Historias de familia
Los Castañón Zertuche
Cuando Paulina y Antonio Castañón fueron detenidos en Suiza el 15 de noviembre de 1995, en el momento en que intentaban transferir casi 100 millones de dólares propiedad de Raúl Salinas de Gortari, sabían que ni las autoridades suizas y menos las mexicanas les harían cargos por participar en la operación.
Con semanas de anticipación, el traslado a Suiza, los detalles financieros y las implicaciones legales, fueron bien estudiadas por un grupo de abogados al servicio de los Salinas, quienes incluso dieron a Paulina y Antonio Castañón todas las garantías de que el riesgo sería menor, incluso si eran detenidos. En cambio, la transferencia del dinero significaría, para los hermanos Castañón, un importante porcentaje, a cambio de sus servicios.
Y efectivamente, tanto la policía Suiza como la mexicana poco pudieron hacer para encontrar una posible vinculación de la esposa de Raúl Salinas y al hermano de ésta, en la procedencia de la fortuna que mediante un alias, depositó en el extranjero el primer hermano del salinismo. En realidad, los hermanos Castañón sólo sirvieron de correo en la operación que pretendió realizar Raúl Salinas para poner a salvo parte del dinero que obtuvo en maniobras aparentemente ilícitas.Pero lo interesante de la historia es que a su retorno a México, luego de haber permanecido en prisión preventiva por varias semanas, Antonio Castañón se dio un tiempo para divertirse, para olvidar los momentos difíciles y hasta se premió a sí mismo con un automóvil Mercedes Benz, convertible, equipado con un sofisticado sistema de sonido, por el que desembolsó muchos miles de dólares, no sólo por el costo del vehículo, sino por el pago de los derechos de importación.Con residencia en Cuernavaca, acostumbrado a la buena vida, a vivir de la admiración de los amigos y partícipe obligado en fiestas, Antonio Castañón descubrió, a su regreso a México, que sus amigos lo habían abandonado. Durante días completos, levantó el teléfono, marcó uno a uno los números de sus amigos, de una larga agenda, y cuando no se le negaban, de plano le decían que no querían saber nada con las familias Castañón y Salinas.
Antes de ser parte del grupo selecto de la familia presidencial, durante el salinismo, Antonio Castañón se dedicó a administrar un estudio de producción propiedad de Gustavo Díaz Ordaz, primer esposo de su hermana Paulina. Luego, cuando Paulina caso en segundas nupcias con Raúl Salinas, Antonio se metió de lleno en los negocios de Raúl Salinas. Cuando aún tenía amigos, les llegó a decir que si salía bien el negocio del hermano pesidencial en Suiza, éste le reportaría dinero suficiente para vivir por lo menos durante diez años. De ese tamaño era la operación que realizó junto con su hermana Paulina.
Con la captura de Raúl Salinas y la posterior detención en Suiza de los hermanos Paulina y Antonio, la familia Castañón Zertuche cayó en desgracia, no económica, sino de amigos, al grado de que la madre del clan, Consuelo Ríos Zertuche, contrató una agencia de relaciones públicas para recuperar a sus amigos y para revertir la deteriorada imagen de la familia.
En el camino
ITINERARIO POLITICO no se publicará en los próximos días y reaparecerá el martes 9.