. Le pidió a Mario Aburto que si efectivamente sabía más cosas sobre el atentado contra Luis Donaldo Colosio, que este era el momento de decirlas. Por ejemplo, quién lo llevó a Lomas Taurinas o por qué estuvo ahí; dónde obtuvo el arma con la que disparó y por qué se declaró culpable.

Guillermo del Río Ortegón, también del PRD, expuso que podría haber personas que Aburto está protegiendo con su silencio, y le pidió a éste que diera la información que asegura tener, para poder aproximarse a los asesinos intelectuales.

Horacio Cárdenas le comentó que la situación de Mario Aburto es delicada y que recientemente éste declaró que no ha dicho toda la verdad aunque la mejor forma de protegerse era revelándola. Luego preguntó por qué en el momento de la aprehensión gritó ``yo no fui, fue el ruco'' (aludía a Vicente Mayoral) y también le dijo que si sabía algo del segundo tirador.

Ezequiel Flores, del PT, lo instó a que hablara a ``calzón quitado'' y dijo que no querían sentirse burlados por intentos de manipulación de su parte: ``Si sabes algo es el momento de decirlo''.

Horacio Lizárraga, del PRI, le preguntó si quería enviar un mensaje a Luis Colosio Fernandez, un hombre que se estaba consumiendo.

``Qué mensaje le doy, qué mensaje le das a los sonorenses?''. Después el legislador le contó al asesino confeso que cuando le comentó a don Luis si quería que le preguntara algo en especial a Aburto, este le respondió lacónico: ``Abre bien los ojos y destápate los oídos''.

Alfonso Molina Ruibal le dijo a Aburto que querían saber la verdad para la familia. ``Nos dijeron que no tenía caso hablar contigo'', agregó, y lo conminó a que si tenía algo que aportar lo hiciera.

Al final de las preguntas, Aburto pidió a un custodio que le llevara los papeles que le había encargado. Le entregaron un maso de documentos. Ante la sorpresa de sus interlocutores soltó: ``Yo estoy igual que ustedes, no logro saber gran cosa''.

Enseguida se metió en una larga perorata sobre la reconstrucción de hechos, su aplazamiento, el derecho penal. En esas iba cuando el panista Gutiérrez lo interrumpió. Le dijo que los quería manipular y le lanzó: tu eres el asesino? tu hiciste el disparo? Entonces Aburto respondió que no, que desde siempre ha negado ser el autor (aunque eso no es cierto. Incluso ha dado varias versiones de por qué y cómo disparó). Pero reconoció que sí era el mismo que aparece en los videos en el momento de la aprehensión.

Alfonso Molina y Jesús Zambrano le pidieron al panista que se calmara. Aburto dijo que su exposición iba en dirección a las respuestas que querían los legisladores. Y afirmó que toda la investigación fue mal llevada y que muchos de los que declararon en su contra fueron amenazados e incluso ``sobornados''.

Usaron a mucha gente, dijo. No pararon en recursos, para que yo declarara que fui el asesino. Usaron a esa muchacha, Graciela González, quien trabajaba también en Cameros Magnéticos, y que sí era su novia. La obligaron a decir cosas que no eran ciertas.

Aburto insistió en que un tipo conocido como ``el negro'' Alvarez, de la PGR y que viajó también en el avión en el que lo trasladaron a la ciudad de México, lo torturó y le advirtió que no fuera a decir que eso había ocurrido.

Del Río cortó: ``Deja mucho que decir lo que nos cuentas. Entras en contradicciones y se enredan más las cosas''. Aburto estalló: ``Usted quiere hacerme culpable a como dé lugar. Nunca encontraron mis huellas en la pistola''.

El presidente de la comisión del caso Colosio, Alfonso Molina Ruibal, trató de calmarlo: ``En buen plan, no queremos irnos con dudas. Queremos resolver estas contradicciones. Eres capaz e inteligente, estás joven y en condiciones muy difíciles, queremos saber qué fue lo que te hizo confesar que habías matado al candidato''.

El interno contestó que no, que él no era inteligente, que sólo había estudiado hasta la secundaria y le reviró: ``Si a usted lo intimidan con que le van a matar a una hermanita de nueve años y a su mamá, qué hubiera hecho''.

El senador priísta Guerrero Mier se desesperó: ``Oye, hace un año yo vine con la otra comisión y nos dijiste cosas absolutamente distintas. Nos comentaste que sí llevabas la pistola''. Momentos antes Mario había dicho que el arma que tenía ya la había vendido cuando llegó a Lomas Taurinas, con lo que nuevamente volvió a cambiar su versión sobre este asunto.

Guerrero Mier continuó: ``Por qué tantas diferencias entre lo que afirmaste entonces y lo que nos cuentas ahora, nos mentiste?'' Ni tardo ni perezoso, Mario respondió que sí que lo había hecho porque lo amenazaron, pero que ahora ``la celda me ha dado valor''.

Según Aburto tiene pruebas para reabrir su caso en el momento en que estén dadas las condiciones. Pero ya había dicho que estaba igual que ellos, que no sabía nada. Por eso, los legisladores se molestaron porque no había consistencia en lo que les estaba diciendo.

