Este año han muerto tres mil reses en Durango, indican ganaderos
Emmanuel Salazar, Martín Sánchez y Carlos Figueroa, corresponsales La sequía que afecta desde hace tres años a Durango provocó que el hato ganadero, estimado entonces en un millón 200 mil cabezas, se redujera en un 30 por ciento, aseguró el presidente de la Unión Ganadera Regional, Arturo Rivas Rodríguez.
Precisó que en el presente año han muerto unas tres mil reses tan sólo en el centro y sur del estado, ante la ausencia de lluvias en la región.
Indicó que será hasta la segunda semana de abril cuando se ejerza una partida especial de casi nueve millones de pesos que envía el gobierno federal para enfrentar la sequía, principalmente para la compra de alimento para el ganado.
Por su parte, el secretario de Desarrollo Rural de Durango, Juan Arizmendi, aseguró que no ha habido modificaciones en el plan de riego para el presente año, donde sólo se tienen contempladas 16 mil hectáreas del territorio estatal, por lo que rechazó que se efectúe el robo de agua para beneficiar áreas de cultivo no incluidas en el proyecto original de riego avalado por la Comisión Nacional del Agua (CNA).
En Tamaulipas, el delegado de la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural (SAGDR), Alberto Zazueta Niebla, indicó que como consecuencia de la sequía los productores de sorgo de esa entidad y de otras del norte del país, no podrán atender la tercera parte de la demanda nacional del producto, por lo que se recurrirá a la importación de por lo menos dos millones de toneladas de granos.
Informó que representantes de dependencias federales y estatales sostuvieron una reunión en Reynosa con productores de otros estados donde existen mejores expectativas de producción, se les propuso no precipitar la comercialización de granos para evitar el coyotaje y la especulación en el mercado de Estados Unidos.
Mientras tanto, un informe realizado por la Comisión de Conservación de Recursos Naturales de Texas, Estados Unidos, advierte que de no racionalizarse el consumo del agua de las presas Falcón y La Amistad, ubicadas en la frontera con Tamaulipas, habrá graves consecuencias en la región, principalmente para los ganaderos y agricultores.
La investigadora Cindy Martínez comentó que desde hace varios años no se presentaba un problema de sequía como el que se enfrenta ahora en esa zona fronteriza y que podría afectar para el año próximo el consumo humano del líquido