Por primera vez se implantó en México un corazón artificial
Roberto Garduño Por vez primera se implantó en México un corazón artificial, y el destinatario fue un paciente de 21 años, cuya recuperación ha hecho posible que los especialistas del centro médico La Raza que lo atendieron consideren la posibilidad de trasplantarle una víscera cardíaca.
Hasta la fecha, en lo que se ha dado por llamar la ``era del corazón artifical'', sólo en dieciséis hospitales de diez países se ha utilizado el Sistema de Soporte Biventricular Paracorpóreo Neumático Ambulatorio, conocido comercialmente como Thoratec, para proveer de un nuevo corazón a pacientes con serias insuficiencias cardio-vasculares, con tendencias terminales.
Martín Ramírez, el paciente, ingresó en el centro médico La Raza el 7 de novimebre de 1995. Su situación era crítica porque había sufrido una infección, que la provocó una cardiomiopatía dilatada, la que, a su vez, incidió en que las fibras musculares de su corazón se aflojaran y no le permitieran una completa y adecuada función de bombeo de sangre. Para entonces, la irrigación sanguínea se cumplía sólo en 18 por ciento.
El problema fue creciendo porque el peso de su corazón, que era originalmente de 500 gramos, se incrementó hasta llegar dos kilogramos. El volumen de este órgano impedía la oxigenación del hígado, los riñones, los pulmones, los intestinos y el cerebro. El deterioro físico de este individuo llegó a tal grado que no podía expresarse de manera coherente.
Tras permanecer más de tres meses en el servicio de terapía intesniva desde aquel 7 de noviembre, Martín Ramírez pudo encontrarse en ``condiciones favorables'' para ser intervenido, en la madrugada del 22 de febrero pasado, por el cirujano Moisés Calderón, jefe del Departamento de Asistencia Circulatoria, junto con un equipo de quince médicos y paramédicos.
La cirugía consistió en implantarle al paciente el Thoratec un aparato complejo que se mueve sobre ruedas, el cual se estima que podrá mantener con vida a Martín hasta por un periodo de un año, ``tiempo suficiente para encontrar una víscera cárdiaca'' que le sea compatible, revelaron las autoridades del instituto.Las primeras bombas de circulación extracorpórea antecedentes del Thoratec, las que se utilizaron desde 1959, servían para suplir la función del corazón, pero sólo por espacios de cuatro o cinco horas, situación que demuestra el avance tecnológico del Thoratec.
Ahora, Martín Ramírez esperará en el centro medico La Raza a que los médicos que le atienden puedan encontrar un órgano cardíaco que le sea compatible, y que pueda emprenderse el segundo paso importante del hasta ahora exitoso tratamiento.