La Jornada 1 de abril de 1996

Tratar a narcos como invasores, recomienda el Pentágono a AL

Dpa, Buenos Aires, 31 de marzo El subsecretario de Defensa de Estados Unidos, Walter Slocombe, dijo que en América Latina hay países ``donde se debe enfrentar el narcotráfico en términos militares, como si se tratara de una invasión extranjera''.

En declaraciones al diario Clarín, Slocombe, quien estuvo de visita oficial aquí la semana pasada, sostuvo que hay países en la región que corren el riesgo de desarrollar ``un estado criminal dentro del Estado'' por la creciente amenaza de infiltración del narcotráfico.

``En las naciones militares andinas la amenaza del narcotráfico tiene proporciones casi militares. Estamos hablando de aviones, misiles y armamento masivo y sofisticado en manos de los narcotraficantes, no en términos de amenaza absoluta, pero sí enorme en relación con el poder que se detecta en otras actividades criminales", señaló.

En estos casos, indicó, hay que lidiar con la situación desde una perspectiva militar, aunque en otros casos la coyuntura tiene sólo dimensiones políticas. A estos últimos países alcanza con que se les asista en medios de comunicación, información y vigilancia, añadió.

Argentina rechaza la participación de las fuerzas armadas en la lucha contra el tráfico de drogas, y la misma está prohibida por las leyes de seguridad interior y defensa nacional. Las posiciones de Slocombe fueron objetadas recientemente por los diputados argentinos.

Al respecto, el funcionario estadunidense reconoció que el tema despierta controversias con los legisladores argentinos, y si bien aclaró que respetan ``por completo el juicio de Argentina'', según el cual la lucha antinarcóticos no es para militares, señaló que la situación en Estados Unidos y esta nación sudamericana es muy diferente en ese sentido.

Por último, y al aludir a la reciente decisión del presidente estadunidense, Bill Clinton, de descertificar a Colombia en la lucha contra el tráfico drogas, Slocombe aseveró: "Nosotros llegamos a la conclusión de que hay evidencia suficiente de que existe un serio problema de corrupción en el gobierno de Colombia".

"Eso, en buena conciencia, no nos permitía certificar la lucha contra la droga en ese país. El problema de Colombia es que el poder y los recursos financieros de los cárteles de la droga son de tal magnitud que les permiten --y hay evidencia fuerte sobre eso-- comprar el respaldo de dirigentes políticos de primer nivel, aunque los hechos estén todavía por establecerse", concluyó.