La Jornada 31 de marzo de 1996

Muchos mexicanos no asocian la reforma política con un cambio: IFE

Mireya Cuéllar /I La opinión del ciudadano común y corriente en torno a la reforma electoral está dividida: el 44 por ciento de los mexicanos considera que es necesario hacer una reforma para mejorar las leyes electorales y un 47 por ciento opina que ``con aplicar las leyes existentes sería suficiente'', de acuerdo con una encuesta realizada por el Instituto Federal Electoral (IFE), en coordinación con el Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM.

Buena parte de la explicación a esta actitud de los mexicanos la encontraron los analistas del IFE y la UNAM, en el hecho de que los ciudadanos ``no asocian la reforma política con un cambio'' y otorgan una ``escasa credibilidad a los actores políticos que participan en la discusión y elaboración de dicha reforma''.

Interesado en conocer la opinión de los ciudadanos sobre los distintos temas que discuten las cúpulas de los partidos políticos en torno a la reforma electoral, el 29 de septiembre de 1995 el Consejo General del IFE, aprobó la realización de una encuesta. Además de los temas electorales, se decidió recoger los valores de los ciudadanos mexicanos acerca de la política, el cambio, la democracia y las elecciones.

El hecho de que haya una opinión dividida en torno a la necesidad de la reforma política, fue motivo de un amplio análisis por parte de los investigadores.

El informe final sobre la encuesta, que fue presentado este viernes a los miembros del Consejo General del IFE, señala que una de las causas por la que los ciudadanos no consideren necesaria la reforma es ``una cierta inseguridad sobre los marcos jurídico-políticos existentes''.

Lo anterior, señala el documento de más de cien cuartillas, ``plantearía como necesaria la revalorización de los procedimientos institucionales, un ajuste del comportamiento a reglas que hagan previsible y confiable la acción del otro''.

Por otra parte, hay otros dos factores que pudieron influir en la respuesta negativa a la necesidad de efectuar la reforma. Por un lado, el número de cambios constitucionales ocurridos en épocas recientes ha llevado a una parte de la población a percibirlos como excesivos. Por el otro, en la experiencia y la memoria de los entrevistados los cambios legislativos no necesariamente implican la transformación de un estado de cosas. En la mayoría de los casos, sus efectos no se perciben inmediatamente en la práctica y en la vida cotidiana de los ciudadanos.

Los entrevistados no asocian reforma con cambios

También explican que los entrevistados no asocian la reforma política con un cambio: en las pruebas de disponibilidad léxica para la palabra ``cambio'', la reforma obtuvo un índice muy bajo de disponibilidad. Además, los analistas reiteran en varios capítulos de la encuesta, que los mexicanos otorgan una escasa credibilidad a los actores políticos (los partidos y el gobierno).

Esta situación evidencia, señalan los analistas del IFE y la UNAM, que hay en la sociedad una ``exigencia de apego al cumplimiento estricto de las leyes'' y que hay el riesgo de que ``la reforma no sea apreciada como un verdadero cambio''.

Es de preverse, apuntan, que la aceptación de la reforma dependerá de su contribución a disminuir la distancia entre las prácticas políticas y las expectativas de los ciudadanos y también, en buena medida, de que sea producto de una verdadera concurrencia de diversas voces: ``No hay un solo actor que goce de la confianza suficiente como para avalar los cambios legales por sí solo''.

De lo anterior se desprende que, de llevarse a cabo una reforma, ``sus efectos tendrían que ser palpables a la ciudadanía, no sólo mediante los cambios a la legislación, sino también en la práctica política cotidiana. Esto es, la reforma no sólo debería tener un sentido, sino que tendría que ser generadora de nuevos sentidos y prácticas, y concordar, tanto con las concepciones y ritmos del cambio como con los valores y representaciones de la población''.

A manera de conclusión señalan que el cambio político en México tendrá que comprender, no sólo reformas a las leyes electorales y las reglas de juego político, sino también una transformación de los modos de entender la política y los horizontes a partir de los cuales se practica; una reforma política implica ante todo una reforma de la política y con ello, la creación de una cultura que le dé sustento.De hecho, aseguran, no puede afirmarse que la población tenga una actitud definida, favorable o desfavorable respecto de la reforma. Tal afirmación sólo podría hacerse si hubiera una diferencia significativa y aquí sólo es de tres puntos entre el número de personas que tienen una opinión a favor y el de quienes se manifiestan en contra.

