Marchas, paros y disturbios en Bolivia en repudio del plan económico
Ansa y Afp, La Paz, 2 de abril Los trabajadores bolivianos realizaron hoy una de las más grandes manifestaciones de protesta de los últimos diez años, al efectuar un paro total del transporte público y una serie de manifestaciones callejeras, varias de las cuales terminaron en disturbios violentos con un saldo de cien detenidos.
Tanto en esta capital como en otras del interior del país, la paralización fue casi total, ya que al suspenderse el transporte, muchos comercios, centros de trabajo y escuelas, entre otros, se vieron obligados a cerrar sus puertas.
En muchos casos, los manifestantes levantaron barricadas y bloquearon calles, en el marco de las protestas por incrementos salariales, en contra de la política económica gubernamental y especialmente en repudio a la privatización de la industria petrolera nacional.
En este contexto, grupos de manifestantes rodearon las oficinas principales de la Empresa Nacional de Ferrocarriles, rompieron vidrios y ventanas, prendieron fuego a dos vehículos de la empresa y retuvieron durante casi dos horas a unos 50 funcionarios, varios de ellos de nacionalidad chilena.
El ataque contra la compañía obedece a que recientemente la empresa de ferrocarriles fue adjudicada al consorcio chileno Cruz Blanca. Paralelamente, otro grupo de manifestantes arrió una bandera chilena y la destrozó frente a un céntrico hotel en La Paz, al tiempo que eran apedreadas las oficinas de la aerolínea Lan Chile.
También otros vehículos fueron apedreados en las calles en esta capital, en tanto que en Cochabamba, Santa Cruz y otras ciudades, el paro se cumplió parcialmente y sin que se registraran actos de violencia como los ocurridos en La Paz.
Las protestas y el paro de este día se dieron a menos de 12 horas de que el presidente Gonzalo Sánchez Lozada reiterara por la televisión nacional que el proceso de capitalización es ya irreversible, en referencia a la privatización de los ferrocarriles y con el señalamiento de que es inevitable en el caso de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB).
Mientras los sindicatos llamaban a generalizar el paro en el interior del país, el ministro de Gobierno, Carlos Sánchez Berzaín, dijo lamentar los actos de violencia, que atribuyó a "grupos de desadaptados".
En ese sentido, anunció que el gobierno pidió a las tropas militares y policiales que asuman el control de la ciudad de La Paz para frenar los desmanes.
El ministro comentó que al parecer sectores radicales del magisterio y gremialistas de la salud pública rebasaron sus demandas salariales, planteadas por la Central Obrera Boliviana (COB), y ahora buscan llevar al gobierno hacia la implantación del estado de sitio. Sin embargo, acotó que por ahora no se tomará una medida semejante.
Pese a los disturbios de este día se informó que sólo una persona resultó herida al resultar afectada por gases lacrimógenos, a diferencia del lunes, cuando se reportó la muerte de un manifestante. Los disturbios de hoy ocurrieron pese a que la policía se mantuvo acuartelada.
El canciller chileno, José Miguel Insulza, restó importancia a los incidentes de este día en Bolivia, en referencia a los ataques contra intereses económicos de connacionales y ante los destrozos de una bandera chilena por manifestantes.
Insulza dijo que no le otorgaba tanta importancia a estos hechos, por cuanto ocurrieron en un contexto interno boliviano mucho más amplio.
Por ello, estimó que los disturbios en La Paz no afectan el deseo de ambos países de estrechar vínculos diplomáticos, pues las relaciones se encuentran suspendidas a nivel de embajadas desde marzo de 1978 por decisión de Bolivia, al no ser consideradas sus demandas de una salida soberana al Océano Pacífico.