En Tepito, la cocaína desplazó a otras drogas
En Tepito, la moda es la cocaína. El arte acá, los tamales encuerados, las migas, el pulque, el crack, la heroína y hasta la mariguana, poco a poco van perdiendo terreno frente a ella, según informantes que habitan en la zona.
Distribuida de manera discreta y en cantidades pequeñas, el valor de la cocaína es inferior al crack. ``La moda --dijeron los informantes-- es la coca, la mariguana es para la carne de penal''.
Durante un recorrido, se apreció vigilancia de una o hasta tres personas en algunas vecindades consideradas por informantes y vecinos de Tepito como ``centros de distribución''.
Las vecindades y edificios se encuentran en las calles Herreros, Tenochtitlan, Fray Bartolomé de las Casas y Aztecas.
Según informantes, la cocaína es llevada a Tepito principalmente por policías y en la distribución participan vendedores de estimulantes sexuales.
``Pregunte sin pena, sin miedo'', rezan algunos letreros en los puestos de yombina, cremas, polvos y aparatos de sirven para la práctica sexual. Ahí, dijeron, se gesta el primer contacto con los traficantes.
En el recorrido, los comerciantes de estimulantes ofrecían sus mercancías y ``lo que quieras'', decían muy quedo al paso.
La noche es el guardián de los distribuidores, mencionaron, sin embargo durante el día se pueden observar burreros y traficantes que circulan por todas las calles.
Distribuidores y clientes se conocen y, si no, muchos comerciantes saben de la actividad, los lugares específicos donde se puede adquirir. Como ejemplo, un vendedor de perfumes puso la muestra de cómo comprar.
Aquí hay todo lo que quieras, dice un comerciante de artículos ``eróticos'', no hay nada nada que no consigas. Qué quieres?
De la participacion policiaca en la introducción de droga al barrio un habitante de vecindad manifestó: ``Un policía preventivo llevó a vender a la calle de Tenochtitlan un kilo de cocaína, se entrevistó con varios vendedores hasta que en un puesto fue interceptado; pidió 600 pesos por su cargamento''.
``Luego fue introducido a una vecindad de la calle de Tenochtitlan, ahí se celebró el trato. Luego de un rato el policía salió de Tepito con su dinero'', aseguró.
Otro informante aseguró que durante las noches las calles de Fray Bartolomé de las Casas, Tenochtitlan y Aztecas, sobre todo esta última, sirven de camino para autos ``con policías fuertemente armados que cuidan a comandantes que traen droga''.
Asimismo, dijo, ``el comanche trae un portafolios en su mano, entra al edificio blanco, el que se encuentra en Bartolomé de las Casas, o alguna vecindad y luego regresa al coche'' igualmente custodiado.
--A qué corporación pertenece, a la Procuraduría General de la República?
--Qué importa, son policías.
En el edificio ``blanco'', como todos los conocen, guarda en su interior desde usuarios de mariguana hasta cocainómanos, que cuando rebasan el espacio interior de la pared de la planta baja se colocan en la banqueta y ahí ingieren la droga sin ningún riesgo.
El edificio tiene varios accesos, pero el principal es donde se nota la presencia de un mayor número de personas, algunos parecen vigilar la entrada sobre Fray Bartolomé de las Casas.
En los años setenta, cuentan algunos habitantes, lo más común era la mota (mariguana) y la fayuca, no había quien los detuviera; en ese entonces el jefe de la policía aduanal dijo que sino acababa con el tráfico renunciaba y para cumplir su palabra instaló cada 50 metros un agente.
La broza trabajaba con catálogos, muchos aparatos se sacaron frente a los aduanales, pero nunca los detectaron debido a que para ello se contó con el mejor equipo de barrenderos. Disfrazados, salían, ingresaban, barrían un poco y entre los botes salían televisores, modulares, todo.
Cuando se trataba de muchos videos que debían ingresar se empleaban sillones, bajo los cojines cabían unas seis. Así se realizaba la venta de fayuca, recuerdan.
Sin embargo, en la actualidad muchas de las que fueron sus ``modas'' han desaparecido, señalan los informantes; la mariguana calidad ``golden'' ya no circula, un carrujo ``es para la carne de penal'', ``los jodidos'' y vale 15 pesos. A este respecto, hay algunos que venden los carrujos en pequeños trozos de lo que parecen popotes; sin embargo, se abren con una navaja, poco a poco y con el aire la hierba aumenta su tamaño, está tan comprimida que un pedazo de 10 centímetros alcanza para varios cigarrillos, dijo un vendedor de chamarras.
Por lo que respecta a la heroína, comentaron que un ``arponazo'' vale entre 50 y 100 pesos y que el lugar común de aplicación es un solar localizado a mitad de la calle de Tenochtitlan, en donde sólo con autorización (un chiflido), se puede ingresar.
Cubierto por puestos, se pudo apreciar que el zaguán de color rojo, desgastado y viejo, parece estar clausurado, sin embargo los informantes mencionaron que en su interior hay quienes están en el ``arponazo'' y ``en las noches se pone mejor''.
Asimismo, señalaron que la vigilancia no se descuida, ``hay que cuidar a los clientes'', y que desde azoteas cercanas hay personas apostadas con rifles de aire y que disparan a cualquier ``entrometido'' que quiere ``observar''. Por otra parte, un comerciante indicó que en el número 17 de Aztecas se puede adquirir armas y que los tinacos de las azoteas vecinas sirven de tiro al blanco.
En cuanto a la distribución de la cocaína, mencionaron que las vecindades 9, 5 y 40, son las más conocidas en la calle de Tenochtitlan. Los contactos llevan a sus clientes al interior, donde realizan sus operaciones.
Como ejemplo, un vendedor de perfumes fue cuestionado por un joven sobre el particular, luego de platicar un rato con él; como su interlocutor no quiso responderle, caminó entre los puestos, hasta que regresó y fue cuando otra persona lo interceptó, lo llevó a una vecindad y adquirió cinco mil pesos de droga, según el comerciante ubicado en donde inicia de Tenochtitlán.
En las vecindades, mencionaron, se venden ``grapas'' (pequeños envoltorios con coca), que van desde los 25 pesos --los de 100 y más ``son los mejores''--. A los de 25 pesos les meten azúcar glass, mejoral molido o gis, acusaron. Tambien indicaron que hay coca para los ``pobres''.
Cuando alguna persona no lleva lo suficiente para adquirir aunque sea una ``grapa'' de 25 pesos, se espera a que llegue otro comprador ``pobre'', juntan su dinero y se arma un ``botecito'', que consiste en un bote pequeño donde la droga se agita y cada uno de los participantes aspira lo que puede.
Durante el recorrido no se tuvo ofrecimientos, lo que más se comerciaba a voz baja era la venta de películas tres equis y ``lo que quieras'', ``algo más'', ``pregunta''.
Así, de acuerdo con los informantes, la moda de la droga se localiza sobre todo en las vecindades de los números impares, la controlan cerca de cien familias, todos conocen de la actividad, pero pocos se atreven a decirlo de manera abierta.
Sin embargo, lo que sí se pudo constatar es que el barrio sigue siendo el mejor cobijo para los ladrones.
En los últimos cinco días, cinco vehículos último modelo han sido totalmente desmantelados y los coches son abandonados en las banquetas del Eje 1 Norte.
(Gustavo Castillo García)