Molina Ruibal se lo sentenció: ``Si la celda te ha dado valor, entonces por qué no ofreces tus pruebas o bien no las tienes, por eso no te han matado. Yo al salir diré pobre chavalo!, no le hace daño a nadie porque nada sabe. Yo me quedo con la idea que no sabes nada, que no tienes pruebas y que al siguiente año les vas a contar a otros que te vean que nos mentiste también. No hay nada nuevo en lo que nos ofreces Mario''.

Aburto quiso defenderse: ``Me juzgaron por un libro de actas''. Molina lo desmintió: ``No Mario, fue por que te declaraste culpable''. Enseguida, Mario aceptó que el famoso libro lo escribió él. Incluso confirmó que consta de 17 cuartillas. Es más, ahí tenía una copia. Según el asesino confeso si se publica ese texto, el pueblo sabrá que él no es el tirador. Al contrario replicó el panista José Antonio Tallabs, por lo que ahí escribes, todo mundo creerá que tú fuiste.

``No decir lo que sé es lo que me ayuda a mantenerme vivo. Me han torturado. En enero y febrero me inyectaron pentotal sódico, o no?'', miró al director del penal, Edgardo Aguilar Aranda. Más tarde, Aguilar le aseguró al representante de la familia, Jorge Mancillas, que lo inyectaron para curarle una gastroenteritis.

``Qué mensaje le doy a don Luis'', le insistió el priísta Lizárraga. El interno señaló escueto: ``Que analice cómo se realizaron las investigaciones y que saque sus conclusiones''.

Decepcionados, los legisladores se quejaron ante él. Tallabs: ``Nos vamos con las manos vacías''; Flores: ``Nos vamos ofendidos''. Aburto replicó que no sabía qué pasó y que los otros legisladores también le ofrecieron ayudarlo ``y ya ven la ayudadota, me echaron 45 años''.


Ciro Pérez Silva y Juan Manuel Venegas El ex agente del Centro de Investigaciones y Seguridad Nacional (Cisen) Jorge Antonio Sánchez Ortega, con quien Mario Aburto asegura tener ``un extraordinario parecido físico'', fue detenido a pocos metros del templete donde se realizó el mitin en Lomas Taurinas, y en el momento de haber sido arrestado presentaba manchas de sangre en la camisa; posteriormente se comprobaría, mediante exámenes periciales, que acababa de accionar una arma de fuego. Sin embargo, fue dejado en libertad.

Este personaje radicado en Tijuana y experto en el manejo de armas, fue observado por varios miembros de seguridad del ex candidato priísta en el momento del atentado, y podría ser, según el comandante de la Policía Federal de Caminos y Puertos (PFCP), Jorge Vergara Berdejo, quien estuvo más cerca de Luis Donaldo Colosio en el momento del primer disparo.

De acuerdo con una videocinta presentada a través de una cadena televisiva estadunidense, Aburto aparece un par de metros adelante de Colosio. Así lo señalaron el padre y el hermano del asesino confeso, cuando les fue presentada la videocinta. Esto confirmaría, agregó Vergara Berdejo, que en la escena del crimen había varias personas parecidas a Mario Aburto, lo que habría permitido garantizar la ``seguridad'' de quien verdaderamente accionó el arma contra Colosio.

``Esos datos y la manipulación del lugar del atentado, además de que se sembró una bala, se perdió una de las pistolas, y la que habría tenido Aburto fue cambiada al momento de presentarla para que la reconociera, como el arma homicida, muestra que por lo menos alguien quiso proteger a alguien'', insistió el comandante policiaco.

Llama la atención otro aspecto del mitin en Lomas Taurinas: ``Detrás del templete, que fue cambiado de lugar tres horas antes, sin que mediara explicación lógica alguna, había una ruta de evacuación más segura que la que siguió el ex candidato priísta al término de su discurso.

``Inexplicablemente, los elementos de seguridad, expertos en tácticas de protección a personas, no impidieron que Colosio siguiera la ruta más peligrosa, y la que finalmente lo llevó a la muerte.

``En esa zona, en la que fue detenido Sánchez Ortega, se encontraba estacionda una camioneta pick-up color gris de modelo reciente, la cual a pesar de estar cerca del templete, no fue inspeccionada por los integrantes de la seguridad del candidato priísta.

``Yo le pregunté a Reynaldos del Pozo si conocía de quién era la camioneta; me dijo que no, pero que lo iba a checar; sin embargo, nonca lo hizo''. Momentos después del atentado, agregó Vergara, ``por lo menos dos sujetos subieron a la camioneta y salieron rápidamente del lugar''.

Esta línea de investigación, sostiene el comandante de la PFCP, no ha sido ``rastreada'' por la fiscalía especial, ``y podría dar más luz sobre lo que realmente sucedió en Lomas Taurinas''.

Recuerda que el lugar del último mitin de Colosio ``parecía una trampa'', por lo irregular del sitio en que se llevó a cabo. ``El candidato fue conducido en medio de una muchedumbre que nadie podía cotrolar, mientras que detrás del templete existía una vía de escape que no fue tomada en cuenta por los expertos en seguridad''.

Tampoco es entendible, manifestó el comandante de la PFCP, que el ex agente del Cisen haya quedado en libertad, ``a pesar de que las manchas de sangre, y el que la prueba de Harris que demostró que sí había accionado un arma de fuego dio positivo''.