Desempleada, 7% de la PEA en los siete países más ricos del mundo
Reuter, Afp, Efe y Ansa, París, 31 de marzo Los ministros de Finanzas y de Trabajo del Grupo de los Siete (G-7) se reunirán a partir de mañana en Lila para analizar las repercusiones de la globalización económica en el mercado laboral, y el crecimiento del desempleo.
Las economías de Japón, Estados Unidos, Canadá, Gran Bretaña, Alemania, Francia e Italia dejan, a pesar de su alto grado de desarrollo, a 23 millones de personas sin empleo, el 7 por ciento de su Población Económicamente Activa (PEA).
En Japón, el 3.4 por ciento de su PEA no está empleada; en Estados Unidos, el 5.7 por ciento, y en Canadá el 9.5 por ciento, según estadísticas de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE), y revelan que en la Unión Europea el número supera los 19 millones.
La población sin empleo en Alemania se eleva a 9.3 por ciento, cifra sin precedentes en la posguerra; en Francia al 11.5 por ciento; en Gran Bretaña, 8.2 por ciento; en Italia, 11.6 por ciento.
``Una economía al servicio del hombre y no el hombre al servicio de la economía'', es el lema que acompaña a la convocatoria de la reunión del G-7, en la cual el presidente de Francia, Jacques Chirac, pretende reorientar las políticas económicas sobre la prioridad del empleo.
El discurso que Chirac pronunciará en la apertura de la reunión estará dirigido a restablecer la confianza de las opiniones públicas sumidas en el miedo al futuro, bajo el impacto del incremento del desempleo. La presidencia francesa desea un ``intercambio de pareceres'' para realizar una labor a largo plazo entre ministros de Economía y Finanzas, titulares del Trabajo, interlocutores de los mercados financieros y especialistas en políticas sociales y de empleo.
Sin embargo, es difícil que las conversaciones, que se realizarán en Lila, corazón del desempleo industrial francés, produzcan remedios inmediatos.
Seis ministros de Finanzas anunciaron en el último minuto que no asistirán y que serán sustituidos por sus viceministros, lo que ha estropeado de inicio los planes de Francia de colocar en la agenda del G-7 la cuestión social.
Por su parte, los sindicatos se muestran escépticos sobre la posibilidad de que en esta reunión comience ``una nueva estrategia'' económica respecto al empleo. La Comisión Sindical de Consulta ante la OCDE desea una ``alianza para el trabajo'' que fije al menos ``objetivos claros en materia de creación de empleos y de reducción del desempleo'', como los grandes agentes económicos saben hacer cuando se trata de controlar la inflación o reducir los déficit públicos.
Los opositores al G-7, que organizaron su propia ``contracumbre'' en Lila, se preguntan ``cómo hablar de esperanza cuando lo que nos proponen es mantener la misma dirección: disminuir los costos laborales, desarrollar el tiempo parcial, ceder a los dogmas del libre cambio y de la libre circulación de capitales''.