Amenazados por un cacique, 300 indígenas huyen a los montes
La Jornada de Oriente, Ajalpan, Pue., 6 de abril La mayoría de los 300 habitantes del poblado indígena de La Escondida están ocultos en los montes mientras el resto monta guardias para proteger sus pocas pertenencias, ante la amenaza del cacique de Alcomunga, Modesto Andrade, de regresar a vengarse de los lugareños que se atrevieron a denunciar la tala que está cometiendo de los bosques de la parte alta de la Sierra Negra.
La primera represalia la sufrieron los habitantes de La Escondida el lunes pasado, cuando 20 hectáreas de sus bosques de ocotes fueron incendiadas por los taladores que trabajan para Andrade.
Benito López, policía auxiliar de La Escondida, junto con un grupo de asesores del Consejo Regional Indígena de la Sierra Negra (CRISN), intentaron el martes reportar el incendio provocado ante la delegación de la Procuraduría General de la República (PGR), con sede en Tehuacán, pero el agente del Ministerio Público Federal se negó a recibir la denuncia.
Miembros del CRISN y de Alianza Cívica de Ajalpan lograron que ese mismo día el senador panista Fernando Herrera Arandia interviniera, logrando que la PGR tomara la denuncia, ante la amenaza del legislador, de reportar directamente lo que estaba sucediendo ante el procurador Antonio Lozano Gracia. Sin embargo, el Ministerio Público Federal se negó a dar a los demandantes el número de averiguación y una copia del acta levantada.
La Escondida es una inspectoría que pertenece a la junta auxiliar de Alcomunga, municipio de Ajalpan. Se encuentra al suroeste del estado, cerca de los límites con Veracruz. Sus 300 habitantes son indígenas nahuas que viven en chozas de madera con piso de tierra. Carecen de todos los servicios. Para llegar a esta población hay que atravesar desde Ajalpan, más de tres horas de caminos de terracería, que en temporadas de lluvias se vuelven intransitables.
Benito López, quien es la máxima autoridad en La Escondida, narró que el cacique Modesto Andrade es el principal talador de la Sierra Negra. Al terminar con los bosques de Alcomunga, buscó nuevas zonas árboladas.
Hace tres meses llegó a la región de La Escondida en donde, utilizando a un grupo armado que atemoriza a la población, donde de lunes a sábado con seis motosierras empezó a talar el bosque. Los habitantes denunciaron este hecho por medio del CRISN al alcalde de Ajalpan, Carlos Flora Carrera. Posteriormente fue denunciado en un foro indígena organizado en Puebla por La Jornada de Oriente.
El cacique comunicó a los habitantes de La Escondida, que iría ``casa por casa'' hasta encontrar a los soplones. Ante esa situación, los indígenas derribaron árboles en el único camino de acceso, como una forma de frenar la entrada de los camiones que recogen los troncos de los ocotes. Pero lejos de ahuyentar a los depredadores, los taladores prendieron fuego a casi 20 hectáreas de bosque.
Desde el lunes pasado, mujeres y hombres duermen en los montes en las noches, mientras que en el día se dedican a apagar su bosque, el cual ha sido incendiado en varias ocasiones. Un grupo comisionado se dedica a vigilar la entrada del pueblo, como una forma de evitar que vayan a ser destruidas las chozas de los habitantes de La Escondida.
Benito López considera que la furia de Modesto Andrade se debe a que en los más de 50 años que tiene talando los bosques de la Sierra Negra nadie se había atrevido a denunciarlo, porque utiliza a un grupo armado para ``ajusticiar a sus enemigos'', y controlar a los habitantes de 27 comunidades.
Modesto Andrade goza de la protección de las autoridades municipales de Ajalpan y Tehuacán, debido a que esa zona de la Sierra Negra ha sido una reserva importante de votos para el PRI, señaló Ansberto Fortuol, dirigente del Partido Acción Nacional.