Los corruptos por el narcotráfico en la PJF, ``puros comandantes''
Juan Manuel Venegas/ II y última ``Ya ve --dijeron varios jefes de grupo de la Policía Judicial Federal a Américo Flores Nava--, ahorita están agarrando a puro comandante''.
Eran los días posteriores al 11 de enero pasado, cuando el recién nombrado director de la PJF, Flores Nava, sostenía reuniones con los integrantes de la corporación. Y por esos días, el 15 de enero, tras la captura de Juan García Abrego, el mismo Flores Nava era señalado en México y Estados Unidos: es uno de los funcionarios mexicanos que mantuvo nexos con el capo de Matamoros. La acusación quedó ahí.
--Tenemos un compromiso y lo vamos a sacar adelante juntos --decía Flores Nava a los jefes de grupo de la PJF.
--Ustedes son los que mandan... Ustedes son los que dicen cómo hacer las cosas... Nosotros obedecemos y vamos a donde ustedes vayan --fueron las respuestas que escuchó y que, pronto, se convirtieron en críticas por el descontento de los agentes federales.
``Los que tenemos que cambiar no somos nosotros. Ustedes mandan, y ya ve, ahorita están agarrando a puro comandante''.
Y efectivamente, ``puro comandante'' caía: Adrián Carrera Fuentes, Víctor Manuel Patiño, Apolinar Pinto Aguilera, Raúl Loza Parra, Rodolfo García Gaxiola, Enrique Arenal.
En menos de un año, los mandos de la PJF fueron severamente cuestionados y la sombra del narcotráfico sobre la corporación obligó al procurador Antonio Lozano Gracia a solicitar la ayuda del Ejército Mexicano en las operaciones que se llevaron a cabo contra El Güero Palma y los hermanos Arellano Félix, así como en el caso de la detención de García Abrego, en la que se evitó la participación de la delegación de la PJF en Nuevo León.
Carrera, Patiño, Arenal, Paz Horta, todos fuera
Del grupo que habían formado Adrián Carrera Fuentes, Víctor Manuel Patiño Esquivel, Enrique Arenal y René Paz Horta, en los mandos de la Policía Federal mexicana, ya nada queda, y salvo Paz Horta --sustituido en el Instituto Nacional para el Combate a las Drogas (INCD), hace once días--, todos los demás enfrentan procesos penales por abuso de autoridad.
No obstante, tanto Carrera Fuentes como Paz Horta han sido vinculados en Estados Unidos con el cártel del Golfo. Incluso, de Carrera Fuentes --según ha trascendido de los interrogatorios a García Abrego en Estados Unidos-- se dice que durante el tiempo que fungió como director de la PJF, teniendo como jefe directo a Mario Ruiz Massieu, fue uno de los jefes policiacos ``que brindaron mayor protección al capo de Matamoros''.
Carrera Fuentes enfrenta desde junio pasado un proceso penal en México por el delito de abuso de autoridad y uso indebido del ejercicio público, en el caso de las investigaciones del asesinato de José Francisco Ruiz Massieu.
René Paz Horta, comisionado del INCD desde el 16 de mayo de 1994, fue sustituido el 26 de marzo pasado. Sobre él empezaron a trascender versiones desde Estados Unidos que lo involucran en la ``red de complicidades'' de funcionarios y policías mexicanos con el narcotráfico.
Incluso, uno de los testigos del Buró Federal de Investigaciones (FBI) estadunidense, Francisco Pérez Monroy, lo señaló como ``uno de los comandantes'' mexicanos que tenían relación con Juan García Abrego. El ahora ex funcionario estaría una lista de ``personajes públicos indeseables'' del gobierno de Washington, en la que se encuentran también el ex subprocurador Mario Ruiz Massieu y el ex director de la Policía Judicial Federal (PJF), Adrián Carrera, ambos procesados por tribunales mexicanos.
Víctor Manuel Patiño Esquivel, en tanto, también enfrenta proceso penal por el mismo delito que su ex jefe y amigo Adrián Carrera: abuso de autoridad.
Patiño, quien fuera director de Inteligencia de la PJF, era el hombre de ``todas las confianzas'' de Adrián Carrera en la corporación.
El cuarto del grupo, Enrique Arenal Alonso, ex director de Operaciones de la PJF y del INCD hasta su separación del cargo a principios de este año, igual está acusado ante los tribunales por abuso de autoridad.
Fuentes en el INCD, aseguraron a La Jornada que, con la salida de Arenal, primero, y finalmente con la destitución de Paz Horta, quedó ``claro que el procurador Antonio Lozano nunca tuvo confianza en la dirección del instituto''.
Lo cierto es que en lugar de Paz Horta, el procurador nombró a un panista reconocido en el estado de Chihuahua: Francisco Javier Molina Ruiz, quien actuaba como procurador de esa entidad, gobernada precisamente por otro panista: Francisco Barrio Terrazas.
Pinto Aguilera puso a la PJF al servicio de El Güero
``Sorpresa y enojo'', dicen que provocó a Antonio Lozano Gracia, la detención del capo del cartel de Sinaloa, Héctor Luis El Güero Palma.
Y el ``enojo'' no fue por la detención del narcotráficante, sino porque destapó ``parte de la cloaca'' de la relación PJF-narcotráfico y evidenció que ``en los últimos años, la corporación se convirtió en la principal institución corrompida por el dinero de los capos''.
Con El Güero -en la que tuvo que participar de emergencia elementos del Ejército Mexicano, por la ``falta de confianza en la policía judicial''-, Lozano tuvo que ordenar la aprehensión del titular de la PJF en Jalisco, Apolinar Pinto Aguilera, y de 51 elementos más de la corporación, entre agentes y jefes de grupo, por su presunta responsabilidad en la protección brindada al capo de Sinaloa, mientras éste intentaba huir.
Contra los Arellano, otra vez el Ejército.
En el operativo que se llevó a cabo en los primeros dias de márzo de este año contra el cartel de Tijuana de los hermanos Arellano Félix, nuevamente tuvo que intervenir el Ejército Mexicano. La razón: ``la desconfianza que genera la delegación de la PJF en esa ciudad'', dijo un alto funcionario de la PGR.
Esa desconfianza creció cuando el mismo titular de la procuraduría en Baja California, Sergio Moreno Pérez, el año pasado calificara al cartel de Tijuana como ``una invención'' surgida en la ciudad de México.
Moreno Pérez, para quien el ``cartel de los hermanos Arellano sólo existe en los periódicos'', tuvo que se destituído, y en su lugar designaron a Luis Antonio Ibañez Cornejo, con la principal encomienda de depurar a la corporación de la policía federal en esa entidad.