Debe darse el mismo subsidio a todos los partidos, opina el ciudadano

Ya sobre los contenidos de la reforma y de acuerdo con la encuesta, el 84 por ciento de los ciudadanos de a pie opina que todos los partidos deberían recibir la misma cantidad de dinero para financiar sus gastos de campaña. Además, el 73 por ciento piensa que los gastos de campaña de todos los partidos deben limitarse.Los analistas encontraron que en los mexicanos está muy arraigada la ``noción de justicia'', por ello su percepción de que las condiciones de competencia política son de desigualdad, los lleva a demandar condiciones igualitarias entre los participantes.

En esto de ponerle límite a los gastos de campaña, de acuerdo con la encuesta, también tiene que ver la situación económica del país: ``Prevalece la concepción de que los gastos de las campañas políticas no deben excederse en relación al gasto social''.

Esta encuesta sobre la cultura política de los mexicanos, se llevó a cabo en dos etapas, la primera de junio a agosto de 1995, cuando los investigadores de la UNAM hicieron un estudio preliminar y elaboraron el diagnóstico de una propuesta de cuestionario presentada por el Instituto Federal Electoral.

En septiembre del 95, inició la segunda etapa, cuando el Consejo General del IFE, acordó la instalación de un Comité Técnico para supervisar el diseño de la muestra, el levantamiento de la encuesta y el procesamiento de los resultados.

Fue también por acuerdo del Consejo que el Registro Federal de Electores (RFE) se encargó de la ejecución de los trabajos de campo y de estadística.

Para que la muestra fuera representativa y se pudiera inferir a partir de sus opiniones las de toda la población, se entrevistó a 3 mil 505 ciudadanos inscritos en las listas nominales del padrón electoral.Se levantaron datos sobre la edad, sexo, escolaridad, ingreso, condición de actividad (población activa e inactiva), rama de actividad y grado de urbanización para, además de verificar la representatividad de la muestra, indagar las relaciones entre las opiniones y el conjunto de variables.

Datos arrojados por la encuesta

El 84 por ciento de los mexicanos opina que todos los partidos deberían recibir la misma cantidad de dinero para financiar sus gastos de campaña; el 73 por ciento piensa que los gastos de campaña de todos los partidos deben limitarse.

El 63 por ciento considera que los partidos no deben poder contratar (comprar) para su propaganda, tiempo adicional en radio y televisión al que les otorga la ley.

El 51 por ciento piensa que el gobierno debe participar en la organización de las elecciones; el 40 por ciento de los ciudadanos no sabe qué es el IFE. De los que lo conocen, el 51 por ciento confía en los resultados electorales que emite, el 34 por ciento cree poco y el 7 por ciento no cree ``nada''.

El 59 por ciento considera que los mexicanos que viven en el extranjero deben tener el mismo derecho a votar que quienes están en el país.

El 48.4 por ciento está de acuerdo en que los partidos usen los colores de la bandera en sus emblemas, pero el 46.5 esta en contra. De quienes están a favor, un 51 por ciento considera que dichos colores no deben ser monopolio de un partido político.

De los miembros del Consejo General del IFE, los consejeros ciudadanos son los que gozan de mayor confianza entre el electorado.

El 24 por ciento opina que sólo debe haber tres partidos políticos, pero el 47 dice que deben ser más de tres. 43 por ciento piensa que el número de partidos con registro (seis) debe mantenerse y 44 por ciento que debe disminuir.

El 75 por ciento de los ciudadanos considera que antes de tomar decisiones importantes para nuestro país debería consultarse a la población, por medio de una votación o una encuesta.

La mayoría de los mexicanos tiene una valoración negativa de las instituciones relacionadas directamente con la política; en una escala del cero al 10, los partidos políticos lograron un 5.3.

Sólo el 44 por ciento de los entrevistados considera que es necesario hacer una reforma para mejorar las leyes electorales. En contraste, un 47 por ciento no consideró necesario efectuar cambios a las leyes electorales y consideró que con aplicar las leyes existentes sería suficiente.